Un grupo de aficionados a la astronomía, pertenecientes al proyecto Backyard Worlds: Planet 9 de la NASA, ha realizado un descubrimiento sin precedentes: un objeto denominado CWISE J1249, que se mueve a aproximadamente 1,6 millones de kilómetros por hora, tal velocidad que eventualmente escapará de la atracción gravitatoria de la Vía Láctea, lanzándose al espacio intergaláctico.
El descubrimiento fue publicado en la revista de astrofísica, Astrophysical Journal Letters fue realizado utilizando imágenes infrarrojas de la misión del orbitador Wide-field Infrarrojos Survey Explorer (WISE) de la NASA, que examinó el cielo entre 2009 y 2011, y posteriormente se reactivó como NEOWISE en 2013.
“Podría ser una estrella de baja masa o, si no fusiona hidrógeno de manera constante en su núcleo, se lo consideraría una enana marrón”, destaca la NASA. Las observaciones adicionales, que se llevaron a cabo con diversos telescopios terrestres, han confirmado estas características y su velocidad inusualmente alta.
Martin Kabatnik, Thomas P. Bickle y Dan Caselden, astrónomos participantes del proyecto Backyard Worlds, fueron los primeros en detectar este objeto en sus pantallas. Kabatnik, uno de los descubridores, relató a la NASA: “Cuando vi por primera vez lo rápido que se movía, estaba convencido de que ya lo habían informado”. El experto agregó: “No puedo describir el nivel de emoción”.
Los científicos juegan un papel clave en los estudios astronómicos y misiones espaciales. Estos voluntarios dedican su tiempo a diversos proyectos, desde descubrir exoplanetas hasta crear imágenes en color a partir de datos sin procesar capturados por sondas espaciales. En este caso, los científicos ciudadanos estaban trabajando en el proyecto de la NASA, que usa imágenes de la misión WISE en el que se cartografió el cielo en luz infrarroja entre 2009 y 2011 y fue reactivado como NEOWISE en 2013 antes de retirarse el 8 de agosto de 2024. Observaciones adicionales con telescopios terrestres permitieron a los astrónomos confirmar y caracterizar el objeto.
El hallazgo de este objeto subestelar desafía las categorías convencionales en astronomía debido a su baja masa. Las enanas marrones, que son demasiado masivas para ser planetas, pero no lo suficientemente para mantener la fusión de hidrógeno en sus núcleos, son comunes. Sin embargo, ninguna ha sido observada previamente con una trayectoria que las llevará a abandonar la galaxia.
El Observatorio WM Keck en Maunakea, Hawaii proporcionó datos reveladores sobre la composición elemental del descubrimiento, indicando que había una presencia menor de hierro y otros metales en comparación con otras estrellas y enanas marrones. Este análisis sugiere que este podría ser un objeto antiguo, posiblemente perteneciente a una de las primeras generaciones de estrellas de la galaxia.
Posibles explicaciones para la alta velocidad del objeto
Una posible explicación para la alta velocidad del descubrimiento es que originalmente formaba parte de un sistema binario que incluía una enana blanca, la que explotó como una supernova. Otra teoría es que el objeto haya sido expulsado de un cúmulo globular tras un encuentro con un par de agujeros negros. Los científicos continúan investigando la composición elemental del descubrimiento para determinar cuál de estas hipótesis es más correcta.
En el año 2013, la misión NEOWISE de la NASA reactivó el orbitador WISE para continuar con la observación del cielo. Desde este relanzamiento, los participantes del proyecto han descubierto más de 4000 enanas marrones. Sin embargo, el nuevo descubrimiento es singular en su trayectoria y velocidad.
El estudio liderado por Adam Burgasser, miembro del equipo científico y profesor en la Universidad de California en San Diego, junto a su equipo han destacado la importancia de la colaboración entre astrónomos aficionados y profesionales. “El éxito de los científicos ciudadanos que participarán en este hallazgo inspirará futuros proyectos científicos”, afirmó el equipo de la NASA.
El equipo de la NASA subrayó: “La detección del objeto pone de relieve la importancia de la astronomía infrarroja”, destacando cómo las observaciones en dicho espectro son esenciales para detectar objetos que de otra manera pasarían desapercibidos.
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