Cómo es Manshiyat Naser, la “ciudad basura” donde 262 mil habitantes viven y trabajan entre montañas de desechos

Miles de toneladas de residuos llegan a este barrio de El Cairo, en Egipto, diariamente. No hay agua potable, sistemas de alcantarillado adecuados ni redes de electricidad certificadas

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Las difíciles condiciones de vida
Las difíciles condiciones de vida en Manshiyat Naser incluyen la carencia de servicios básicos como agua potable, alcantarillado adecuado y redes de electricidad certificadas

Al este de El Cairo, la capital de Egipto, se encuentra Manshiyat Naser, un lugar que ha ganado el apodo de “Ciudad Basura”. Este barrio alberga a más de 262 mil habitantes, quienes viven y trabajan entre montañas de desechos. Desde la década de 1970, esta comunidad asumió un papel crucial en la gestión de residuos de la ciudad, que realizó una labor esencial aunque frecuentemente invisibilizada.

En Manshiyat Naser, el día a día gira en torno a la basura. Los habitantes, conocidos como zabbaleen, se dedican a la recolección y clasificación de desechos. Cada día, aproximadamente 10.000 toneladas de basura llegan a esta área, recolectadas desde distintas partes de El Cairo. La recolección es una tarea llevada a cabo principalmente por hombres, quienes utilizan animales de carga como burros y vehículos viejos para transportar los desechos. Mujeres y niños son los encargados de la clasificación, separando lo que puede ser reciclado o vendido de lo que debe ser desechado.

Manshiyat Naser, apodada la "Ciudad
Manshiyat Naser, apodada la "Ciudad Basura", alberga a más de 262 mil habitantes que se dedican a la recolección y clasificación de residuos en El Cairo

Condiciones de vida en Manshiyat Naser

Las condiciones de vida en Manshiyat Naser son difíciles. Las calles están repletas de basura, y las ratas se pasean libremente sin miedo a los humanos. Las casas, construidas con materiales precarios, tienen techos y patios saturados de bolsas de basura. Además, los habitantes carecen de servicios básicos esenciales: no hay agua potable, sistemas de alcantarillado adecuados ni redes de electricidad certificadas. A pesar de estas carencias, los zabbaleen continúan con su labor, movidos por la necesidad y la falta de alternativas.

Por otro lado, la economía de Manshiyat Naser se basa en la basura. Los zabbaleen recolectan los desechos de los hogares de El Cairo y aprovechan lo que se puede reciclar o vender. Esta actividad les permite subsistir y tiene un impacto en la economía de la ciudad. Los desechos orgánicos se utilizan para alimentar a los animales de carga, como ovejas y burros, que a su vez son esenciales para la recolección de más basura. Además, algunos habitantes venden frutas y dulces en las calles, añadiendo un toque de color y variedad a un entorno dominado por el gris de los desechos.

Aspecto cultural y religioso de Manshiyat Naser

La mayoría de los zabbaleen son cristianos coptos, una minoría religiosa en un país predominantemente musulmán. La religión juega un papel central en sus vidas, que proporcionan una estructura y un sentido de comunidad. La Iglesia de San Sama’ans, tallada en el interior de una cueva y con capacidad para 15,000 personas, es el principal lugar de culto. Aquí, los zabbaleen se reúnen para las ceremonias religiosas, encontrando en su fe un refugio ante las adversidades diarias.

La recolección de basura, realizada
La recolección de basura, realizada principalmente por hombres, permite que mujeres y niños clasifiquen los materiales reciclables, generando así sustento para la comunidad

Documentales y reconocimiento internacional

A pesar de las difíciles condiciones, la vida en Manshiyat Naser ha atraído la atención internacional. En 2009, el documental “Garbage Dreams” dirigido por Mai Iskander, ganó el premio Al Gore Reel Current Award. Este documental sigue la vida de tres jóvenes zabbaleen, Adham, Osama y Nabil, que muestran su rutina diaria y los desafíos que enfrentan. La película destaca las dificultades, la resiliencia y la capacidad de adaptación de los habitantes de la Ciudad Basura.

Además, reportajes de medios internacionales como The New Yorker han puesto de relieve la importancia de los zabbaleen en la gestión de residuos de El Cairo. Estos artículos han ayudado a sensibilizar al mundo sobre la labor esencial que realizan y las condiciones en las que viven, aunque el cambio real en sus vidas aún está por llegar.

La mayoría de los ciudadanos
La mayoría de los ciudadanos son cristianos coptos, cuya fe y comunidad giran en torno a la Iglesia de San Sama’ans, un refugio espiritual en medio de la ciudad

Manshiyat Naser es más que un simple depósito de basura; es una comunidad vibrante y resiliente que juega un papel fundamental en la economía de El Cairo. Los zabbaleen realizan una tarea ingrata pero crucial, reciclando cerca del 40% de los residuos de la ciudad. Sin su labor, El Cairo enfrentaría un problema de gestión de residuos mucho mayor. A pesar de las adversidades, los zabbaleen han creado un sistema eficiente de reciclaje y han desarrollado un sentido de comunidad fuerte y unido.

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