En Delaware, la luciérnaga de Bethany Beach enfrenta un riesgo inminente. Los científicos consideran probable que este insecto sea la primera luciérnaga de Estados Unidos en ser incluida en la Lista de Especies en Peligro de Extinción. Este escenario obedece a diversos factores, entre ellos el cambio climático y el aumento de las construcciones de viviendas en su hábitat.
Jason Davis, biólogo estatal, ha dedicado gran parte de su tiempo a investigar y seguir el rastro de esta especie. Alrededor de 1.000 luciérnagas de Bethany Beach son las que se estima permanecen en la actualidad. La reducción de su hábitat, los pesticidas, la contaminación lumínica y los efectos del cambio climático han generado que el número de luciérnagas disminuya notablemente. Es por ello que las autoridades están considerando seriamente su inclusión en la lista de especies en peligro.
Las luciérnagas, insectos bioluminiscentes, tienen un papel importante en el ecosistema y en el imaginario colectivo de muchas personas que recuerdan su infancia al ver su destello en las noches de verano. No obstante, Sergio Henriques, coordinador de conservación de invertebrados en el Zoológico de Indianápolis, destaca que estos insectos son demasiado pequeños para atraer suficiente atención, a pesar de ser cruciales para el equilibrio medioambiental. Henriques ha trabajado extensamente en la búsqueda y conservación de diversas especies de luciérnagas, incluidas aquellas que no se han visto en décadas.
En 2024, Henriques recorrió un sendero elevado en el Beanblossom Bottoms Natural Reserve en Indiana, donde sigue indagando sobre la luciérnaga fantasma azul, una especie que no se ha observado en más de 35 años. En contraste, la Photinus pyralis, también conocida por su trayectoria de vuelo en forma de una “J” invertida y apodada como “Osa Mayor”, sigue ponderando entre las especies comunes y que han mostrado tener una mayor resistencia a los cambios medioambientales.
La contaminación lumínica es particularmente perjudicial para las luciérnagas. Este problema no solo altera el biorritmo natural de estos insectos, sino que también causa interferencias importantes en sus rituales de apareamiento, explicó Avalón Owens, candidato a doctor en biología en Tufts y coautor de un estudio sobre estas poblaciones de luciérnagas.
Sara Lewis, bióloga de la Universidad Tufts y experta en luciérnagas, menciona que el aumento del uso de luz artificial en las noches puede “arruinar los rituales de apareamiento” de estas criaturas, disminuyendo así sus números debido a la reducción de oportunidades para reproducirse. Según Lewis: “La contaminación lumínica realmente arruina los rituales de apareamiento de las luciérnagas, generando desafíos adicionales para su supervivencia”.
Henry Quinn, investigador del zoológico de Indiana, también incluye dentro de sus estudios estas observaciones de luz verdes brillando en el suelo en completa oscuridad, las que ha catalogado como una experiencia casi sobrenatural. Dichas visiones han resultado estremecedoras no solo para humanos, sino también para animales, muestra de la delicadeza de la existencia de estos insectos y su entorno.
En el parque nacional de las Montañas Humeantes, la luciérnaga Photinus carolinus se destaca por su singular característica de destello sincronizado, que se ha convertido en un atractivo turístico. No todas las especies de luciérnagas tienen este comportamiento, unas pocas, imitan el patrón de luz de otras especies para atraer a los machos, con el objetivo de matarlos y comérselos.
La deforestación y la tala también representan amenazas graves para las luciérnagas. El desmonte de tierras para la agricultura y los asentamientos humanos continúa eliminando el hábitat natural de estas criaturas. Además, la Universidad de Tufts y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza han llevado a cabo estudios alertando sobre el riesgo de extinción de varias especies debido a estas prácticas.
Con un total aproximado de 2.000 especies de luciérnagas a nivel mundial, el 40% de estas especies está experimentando una disminución en sus poblaciones, lo que las coloca en algún nivel de peligro según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Entre las recomendaciones para mitigar esta situación, los expertos sugieren evitar la iluminación innecesaria en zonas rurales y utilizar métodos de control biológico en lugar de pesticidas.