La sequía es uno de los problemas más acuciantes en el oeste montañoso de Estados Unidos, especialmente en Utah, donde las altas temperaturas y la escasez de agua han llevado a buscar soluciones innovadoras para la conservación hídrica. Esta situación ha impulsado a investigadores de diversas instituciones a explorar alternativas sostenibles que puedan adaptarse mejor a las condiciones áridas de la región. La aprobación reciente del césped híbrido de Bermuda es una medida que promete aliviar parte de la presión sobre los recursos hídricos locales.
Utah ha aprobado esta semana el uso de césped híbrido de Bermuda, una variedad que los investigadores dicen podría ayudar a conservar agua en el árido oeste montañoso de los Estados Unidos. Según declaraciones del medio ABC4, este césped puede sobrevivir semanas sin irrigación incluso durante los calurosos veranos, una característica valiosa para la región.
Investigadores de diversas instituciones, entre ellas la Universidad Brigham Young (BYU) y la Universidad Estatal de Utah, han estado presionando para que se permita el uso del césped híbrido. Hasta ahora, esta variedad estaba prohibida en Utah excepto en el Condado de Washington, debido a su parentesco con la Bermuda común, una hierba invasiva y dañina. “Nuestro argumento era que la Bermuda híbrida es diferente; no es una hierba nociva”, explicó Bryan Hopkins, un profesor de ciencias de plantas y vida silvestre en BYU. “Son dos especies diferentes, por así decirlo”.
Con años de investigación, Hopkins ha demostrado que el césped híbrido requiere solo una fracción del agua en comparación con las especies de césped tradicionales en Utah, como el Pasto Azul de Kentucky.
En pruebas realizadas durante seis semanas sin riego, el pasto azul mostró signos de deterioro rápido, mientras que la Bermuda híbrida solo mostró estrés al final del periodo de prueba. Distintos medios reportaron que Hopkins señaló en un comunicado de prensa que “el uso de este tipo de césped en un jardín podría reducir el riego a solo dos o tres veces por temporada”.
El césped híbrido es común en el sur de Estados Unidos, ya que es atractivo y funcional tanto para paisajes como para campos deportivos. No obstante, tiene aproximadamente dos meses de menor crecimiento inactivo, pues entra en latencia de noviembre a mayo en climas fríos. “El cambio climático hace que el césped híbrido tenga más sentido en el Estado de Utah,” agregó Hopkins.
Además, argumenta que el Pasto Azul de Kentucky “simplemente no pertenece aquí” y que no será el césped dominante en el futuro. “Esta semana hemos tenido temperaturas de 38°C (100°F) y [el Pasto Azul de Kentucky] no las soporta. Hay que aplicar mucho agua para evitar que entre en latencia, y aun así a veces entra en latencia”.
Ashley Beazer, una estudiante de posgrado de BYU, subrayó el potencial del césped híbrido para ayudar a comunidades de Utah a conservar agua. No obstante, enfatiza que aún se necesita más investigación para comprender exactamente cuánta agua menos requiere el césped. Según Beazer, “definitivamente estamos viendo que podemos usar menos agua con nuestro sistema de irrigación,” agregó que el césped podría estar “usando agua que no le estamos dando”.
La aprobación del césped híbrido destaca en un contexto donde las preocupaciones por la escasez de agua y el futuro del Gran Lago Salado son cada vez más prominentes. Los distritos locales ofrecen incentivos a los propietarios para eliminar sus céspedes tradicionales, y el césped híbrido podría ser una solución viable. La decisión de la Junta de Malezas Nocivas de Utah, de separar las dos especies, es un paso significativo hacia la conservación del agua en la región.
“Kentucky Bluegrass odia estas temperaturas”, declaró Hopkins, resaltando que esta variedad de césped requiere mucha agua para mantenerse activa. Con la aceptación oficial del césped híbrido, Utah podría estar liderando el camino en la adaptación a los retos ambientales, optimizando el uso del agua y asegurando un paisaje más sostenible.