La sorprendente biodiversidad marina: 7 criaturas que desafían la imaginación

En las profundidades del océano habitan criaturas tan sorprendentes y enigmáticas que parecen sacadas de una novela de ciencia ficción. Desde el misterioso calamar colosal, con sus tentáculos de proporciones descomunales, hasta el feroz insecto cochecito, un diminuto crustáceo cuya apariencia recuerda a un vehículo en miniatura, estas siete criaturas marinas desafiaban nuestra comprensión de la vida en el planeta.

Su apariencia y comportamiento son testimonios de la sorprendente biodiversidad y adaptabilidad de las especies marinas, mostrándonos que aún queda mucho por descubrir en el mundo oceánico.

Varias criaturas marinas han desconcertado a científicos y exploradores por sus características y comportamientos. Entre ellas, el calamar vampiro destaca no solo por su apariencia sino por su único método de defensa. Este cefalópodo, descrito por primera vez en 1903, no se alimenta de sangre sino de residuos marinos. Según Bruce Robison, del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey, posee un mecanismo defensivo que le permite expulsar moco luminoso para eludir a los depredadores. Sus ojos rojos y su capa hacen que lleve el apodo de vampiro. En lugar de sangre, el calamar vampiro se alimenta de lo que se conoce como nieve marina: desechos flotantes como algas, plancton muerto y materia fecal.

A diferencia del calamar vampiro, el pez luna embaucador es una especie recién descubierta. Una especie interesante identificado en 2017 por Marianne Nygaard y su equipo en Nueva Zelanda. Habita en aguas frías del hemisferio sur y ha sido visto recientemente tan distante como Alaska. La diferenciación de este pez se complica debido a su capacidad de cambiar morfología durante su crecimiento.

Los camarones barril (Phronima) son conocidos por su comportamiento parasitario. Estos pequeños anfípodos se alimentan de salpas, utilizando sus cuerpos huecos para criar a sus crías. Al hacerlo, las madres impulsan a las salpas hacia adelante, emulando el movimiento de un cochecito, lo que da origen a su nombre común. Los camarones de barril, conocidos como Phronima, habitan en la zona crepuscular de los océanos de todo el mundo, generalmente entre 200 y 1000 metros por debajo de la superficie.

Otro habitante marino inesperado es la medusa sombrero de flor (Olindias formosa). Con tentáculos multicolores, habita las costas de Japón, Brasil y Argentina, y puede formar grandes grupos conocidos como floraciones. Aunque su picadura no es mortal para los humanos, puede causar dolor y erupciones cutáneas.

Las anguilas gulper también sorprenden por su mandíbula extensible que les permite capturar presas mucho más grandes. Estas anguilas, que habitan en el Océano Pacífico oriental, han capturado la atención pública gracias a videos virales que muestran su peculiar método de alimentación.

El calamar colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni) destaca por ser el invertebrado más grande conocido. Un ejemplar fue capturado accidentalmente en el mar de Ross en 2007, pesando alrededor de 1.090 libras y, en 2023, un video mostró la posible primera observación en vivo de una cría de esta especie en el océano Austral.

Finalmente, el pez arquero, encontrado en el sudeste asiático y el norte de Australia, es famoso por su habilidad para cazar tanto dentro como fuera del agua. Este pez utiliza chorros de agua precisos para derribar sus presas de las ramas y hojas de los manglares.

Las profundidades del océano albergan criaturas sorprendentes que desafiaban nuestra imaginación. Entre las más impresionantes se encuentra el calamar colosal, con tentáculos de varios metros de largo. Luego está el insecto cochecito, un diminuto crustáceo con un caparazón parecido a un coche antiguo. Otras criaturas igualmente fascinantes incluyen el pez arquero, un pez cazador y la anguila Gulper conocida por su mandíbula. Estos seres, aunque reales, parecen sacados de una película de ciencia ficción. La biodiversidad marina es vasta y sigue sorprendiéndonos con sus formas y adaptaciones únicas.