Un grupo de investigadores en Japón ha dado un paso trascendental en la biotecnología marina con la creación de un útero artificial destinado a tiburones prematuros. Este innovador dispositivo busca proporcionar un entorno seguro y controlado que mejore las condiciones de gestación y aumente las tasas de supervivencia de estas crías.
La iniciativa no solo podría tener un impacto significativo en la conservación de tiburones en peligro de extinción, sino que también abre nuevas puertas a la investigación científica en el ámbito del desarrollo embrionario y la biología marina.
Los científicos del Acuario Churaumi de Okinawa, Japón, han creado un útero artificial que puede sostener a tiburones prematuros que de otro modo morirían al nacer. Utilizando un tanque especial que imita las condiciones del útero materno, han logrado mantener en crecimiento embriones de tiburón linterna de Moller, según un estudio publicado en Frontiers in Fish Science.
Este útero artificial permite que los embriones completen hasta dos tercios de su periodo normal de gestación, que es de 18 meses. La creación de este sistema tiene como objetivo no solo ayudar a los tiburones en cautiverio, sino también potencialmente fortalecer las poblaciones silvestres de especies en peligro de extinción.
El líder de la investigación, Taketeru Tomita, señala que la idea surgió como respuesta a los nacimientos prematuros observados en el acuario y a la muerte de tiburones capturados accidentalmente por pescadores locales. Los tiburones vivíparos, que dan a luz a crías vivas, son particularmente vulnerables cuando nacen antes de tiempo, ya que el agua salada les resulta tóxica.
El equipo de científicos construyó un tanque grande con pequeños compartimientos internos que contienen líquido filtrado y desinfectado con rayos UV imitando al líquido uterino natural. Sin embargo, los primeros intentos no estuvieron exentos de dificultades, como la correcta transición de los tiburones al agua de mar, induciendo fallos en los primeros esfuerzos.
De esta manera, en el primer experimento, el equipo crió dos embriones tardíos durante cinco meses, pero los vio morir cuando los introdujeron en agua de mar poco después del “nacimiento”.
En su segundo experimento, los investigadores descubrieron cómo aumentar lentamente la proporción de agua de mar en el tanque, imitando cómo los tiburones linterna limpian suavemente sus úteros con agua de mar durante el embarazo. Sin embargo, el equipo aún perdió muchos embriones debido a diversas complicaciones, desde un aumento accidental de la salinidad hasta un problema con el suministro de oxígeno y una sospecha de infección bacteriana. Siete de 30 sobrevivieron.
En trabajos posteriores, el equipo desarrolló un método para aumentar gradualmente la proporción de agua de mar en el tanque, alineándose con los comportamientos naturales de los tiburones linterna. A pesar de ello, enfrentaron desafíos adicionales como incrementos accidentales de salinidad, problemas de oxigenación y posibles infecciones bacterianas, logrando sobrevivir varios tiburones jóvenes.
Tomita planea extender el uso del útero artificial a otras especies de tiburones y perfeccionar el sistema para hacerlo más compacto y manejable. La esperanza es que este avance ayude a conservar especies de tiburones que enfrentan amenazas significativas en sus hábitats naturales.
Megan Ellis, co-directora del proyecto australiano similar, reconoce que adaptar este tipo de tecnología a diferentes especies representa un reto considerable. Cada especie tiene fluidos uterinos únicos, lo que complica el desarrollo de un sistema universal.
El equipo de Okinawa seguirá experimentando con tiburones linterna hasta completar el ciclo de gestación de 18 meses. Mientras tanto, estos avances podrían significar un paso importante en los esfuerzos de conservación de tiburones alrededor del mundo.
En conclusión, los investigadores japoneses han logrado un avance significativo en la biotecnología marina con el desarrollo de un útero artificial para tiburones prematuros. Esta innovación permite un entorno seguro y controlado para la gestación, aumentando las probabilidades de supervivencia de las crías. Este avance no solo tiene implicaciones importantes para la conservación de especies en peligro, sino que también ofrece nuevas oportunidades para la investigación científica sobre el desarrollo embrionario y la biología marina.