5 comportamientos sorprendentes de los delfines que muestran su similitud con los humanos

Estos intrigantes mamíferos marinos tienen cerebros grandes en relación con sus cuerpos y forman grupos sociales complejos y vínculos duraderos

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La pesca ilegal y a gran escala pone en peligro la cooperación entre humanos y delfines
 (Imagen ilustrativa Infobae)
La pesca ilegal y a gran escala pone en peligro la cooperación entre humanos y delfines (Imagen ilustrativa Infobae)

A pesar de que los entornos entornos son completamente diferentes, las personas sienten una fuerte conexión con los delfines: nadar con ellos, jugar con ellos y aprender sobre ellos. Esta conexión podría deberse a las similitudes que comparten con estos animales marinos. Al igual que los humanos, según los especialistas, los delfines tienen cerebros grandes en relación con sus cuerpos y forman grupos sociales flexibles con amistades que pueden durar décadas. Asimismo, estos animales muestran comportamientos colaborativos y trabajan bien en equipo.

Para entender mejor por qué los delfines actúan de la manera en que lo hacen, tres expertos en la materia lo explicaron. Estos son cinco comportamientos:

1- Se llaman por su “nombre”

Los delfines tienen “silbidos característicos” que funcionan como identificadores únicos para cada individuo. Estos silbidos permiten a los delfines identificarse mutuamente. La investigación de Laela Sayigh en el Woods Hole Oceanographic Institution descubrió que los delfines mulares salvajes responden más probablemente a los silbidos de pares cercanos. También pueden imitar los silbidos de otros, posiblemente como una forma de dirigirse entre ellos.

En delfines machos adultos que tienen relaciones muy estrechas, sus silbidos pueden tornarse similares con el tiempo. “Hemos visto muchos ejemplos de alianzas de machos muy estrechas que tienen casi exactamente el mismo silbido, casi como una insignia que indica ‘estamos juntos, somos esta pareja’”, menciona Sayigh. Esto es especialmente importante en sus complejas sociedades, ya que la capacidad de identificar a los individuos ayuda a mantener relaciones a largo plazo. Las investigaciones han demostrado que los delfines pueden recordar los silbidos de antiguos amigos décadas después de haberlos visto por última vez.

Los silbidos de delfines machos estrechamente aliados pueden tornarse similares con el tiempo
 (Imagen ilustrativa Infobae)
Los silbidos de delfines machos estrechamente aliados pueden tornarse similares con el tiempo (Imagen ilustrativa Infobae)

2- Tienen diferentes personalidades

Después de décadas trabajando con delfines, Bruno Díaz López, experto en delfines del Instituto de Investigación del Delfín Mular en España, afirma que estos animales son individuos únicos. Su equipo midió estas diferencias observando cómo los delfines mulares salvajes respondían a nuevos elementos y situaciones, clasificándolos desde audaces hasta tímidos. Los individuos más audaces tendían a tener un papel más central en la red social, con relaciones más fuertes.

Otro estudio demostró que los rasgos de personalidad de los delfines se mantienen estables con el tiempo. Durante 32 años, se observó que los rasgos paralelos a la introversión y la extroversión en los humanos se mantenían constantes en los delfines individuales, desde la infancia hasta la adultez avanzada.

3- Se comunican a través del tacto

Los delfines no producen sonidos a través de la boca, sino mediante sus espiráculos al mover el aire a través de sacos aéreos interconectados. También utilizan su mandíbula para percibir vibraciones submarinas, conectadas directamente al cerebro.

A pesar de la importancia de los silbidos y chillidos, el equipo de Díaz López descubrió que los amigos más cercanos no vocalizan tanto entre sí. “Tal vez porque se conocen tan bien no necesitan comunicarse tanto”, explica Díaz López.

Heidi Lyn, especialista en comunicación animal de la Universidad del Sur de Alabama, sugiere que los delfines también dependen del lenguaje corporal y el tacto para comunicarse. “Se ve mucho comportamiento social en el que tocan las aletas pectorales, frotándolas entre sí mientras nadan”, menciona Lyn. Esta sincronización puede ocurrir sin mucha vocalización y demuestra su habilidad para leer los comportamientos corporales de los demás y formar vínculos estrechos.

Delfines prefieren asociarse con otros que utilizan estrategias de alimentación similares
(AP Foto/Silvia Izquierdo)
Delfines prefieren asociarse con otros que utilizan estrategias de alimentación similares (AP Foto/Silvia Izquierdo)

4- Usan herramientas

La curiosidad y creatividad de los delfines les permiten descubrir nuevas soluciones a problemas, como el uso de herramientas. Algunos delfines en Australia utilizan una técnica llamada “esponja”, llevando una esponja marina en el pico para descubrir comida en el fondo del mar. Otro grupo de delfines inventó el “shelling”, atrapando presas en conchas de caracol marino y levantándolas por encima del agua para sacudir su contenido en la boca.

5- Se unen a los humanos

En España e Italia, los delfines nadan alrededor de piscifactorías para pastorear peces que se reúnen alrededor de balsas flotantes de mejillones o mariscos, trabajando juntos para robar pescado de las redes. Estos delfines parecen preferir asociarse con otros que utilizan estrategias de alimentación similares y comparten estas técnicas con sus amigos.

La colaboración entre humanos y delfines en la pesca se remonta a la antigua Grecia y Roma. En Brasil, los pescadores observan los movimientos de los delfines mulares para saber dónde arrojar las redes, una práctica transmitida durante más de 150 años. Después de que los pescadores lanzan las redes, los delfines capturan los peces desorientados que no son atrapados por las redes.

Desafortunadamente, la pesca ilegal y a gran escala amenaza esta cooperación en Brasil, una de las últimas interacciones ecológicas mutuamente beneficiosas entre humanos y animales salvajes. Adaptándose a estos cambios, Díaz López concluye: “El comportamiento de los delfines cambia con el entorno y las oportunidades que tienen, pero nuestra interpretación de su comportamiento también ha cambiado.”

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