La NASA, en colaboración con SpaceX, han anunciado un importante paso en el futuro de la Estación Espacial Internacional (ISS). La agencia espacial estadounidense pagará hasta 843 millones de dólares a la empresa privada para desarrollar un vehículo capaz de guiar la ISS fuera de su órbita y dirigirse a su destino final cuando la estación sea retirada en los próximos años.
SpaceX planea lanzar este vehículo especial más adelante en esta década. El dispositivo se acoplará a la ISS —una estructura de casi 450 toneladas, aproximadamente del tamaño de una cancha de fútbol— y la guiará mientras se precipita fuera de la órbita terrestre. La estación espacial y el vehículo de salida de órbita se espera que se reintroduzcan en la atmósfera terrestre viajando a más de 27,000 kilómetros por hora (17000 millas por hora).
La NASA, que hasta ahora ha operado la ISS en conjunto con Roscosmos (la agencia espacial rusa) y otras agencias internacionales, no especificó cuántas empresas presentaron propuestas para el contrato del vehículo de salida de órbita. Además de Roscosmos, otras entidades como la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense son también parte del consorcio que administra la estación.
La agencia espacial estadounidense subrayó en un comunicado que “la salida segura de órbita de la Estación Espacial Internacional es responsabilidad de las cinco agencias espaciales que la operan”. Sin embargo, no mencionó si estos socios internacionales asumirán una parte del costo del contrato adjudicado a SpaceX. No hubo respuesta inmediata de un portavoz de NASA ni de SpaceX sobre este punto.
Aún no hay una fecha definitiva para el cese de operaciones de la ISS, aunque la NASA ha declarado su intención de continuar con sus actividades hasta 2030. Por otro lado, Roscosmos solo ha garantizado su participación hasta 2028. En previas declaraciones, NASA indicó que espera que el vehículo de salida de órbita pueda ser lanzado en diciembre de 2028, con la condición de estar listo para 2029.
El vehículo de SpaceX promete tomar el relevo cuando la estructura, que orbita a unos 400 kilómetros (250 millas) sobre la superficie terrestre, cumpla su ciclo. Desde su lanzamiento en 2000, la ISS ha sido hogar rotativo de astronautas que han desarrollado experimentos científicos y llevado a cabo investigaciones cruciales, lo que la convierte en un laboratorio espacial esencial.
Ken Bowersox, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de NASA, resaltó la importancia del proyecto: “Seleccionar un Vehículo de Salida de Órbita estadounidense para la Estación Espacial Internacional ayudará a NASA y sus socios internacionales a garantizar una transición segura y responsable en la órbita terrestre baja al final de las operaciones de la estación”. Bowersox subrayó que este laboratorio orbital ha sido un modelo de ciencia, exploración y cooperación espacial.
Uno de los desafíos que enfrenta la ISS es su envejecimiento, lo cual ha precipitado la necesidad de planificar su eventual salida de órbita. En este contexto, NASA ha señalado su visión de transferir las operaciones en la órbita terrestre baja al sector privado. Las empresas comerciales tendrán la libertad de construir sus propios laboratorios orbitales, hoteles espaciales u otros proyectos innovadores.
Mientras tanto, NASA centrará sus esfuerzos en la exploración del sistema solar. Un ejemplo es el programa Artemis, que tiene el objetivo de regresar astronautas a la superficie lunar para 2026 y, eventualmente, establecer una base lunar permanente.
Paralelamente al contrato con SpaceX, NASA anunció la finalización de un acuerdo para desarrollar nuevos trajes de actividad extravehicular (EVA) que los astronautas utilizan durante las caminatas espaciales. Los trajes blancos icónicos, diseñados hace más de 40 años, necesitan una actualización. Según NASA, su socio en este contrato, Collins Aerospace, reconoció que su cronograma de desarrollo no apoyaría el calendario de la estación espacial ni los objetivos de la misión de la agencia.
Este anuncio llega poco después de que NASA tuviera que cancelar una caminata espacial debido a una fuga en el traje espacial del astronauta Tracy Dyson, lo que subraya la urgencia de actualizar estos equipos críticos para las operaciones exteriores.
Este desarrollo es un reflejo de los continuos esfuerzos por adaptarse a la evolución de los retos y necesidades del espacio, garantizando que la transición de la ISS se realice de manera segura y responsable.