Un grupo de astrónomos ha logrado un avance sin precedentes al identificar la supernova más antigua y alejada de la Tierra conocida hasta la fecha. Utilizando los avanzados instrumentos del Telescopio Espacial James Webb, los investigadores han descubierto supernovas ubicadas a distancias nunca vistas antes. Estos hallazgos, presentados recientemente en la reunión de la Sociedad Astronómica Americana, abren una ventana al universo primitivo, permitiendo a los científicos examinar eventos cósmicos que ocurrieron hace más de 12 mil millones de años.
El telescopio James Webb ha logrado identificar unas 80 supernovas en una pequeña porción del cielo, muchas de ellas ubicadas a distancias y tiempos en los que el universo apenas tenía unos dos mil millones de años, lo que ofrece una ventana única hacia el pasado. Según explica el astrónomo del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial de Baltimore, Maryland, Justin Pierel, “el Webb es un gran telescopio, casi diez veces más grande que el Hubble en términos de área de recolección de luz”. Gracias a esta capacidad, Webb puede detectar longitudes de onda de luz más largas que indican la presencia de supernovas.
Los datos del telescopio revelaron la presencia de estos estallidos de estrellas en una región diminuta del espacio, circundando cerca de 80 objetos cuya luminosidad cambió con el tiempo. La mayoría de estos objetos, conocidos como transitorios, son el resultado de explosiones estelares. La sensibilidad y el tamaño del Webb le han permitido captar lo que otros telescopios no pudieron. El astrónomo de la Universidad de Harvard, Edo Berger, comentó: “Es genial ver que estas supernovas pueden ser recuperadas en los datos del Webb”.
Los investigadores observaron múltiples imágenes tomadas por el Webb a lo largo de un año para buscar fuentes de luz que aparecieran o desaparecieran, conocidas como transitorios. Esta técnica les ayudó a detectar no solo docenas de supernovas, sino también a identificar su antigüedad a través de la luz emitida hace miles de millones de años. El Webb puede detectar estas supernovas gracias a un fenómeno llamado desplazamiento al rojo cosmológico, donde la longitud de onda de la luz se estira con el tiempo y cae en el espectro infrarrojo, invisible al ojo humano pero detectable por el telescopio adecuado.
“Sabíamos que estas supernovas tenues y lejanas existían, pero no podíamos verlas antes”, añadió Pierel. El desplazamiento al rojo varía con el tiempo del universo; por ejemplo, un desplazamiento al rojo de 2 indica una supernova de cuando el universo tenía unos 3,3 mil millones de años. Una supernova con desplazamiento al rojo de 3,6, una de las más recientes encontradas, se formó cuando el universo tenía aproximadamente 1,8 mil millones de años, lo que la convierte en la más antigua registrada, con unos 12 mil millones de años de antigüedad.
Pierel señala que los datos ofrecidos por el Webb proporcionan una impresionante imagen del universo primitivo: “El universo tiene casi 14 mil millones de años, pero estas supernovas son de una era en la que el universo era apenas un adolescente en términos humanos”.
Además de revelar la antigüedad del cosmos, estos descubrimientos permiten a los astrónomos investigar la naturaleza del universo temprano, cómo se formaron las estrellas y qué sucedió cuando explotaron. Los estallidos estelares son más brillantes y, por tanto, más fáciles de detectar que las estrellas lejanas. El Webb incluso detectó una supernova de tipo 1a, particularmente brillante y útil para medir distancias extensas en el espacio.
El profesor de Harvard, Edo Berger, subraya la importancia de estos hallazgos: “Encontrar estas supernovas de alto desplazamiento al rojo es importante para realizar mediciones cosmológicas”, así como para estudiar fenómenos como la energía oscura.
Pierel también destaca que, sin estas explosiones estelares, la vida tal como la conocemos no sería posible, ya que los elementos esenciales para la vida en la Tierra se dispersaron en el universo por medio de estas explosiones cuando el cosmos era mucho más joven.
Qué es una Supernova
Una supernova es una explosión estelar extremadamente poderosa que ocurre durante las etapas finales de la evolución de una estrella.
Este evento libera una enorme cantidad de energía, expulsando la mayor parte de la materia de la estrella al espacio y creando una brillante emisión de luz que puede durar semanas e incluso meses.
Una supernova puede superar en brillo a toda una galaxia durante un breve periodo y desempeña un papel crucial en la dispersión de elementos químicos, contribuyendo a la formación de nuevas estrellas y planetas.