Recientes investigaciones han abierto la posibilidad de que el Marte antiguo tuviera condiciones climáticas y ambientales capaces de sustentar vida, similares a las de la Tierra en sus primeras etapas.
Los estudios, protagonizados por las observaciones del rover Curiosity de la NASA y apoyados por datos de la misión Mars Express, sugieren un escenario en el que Marte experimentó estaciones húmedas y secas, presencia de agua significativa y la posible formación de compuestos orgánicos necesarios para el surgimiento de la vida.
Uno de los hallazgos más significativos procede de un estudio que reveló patrones de sal hexagonales en capas sedimentarias, lo que sugiere que Marte tuvo cambios climáticos regulares y sostenidos, con estaciones húmedas y secas durante millones de años.
“Este clima cíclico indica condiciones favorables para la formación de compuestos orgánicos complejos”, destaca la investigación realizada por expertos del CNRS, la Universidad Toulouse III – Paul Sabatier, y la Universidad Claude Bernard Lyon 1.
Adicionalmente, un equipo de la misión Mars Express identificó depósitos en capas ricos en hielo en la Formación Medusae Fossae, lo que sugiere notables cantidades de agua en Marte, y por lo tanto, condiciones habitables similares a las de la Tierra.
“Estos depósitos sugieren que había cantidades significativas de agua”, recalca la misión, lo que apunta a un entorno potencialmente propicio para el desarrollo de vida.
Otro elemento clave en esta cadena de descubrimientos es el hallazgo de altas concentraciones de óxido de manganeso en las rocas del cráter Gale, un indicativo de la posible presencia de altos niveles de oxígeno en la atmósfera marciana en algún momento de su historia.
En la Tierra, tales condiciones están generalmente facilitadas por la vida fotosintética, lo que plantea preguntas sobre las condiciones atmosféricas de Marte y su capacidad para haber sustentado vida. “La presencia de estos óxidos en Marte plantea dudas sobre el contenido de oxígeno de la atmósfera marciana”, subrayan los investigadores.
“Es difícil que se forme óxido de manganeso en la superficie de Marte, por lo que no esperábamos encontrarlo en concentraciones tan altas en un depósito costero”, comentó Gasda, reflejando la sorpresa del equipo ante estos resultados.
La presencia de estos sedimentos sugiere que se formaron en entornos ricos en agua, como ríos, deltas o costa de lagos antiguos que habrían sido habitables en el pasado de Marte.
La ChemCam, herramienta clave en este descubrimiento, es capaz de analizar la composición química de las rocas y el suelo marcianos mediante una técnica denominada espectroscopía de descomposición inducida por láser (LIBS).
Este instrumento, una colaboración entre el Laboratorio Nacional de Los Álamos y la Centre National d’Études Spatiales (CNES) de Francia, permite a los científicos vaporizar pequeñas porciones de material y analizar la luz emitida para determinar los elementos presentes.
“El instrumento puede analizar múltiples puntos en una sola roca o suelo en cuestión de minutos”, señaló un miembro del equipo de investigación, subrayando la eficacia de la ChemCam en la recopilación de datos químicos sobre Marte.
Una de las grandes cuestiones levantadas por este estudio es cómo el manganeso podría haberse oxidado y concentrado en el antiguo Marte. En la Tierra, la presencia de oxígeno atmosférico, a menudo relacionada con la actividad de microorganismos fotosintéticos, facilita este tipo de procesos.
Sin embargo, como indica Patrick Gasda, un científico del equipo: “En Marte, no tenemos evidencia de vida ni un mecanismo claro para producir oxígeno en la antigua atmósfera del planeta”. Eso sugiere que deben existir otros procesos aún por entender que contribuyeron a la formación de estas concentraciones de manganeso.
El estudio de las rocas sedimentarias del cráter Gale ha revelado que son una mezcla de arenas, limos y lodos, siendo los más porosos quienes pueden haber facilitado el paso del agua subterránea rica en manganeso. Eso, junto con la indeterminada fuente de oxidación, apunta a que la historia geológica de Marte podría ser más compleja de lo previamente considerado.
Nina Lanza, investigadora principal del instrumento ChemCam, comparó el entorno de las rocas halladas con zonas habitables de la Tierra, lo que destacó la importancia del manganeso tanto en Marte como en nuestro planeta.
“El entorno del lago Gale, tal como lo revelan estas rocas antiguas, nos ofrece una ventana a un entorno habitable que parece sorprendentemente similar a los lugares de la Tierra actuales”, explicó Lanza, lo que resaltó la relevancia de estos descubrimientos para la comprensión de entornos potencialmente habitables fuera de nuestro planeta.
Por otro lado, el estudio publicado en Nature sobre antiguas grietas de barro encontradas por Curiosity, que probablemente se formaron por ciclos húmedos y secos de alta frecuencia, respalda la idea de un clima marciano con “un régimen climático similar a la Tierra”. Estos ciclos son esenciales, ya que facilitan la evolución molecular que podría conducir a la vida, sugerente de un Marte con condiciones climáticas favorables para la evolución prebiótica.
Cada uno de estos descubrimientos refuerza la hipótesis de que el Marte antiguo poseía las condiciones químicas y medioambientales necesarias para la emergencia de la vida. Si bien estos estudios no concluyen definitivamente sobre la existencia de vida marciana, sí amplían de manera significativa nuestra comprensión sobre la historia geológica y climática del planeta rojo, marcando un hito en nuestra búsqueda de vida más allá de la Tierra.