Un estudio realizado por científicos de la Universidad Estatal de Portland y la Universidad de Oregon, ha llevado al descubrimiento de un método mejorado para la preparación del café expreso. La investigación, publicada en la revista Matter, podría permitir ahorros significativos en la industria de este producto alimenticio.
Al moler el café, la fricción entre los granos genera electricidad, lo que hace que las partículas se agrupen en el molinillo. Los científicos notaron que agregar agua a este proceso reduce la electricidad producida, lo que resulta en menos desperdicio de café y sabores más fuertes.
“El agua no sólo reduce la electricidad estática y, por lo tanto, reduce el desorden al moler, sino que también puede tener un impacto importante en la intensidad de la bebida y, potencialmente, la capacidad de acceder a mayores concentraciones de sabores favorables”, dijo a The Guardian Christopher Hendon, profesor asociado de química en la Universidad de Oregón y autor principal del estudio.
Asimismo, los investigadores midieron diferentes tipos de granos de café. Se consideró el país de origen y los colores del tueste del café. También tomaron en cuenta los métodos de procesamiento del café y si este era lavado, descafeinado o natural, lo que no afectó la cantidad de electricidad producida.
La modificación de este proceso implica menos desperdicio y un potencial ahorro de aproximadamente 250 millones de dólares al año en los mercados europeos y estadounidenses.
Los autores dijeron que el siguiente paso es descifrar el método para crear el café ‘perfecto’.
“Ahora que sabemos qué ajustes de molienda usar para hacer un expreso reproducible, podemos comenzar a intentar comprender qué factores dan lugar a diferencias sensoriales en el sabor del café”, agregó Hendon.
Similar a las erupciones volcánicas
Este estudio no solo promete mejorar la calidad del café sino que también ofrece perspectivas en la comprensión de procesos como erupciones volcánicas o el flujo de agua en suelos.
“Durante la erupción, el magma se divide en muchas partículas pequeñas que luego salen del volcán en esta gran columna, y durante todo ese proceso, esas partículas se frotan entre sí y se cargan hasta el punto de producir un rayo”, señaló en un comunicado Josh Méndez, profesor asistente de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Universidad Estatal de Portland y primer autor del estudio. “De una manera simplista, es similar a moler café, donde se toman estos granos y se reducen a un polvo fino”.
El Laboratorio de Riesgos y Café de la Universidad Estatal de Portland, liderado por Méndez, continúa su enfoque primario en el desarrollo de sensores y experimentos de laboratorio para estudiar peligros naturales, pero también avanza en la investigación de la física del café. Actualmente exploran desde técnicas tradicionales de molienda en la región de La Huasteca en México hasta la degasificación del CO2 durante almacenamiento del café.
Méndez destaca la alineación entre la cultura cafetera de Portland y su trabajo, que comparte características matemáticas y procesos con estudios de desastres naturales, lo que podría proporcionar conocimientos para el estudio de otros mundos y fenómenos a gran escala en la Tierra.
Estudiar la dinámica granular y de fluidos en la preparación del café puede resultar en una bebida más sabrosa y ofrecer comprensión de fenómenos complejos como los deslizamientos de tierra, erupciones volcánicas o cómo el agua se filtra a través del suelo. La identificación de paralelismos entre el proceso de molienda y eventos geológicos proporciona un campo fértil para la colaboración interdisciplinaria y la innovación aplicada.