Qué pasa cuando se hace ayuno intermitente durante dos semanas, según un estudio

Un estudio en el Reino Unido siguió a más de 37 mil personas que aceptaron no consumir alimentos durante 10 horas cada día. Cuál fue el impacto de este comportamiento y cuáles son las limitaciones

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Los hallazgos pueden indicar que las personas no necesitan estar comiendo todo el tiempo
(Getty Images)
Los hallazgos pueden indicar que las personas no necesitan estar comiendo todo el tiempo (Getty Images)

El ayuno intermitente es un tipo de plan de alimentación que se usa para bajar el sobrepeso, que está creciendo como una moda. Se sigue en diferente modalidades como el ayuno en días alternos, el ayuno prolongado y el ayuno de variados horarios cada día. Pero aún se investigan cuáles pueden ser los efectos de esa dieta que se guía por la manipulación del tiempo.

Un nuevo estudio en el Reino Unido aportó algunas pistas, ya que está en duda que las personas puedan sostener esa opción a largo plazo. El trabajo reveló que comer dentro de un intervalo de diez horas se asocia a un mayor nivel de energía y ánimo y a menores niveles de hambre. Así lo sugiere la investigación realizada por investigadores del King’s College de Londres, que fue presentado en la Conferencia Europea de Nutrición esta semana.

El ayuno intermitente implica que la persona decide restringirse el consumo de alimentos en un intervalo determinado, una práctica que puede encontrarse en diferentes tradiciones religiosas y étnicas a lo largo de la historia. Sin embargo, ante la difusión de este comportamiento alimenticio por parte de los famosos, el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) salió, en agosto pasado, a advertir los potenciales riesgos.

Hay diferentes modalidades de ayunos intermitentes. Se sabe que puede generar efectos secundarios como sensación de hambre, irritabilidad, náuseas, dificultad para concentrarse y ansiedad/Archivo
Hay diferentes modalidades de ayunos intermitentes. Se sabe que puede generar efectos secundarios como sensación de hambre, irritabilidad, náuseas, dificultad para concentrarse y ansiedad/Archivo

Lilia Hernández Alvarado, coordinadora delegacional de Nutrición del Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada del IMSS en Zacatecas, señaló que entre sus desventajas está que, al poner al cuerpo en una situación de déficit de calorías, no es una opción a largo plazo y puede generar efectos secundarios como sensación de hambre, irritabilidad, náuseas, dificultad para concentrarse y ansiedad.

En el caso del estudio en el Reino Unido, se consideró una ventana de diez horas. Esto significa limitar el horario diario de comidas a este lapso y ayunar las 14 horas restantes. Por ejemplo, si se come el primer bocado a las 9 de la mañana, se debe ingerir el último antes de las 7 de la tarde.

Algunos defensores del ayuno intermitente suelen promover períodos de alimentación restrictivos de tan sólo seis horas. Pero los resultados del trabajo muestran que incluso comer dentro de un período menos restrictivo de 10 horas puede aportar beneficios para la salud, como cambios en el estado de ánimo, la energía y el hambre.

Los que fueron constantes con su horario de comidas obtuvieron mayores beneficios que los que lo variaron de un día para otro.

Un estudio en el Reino Unido evaluó que pasaba cuando las personas aceptan una  ventana de diez horas sin comer por 2 semanas. El estado de ánimo y los niveles de energía mejoraron 
(Getty Images)
Un estudio en el Reino Unido evaluó que pasaba cuando las personas aceptan una ventana de diez horas sin comer por 2 semanas. El estado de ánimo y los niveles de energía mejoraron (Getty Images)

Una de las autoras de la investigación, Sarah Berry, del King’s College de Londres y jefa científica de ZOE, reconoció que se trata de un estudio fuera de la investigación clínica, pero sostuvo que el ayuno intermitente “puede mejorar la salud en un entorno real”.

Lo más interesante -enfatizó- es que los datos demuestran que no es necesario ser muy restrictivo para obtener resultados positivos. “Una ventana de diez horas para comer, que era manejable para la mayoría de la gente, y mejoró el estado de ánimo, los niveles de energía y el hambre”, detalló.

“Descubrimos por primera vez que quienes practicaban la restricción horaria, pero no eran constantes día a día, no tenían los mismos efectos positivos para la salud que quienes se dedicaban a ella todos los días”, dijo en un comunicado oficial.

Las personas que practicaban la restricción horaria de manera constante  tuvieron mejores resultados que las que no tuvieron la misma dedicación

 (Imagen ilustrativa Infobae)
Las personas que practicaban la restricción horaria de manera constante tuvieron mejores resultados que las que no tuvieron la misma dedicación (Imagen ilustrativa Infobae)

Los participantes del estudio fueron 37.545 personas, que aceptaron usar la aplicación ZOE Health y completaron el período de intervención principal de tres semanas. Tuvieron que comer de forma normal durante la primera semana y, luego, una ventana de alimentación de diez horas durante dos semanas.

Más de 36.231 participantes optaron por semanas adicionales y 27.371 usuarios fueron clasificados como muy comprometidos. El 78% de los participantes muy comprometidos eran mujeres, con una edad media de 60 años y un índice de masa corporal de 25,6. Los participantes con un período de alimentación más prolongado antes de la intervención obtuvieron un beneficio aún mayor para su salud.

La doctora Kate Bermingham, del King’s College de Londres y de ZOE, afirmó: “Este estudio se suma al creciente conjunto de pruebas que demuestran la importancia de cómo se come. El impacto de los alimentos en la salud no depende sólo de lo que se come, sino también del momento en que se elige para consumir las comidas, y comer en la ventana es un comportamiento dietético importante que puede ser beneficioso para la salud”.

La adopción del ayuno intermitente está en debate porque aún no hay estudios a largo plazo que demuestren que sea una estrategia efectiva para mantener un peso saludable/
Crédito: Getty
La adopción del ayuno intermitente está en debate porque aún no hay estudios a largo plazo que demuestren que sea una estrategia efectiva para mantener un peso saludable/ Crédito: Getty

Los hallazgos pueden indicar que las personas no necesitan estar comiendo todo el tiempo. “Muchas personas se sentirán saciadas e incluso perderán peso si restringen su alimentación a una ventana de diez horas”, resaltó.

Consultada por Infobae, la doctora Carla Musso, coordinadora del departamento de Diabetes de la Fundación Favaloro y vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Diabetes, aseguró que “se trata de un estudio interesante por el número alto de participantes. La mayoría tenía sobrepeso”.

Los investigadores evaluaron y encontraron que el ayuno intermitente disminuyó el hambre y pudieron estar con buen ánimo, aunque duró solo dos semanas, indicó Musso. “Habría que ver si las personas pueden sostener esa opción. En general se recomienda hacer un cambio de hábitos en la alimentación. Lo ideal sería cenar temprano, antes de las 20 horas, y no consumir alimentos hasta la mañana siguiente”.

Además de la elección de un plan de alimentación, hoy también se promueven las políticas públicas que logran que las personas se informen mejor sobre qué productos están consumiendo y cuáles son sus nutrientes críticos /Ministerio de Salud de Neuquén/Archivo
Además de la elección de un plan de alimentación, hoy también se promueven las políticas públicas que logran que las personas se informen mejor sobre qué productos están consumiendo y cuáles son sus nutrientes críticos /Ministerio de Salud de Neuquén/Archivo

Más allá del plan de alimentación que cada persona elija o pueda seguir, también hay estudios que demuestran que se debe poner énfasis en el entorno de las personas. Si se vive en ciudades con alto acceso a productos que contribuyen al aumento del peso y con bajas opciones para hacer actividad física regular, entre otros factores, hay más chances de las personas tengan sobrepeso.

Desde la Organización Mundial de la Salud y la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (Fagran), entre otras instituciones, se promueven las políticas públicas que transformen los sistemas alimentarios, reduzcan el consumo de comestibles ultraprocesados y se regule la publicidad, promoción y patrocinio de esos productos, como un camino para favorecer la prevención y el tratamiento de la obesidad.

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