Casi todos creían que el paso del huracán Ian que azotó el suroeste de Florida como tormenta de categoría 4 en septiembre del año pasado, había dejado 149 muertos y millones de dólares de pérdidas. Pero los problemas generado por el paso del fenómeno climático fueron más y hoy afectan la salud pública de Estados Unidos.
Es que el recuento oficial de muertes no incluyó una de las formas más espantosas en que murió mucha gente como resultado de la tormenta. Un estudio publicado esta semana encontró que el huracán Ian provocó un aumento en los casos de vibriosis, una enfermedad potencialmente mortal causada por una bacteria transmitida por el agua llamada Vibrio, en Florida.
En el condado de Lee, donde Ian tocó tierra, 38 personas enfermaron por la bacteria y 11 personas finalmente murieron en el mes siguiente a la tormenta: el mayor número de casos de Vibrio en un solo mes en Florida en más de 30 años. Las autoridades sanitarias afirmaron que no se habían reportado casos de Vibrio en el estado en la semana previa al huracán.
El 1 de septiembre, los Centros para el Control de Enfermedades emitieron una alerta a los proveedores de atención médica para que consideraran a Vibrio como una posible causa de heridas infectadas, observando varios casos graves y fatales en Connecticut, Nueva York y Carolina del Norte.
“Este tipo raro y potencialmente mortal de bacteria carnívora no debe tomarse a la ligera. Debe ser tratado con el debido respeto, de la misma manera que respetamos a los caimanes y las serpientes de cascabel”, dijo el secretario de prensa del Departamento de Salud de Florida, Jae Williams. Los funcionarios de salud de Florida comenzaron a alertar a los residentes sobre la posibilidad de tales infecciones bacterianas “tan pronto como se declaró el estado de emergencia”, sostuvo Williams, refiriéndose al huracán Ian.
Las zonas costeras del estado, así como Georgia y las Carolinas, donde las oleadas de Ian dejaron agua estancada, estaban en mayor riesgo de contraer la bacteria Vibrio. “Las condiciones climáticas cambiantes influyen en los parámetros asociados con el crecimiento de Vibrio y su patógenos en el medio ambiente y, por lo tanto, están relacionados con una mayor incidencia de vibriosis”, precisaron las autoridades.
“El agua de lluvia, al ser agua dulce, diluye el agua de mar y reduce la salinidad”, dijo James Oliver, profesor jubilado de microbiología de la Universidad de Carolina del Norte, Charlotte. Esa mezcla crea las condiciones perfectas para que las bacterias prosperen y se propaguen.
El estudio, publicado en la revista Mbio, encontró que las bacterias Vibrio vulnificus y Vibrio parahaemolyticus, que pueden causar infecciones graves y potencialmente mortales, se encontraban en niveles elevados en las aguas de los condados de Lee, Collier y Charlotte, que fueron los más afectados por el huracán.
Según precisan los CDC, las bacterias Vibrio vulnificus viven en aguas saladas y tibias, como las que quedan estancadas luego de una inundación. Las personas se pueden infectar por estas bacterias al ingresar al cuerpo a través de heridas o cortes abiertos. Los síntomas de una infección por Vibrio vulnificus pueden incluir fiebre, escalofríos, dolor abdominal, náuseas y vómitos. En casos graves, la infección puede provocar la muerte.
Los investigadores creen que el aumento de las bacterias Vibrio vulnificus en las aguas costeras de Florida se debe a la combinación de factores, incluyendo el aumento de las temperaturas del agua, la contaminación de las aguas residuales y la destrucción de los hábitats naturales.
“Nos sorprendió mucho poder detectar, sin ninguna dificultad, la presencia de estos patógenos”, dijo la autora principal del estudio, Rita Colwell, profesora universitaria distinguida en el Instituto de Estudios Informáticos Avanzados de la Universidad de Maryland (UMIACS), que ha estudiado Vibrio durante los últimos 50 años.
“Estos vibrios generalmente crecen bien entre 15 y 40 grados Celsius, por lo que a medida que la temperatura aumenta, su tiempo de generación se acorta y se dividen cada vez más rápido. El calentamiento del agua de mar, que se mezcla con agua dulce, creando salinidades óptimas, realmente mejora el crecimiento de Vibrios, por lo que es una preocupación muy seria”, remarcó Colwell.
La experta y sus colegas pidieron la realización de más investigaciones para cuantificar la prevalencia de la bacteria Vibrio en diferentes lugares, estaciones y condiciones ambientales. Colwell dijo que esta investigación no sólo es vital para la salud pública sino también un paso importante para comprender nuestro clima cambiante.
“Por el lado positivo, sabiendo que estas infecciones están asociadas con la mayor variabilidad de un clima cambiante, tal vez ahora sea el momento de desarrollar mecanismos para comprenderlo y mitigarlo. El cambio climático y las inundaciones están claramente relacionados con las enfermedades infecciosas y debemos tomarlo en serio”, agregó la experta.
Entre las recomendación que los especialistas hacen para evitar la exposición a las bacterias Vibrio vulnificus: Evitar nadar en aguas contaminadas, como las que están estancadas o tienen un olor desagradable; tampoco se debe nadar si hay heridas o cortes abiertos en el cuerpo, de ser así las mismas deben ser cubiertas con un vendaje impermeable. Las manos deben ser lavadas con agua y jabón con frecuencia. Evitar consumir mariscos crudos o poco cocidos, especialmente si se obtienen de aguas costeras contaminadas.
Si se sospecha de haberse expuesto a la bacteria Vibrio vulnificus, se debe acudir al médico de inmediato.