Las estatinas son fármacos usados para disminuir el colesterol en la sangre y prevenir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Si bien brindan una ayuda muy importante al paciente que necesita tomarlas por recomendación médica, es cierto que estos fármacos no gozan de buena fama. Es por ello que, a menudo, se habla de la “intolerancia a las estatinas”, atribuyéndoles problemas musculares, hepáticos, hemorrágicos y hasta la posible generación de diabetes.
Para brindar un panorama esclarecedor sobre el tema estatinas, 13 profesionales de 6 países de Latinoamérica elaboraron un documento médico sobre los efectos adversos e intolerancia a las estatinas. El trabajo fue publicado esta semana por la Sociedad Argentina de Lípidos y posteriormente se hará en las sociedades médicas de Chile, Uruguay, México, Colombia y República Dominicana.
“Se trata de un documento de posición junto a varios profesionales latinoamericanos en el que analizamos objetivamente a las estatinas y su prevalencia a la intolerancia. Además de que, a qué factores se asocia, cómo se debe investigar y qué se puede hacer con el paciente en algunos casos donde no se las puede administrar”, explicó a Infobae el doctor Pablo Corral, especialista en medicina interna, lipidólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Lípidos.
“Hay un grupo de pacientes que tiene una clara indicación de recibir fármacos llamados estatinas, que son esenciales y primordiales para prevenir un infarto de miocardio y no las toleran. Son aproximadamente 1 de cada 10 personas que deben tomarlas”, indicó el especialista.
Y agregó: “Estos fármacos son básicos y realmente necesarios para prolongar la vida de estos pacientes. Recordemos que la causa número 1 de mortalidad en el mundo es la muerte cardíaca y cerebral-vascular. Es por ello que la ciencia ya probó desde hace más de 30 años que las estatinas mejoran en forma clara la sobrevida. Pero estas estatinas tienen un muy mal agente de prensa. Todos piensan que traen problemas o efectos adversos. Pero la realidad es que estos problemas son menos frecuentes de lo que realmente son”.
“Si bien se trata del 10 % de las personas, es tanta la población que necesita estos fármacos que en el número global son muchos los afectados que no pueden recibirlas. Y este reciente documento brinda una recomendación sobre cuáles son los fármacos o las recomendaciones que se pueden seguir como alternativa, según el problema médico que padezca el paciente”, completó Corral.
El documento médico explica que las estatinas constituyen una herramienta fundamental en el abordaje no solo de los niveles plasmáticos de colesterol asociado con lipoproteínas de baja densidad (LDLc), sino también del riesgo cardiovascular aterosclerótico.
“Existe una vasta evidencia en función de la seguridad y la eficacia en prevención de eventos vasculares. Sin embargo, como cualquier otro fármaco, las estatinas son capaces de producir efectos adversos que pueden ocasionar la discontinuación del tratamiento o la intolerancia a las dosis indicadas. Es por ello que es de suma importancia reconocer y dimensionar estos eventos, con el fin de evitar un daño mayor al beneficio buscado, como también para no caer en el sobrediagnóstico de intolerancia ni atribuir reacciones adversas que no tengan relación con el uso de estatinas”, apunta el informe.
“El objetivo de este documento de posición es el de brindar al lector, en forma actualizada, concreta y sobre la base de la mejor evidencia disponible, toda la información necesaria para un correcto abordaje y tratamiento del paciente, en relación con los potenciales efectos adversos y la intolerancia a las estatinas”, adelanta el escrito.
Y establece que, como primer paso, hay que constatar la necesidad de la presencia de uno o más efectos adversos relacionados con el uso de estatinas, que se resuelven al disminuir o suspender el fármaco. En segundo lugar, deben testearse al menos dos estatinas y al menos una de estas con la dosis más baja aprobada para su utilización.
“Resulta de vital importancia destacar el rol del efecto ‘nocebo’ en el complicado mundo de la intolerancia a estatinas. Este se define como: situación en la que un paciente presenta los posibles efectos secundarios o síntomas que produce un medicamento o tratamiento solo porque cree que pueden ocurrir”, afirma el escrito. Y destaca: “Es fundamental, al momento de la evaluación de nuestro paciente, lograr una diferenciación entre la intolerancia real a las estatinas y este efecto nocebo, con el fin de lograr delinear el mejor abordaje de nuestros pacientes, reduciendo el riesgo de eventos cardiovasculares de vital importancia”.
Factores de riesgo
“El sexo femenino es un factor de riesgo conocido para la intolerancia a estatinas. Las mujeres son más propensas a tener intolerancia a estos fármacos, y tienen también menor tasa de adhesión debido a los efectos secundarios, en comparación con los hombres. Tanto hombres como mujeres mayores de 80 años tiene un alto riesgo de morbilidad y mortalidad de causa cardiovascular e indicación de recibir tratamiento con estatinas, pero esta población es particularmente vulnerable a los efectos secundarios musculares ocasionados por estos fármacos, lo que podría deberse a un bajo índice de masa corporal, niveles bajos de albúmina o de filtrado renal glomerular, presencia de polimedicación, entre otros factores”, sostiene el documento.
En relación con la etnia, la ascendencia asiática es un factor de riesgo para la aparición de síntomas musculares asociados con las estatinas. Este grupo étnico tiene un porcentaje cercano al 25% de intolerancia; es por esto que en Japón las dosis máximas aprobadas de todas las estatinas, son más bajas que las de otros países. En cuanto a la farmacocinética de las estatinas, en personas de origen asiático oriental la exposición sistémica promedio es dos veces más alta que en las caucásicas.
También aclara que los factores de riesgo modificables son aquellos cuya corrección puede mitigar los efectos adversos de estos fármacos. “Siempre debemos tenerlos presentes al prescribir una estatina o ante la presencia de síntomas sugestivos de intolerancia ya que, en algunos casos, si los abordamos podemos mejorar la tolerancia a estos fármacos. Los factores más comúnmente asociados con la intolerancia a estatinas son: el hipotiroidismo no tratado, el uso concomitante de otros fármacos con potenciales interacciones con las estatinas, el ejercicio de alta intensidad o de reciente comienzo, la deficiencia grave de vitamina D, la obesidad, la diabetes y la insuficiencia renal, así como el consumo de alcohol, cocaína o anfetaminas.
Los expertos afirman en el estudio que los síntomas musculares son la manifestación clave para clasificar a un paciente como intolerante a las estatinas. Las mialgias y la debilidad muscular son los síntomas más comúnmente referidos por los pacientes. Las mialgias se definen como dolor o ardor en uno o más grupos musculares, y se presentan en cerca del 7% de los usuarios. Tienen algunas peculiaridades en su presentación que ayuda a distinguirlos de otras etiologías. El dolor muscular es bilateral, localizado en el tronco o en la región lumbar o en los músculos proximales de las extremidades, y sucede en las primeras semanas o pocos meses después de iniciar el tratamiento.
Estatinas y diabetes
“El beneficio cardiovascular de las estatinas ha sido ampliamente demostrado. Sin embargo, se ha informado un ligero aumento de nuevos casos de diabetes con su uso. Un metanálisis (13 estudios y 91.140 participantes involucrados) reportó que el uso de estatinas se asoció con un aumento del 9% en el riesgo de nuevos casos de diabetes. Según estos datos, 255 pacientes deberían tratarse con estatinas por 4 años para obtener un caso adicional de diabetes”, aclaran los expertos.
Pero concluyen en que el uso de estatinas se asocia con una posibilidad ligeramente mayor de desarrollar nuevos casos de diabetes. “No obstante, el riesgo es muy bajo en comparación con el extraordinario beneficio cardiovascular vinculado con el uso de estos fármacos” insisten.
“Es muy importante educar al paciente acerca del beneficio del tratamiento con estatinas y del aumento del riesgo cardiovascular cuando estas se suspenden. Se han evaluado distintas estrategias nutricionales para el abordaje de la intolerancia a estatinas, incluyendo el uso de nutracéuticos como la fibra viscosa, la levadura de arroz rojo y los esteroles/ estanoles vegetales, los cuales reducen los niveles de LDLc entre un 12% y un 25%, con un perfil de seguridad aceptable”, apuntan los médicos y aclaran que hacen falta más estudios a largo plazo para seguir investigando la intolerancia a las estatinas.
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