Quién es el virólogo argentino detrás de los estudios sobre la nueva generación de vacunas contra la polio

Se llama Raúl Andino y trabaja en la Universidad de California en San Francisco, Estados Unidos. Lideró ensayos sobre tres nuevas fórmulas orales que buscan terminar con el peligro del regreso de la enfermedad. Qué está haciendo también contra el COVID

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El científico Raúl Andino, nació en Argentina en 1957. Desarrolla la nueva generación de vacunas contra la poliomielitis. Pero advirtió que el movimiento antivacunas es una amenaza contra la erradicación final de la enfermedad  (UCSF)
El científico Raúl Andino, nació en Argentina en 1957. Desarrolla la nueva generación de vacunas contra la poliomielitis. Pero advirtió que el movimiento antivacunas es una amenaza contra la erradicación final de la enfermedad (UCSF)

Raúl Andino nació en la Argentina en 1957 en una época en que la poliomielitis (o “polio”) era una de las enfermedades más temidas en el mundo. Es una infección que puede generar parálisis en las piernas en pocas horas. Gracias al desarrollo de vacunas que comenzaron a ser aplicadas en esas décadas la situación cambió y la poliomielitis fue casi eliminada como problema de salud pública en gran parte del mundo.

El virus que causa la enfermedad atrajo la atención de Andino desde su juventud. Se había graduado como licenciado en biología y luego obtuvo un doctorado en química en la Universidad de Buenos Aires, y se fue a perfeccionar al Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), con el Premio Nobel de Medicina David Baltimore como mentor.

Desde entonces, Andino intentó varias veces concentrarse en otros temas, pero el poliovirus siempre estuvo ahí. Es uno de los líderes principales que desarrolla la nueva generación de vacunas orales para que la polio nunca más golpee como en el siglo pasado. Publicó esta semana en la revista Nature los resultados preliminares de dos de las tres vacunas que está investigando.

El virus de la poliomielitis es muy contagioso y se transmite mediante el contacto entre las personas. La vacunación es clave para que los niños no se enfermen gravemente/Archivo
El virus de la poliomielitis es muy contagioso y se transmite mediante el contacto entre las personas. La vacunación es clave para que los niños no se enfermen gravemente/Archivo

“Empecé estudiando el virus de la aftosa en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI) del Conicet cuando hice mi tesis. Después seguí con el virus de la poliomielitis en los Estados Unidos. Ha sido una enfermedad devastadora para la humanidad y me resultaba interesante comprender mejor cómo era la dinámica del virus. Impacta no solo a la persona que la tiene, principalmente a los niños menores de 5 años, sino también a su familia y a su comunidad”, dijo Andino en diálogo exclusivo con Infobae desde los Estados Unidos.

Se sabe que 1 de cada 100 personas que adquiere la infección por el poliovirus tiene parálisis de los miembros inferiores por el resto de su vida. Cuando la persona tiene parálisis, puede estar en mayor riesgo de muerte porque el virus afecta a los músculos que la ayudan a respirar. Algunos se recuperan, pero pueden tener secuelas como dolores musculares, debilidad o parálisis en la edad adulta, 15 a 40 años después, una condición que conoce como “síndrome postpolio”.

Para Andino, el virus de la polio siempre fue un modelo para entender cuestiones básicas de los virus ARN, que también incluye al coronavirus que causa la enfermedad COVID-19. “Cómo se replica y cómo evoluciona el poliovirus a lo largo del tiempo son conceptos que se pueden aplicar a otros virus. Pensaba que iba a estudiar otros virus, pero siempre volví a él. Porque hay mucha información para comprender”, detalló.

En la primera mitad del siglo pasado, se producían brotes de poliomielitis en América. En algunos afectados se desarrollaban casos más graves que afectaban al cerebro y la médula espinal
(AGN)
En la primera mitad del siglo pasado, se producían brotes de poliomielitis en América. En algunos afectados se desarrollaban casos más graves que afectaban al cerebro y la médula espinal (AGN)

“En 1980 se consiguió erradicar a la viruela en el mundo, y desde entonces se buscó erradicar a la poliomielitis con las vacunas disponibles”, recordó el científico. En 1988, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución y marcó el comienzo de la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis, encabezada por los gobiernos nacionales, la OMS, la Asociación Rotaria Internacional, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos y el UNICEF. Después se sumaron la Fundación Bill y Melinda Gates y la Alianza Gavi para las Vacunas.

La inmunización masiva ha sido exitosa: los casos de poliovirus salvaje han disminuido en más del 99% desde 1988, al pasar de unos 350.000 casos en más de 125 países endémicos en aquel entonces a 175 casos notificados en 2019. En el caso de la Región de las Américas, se logró la certificación libre de poliomielitis en 1994. Más recientemente se sumó la vacuna Salk inactivada a los planes de inmunización.

De las 3 cepas de poliovirus salvaje (tipo 1, tipo 2 y tipo 3), el tipo 2 fue erradicado en 1999. No se ha detectado ningún caso del tipo 3 desde que se notificó el último en Nigeria en noviembre de 2012, por lo cual se ha certificado oficialmente la erradicación mundial de ambas cepas. En 2020, el tipo 1 afecta a dos países: el Pakistán y el Afganistán, según informó la OMS.

Gracias a la inmunización masiva, los casos de poliovirus salvaje han disminuido en más del 99% desde 1988/ EFE/EPA/REHAN KHAN/Archivo
Gracias a la inmunización masiva, los casos de poliovirus salvaje han disminuido en más del 99% desde 1988/ EFE/EPA/REHAN KHAN/Archivo

Andino resaltó los beneficios de la vacuna antipoliomielítica oral Sabin: “Ha sido clave para controlar la poliomielitis. Incluso recuerdo el momento en que me la dieron cuando estaba en la escuela cuando era niño. Induce una inmunidad intestinal robusta y previene la infección por el virus”. Esa herramienta de salud pública es altamente eficaz y tiene el virus atenuado.

El científico se concentró en cómo hacer para mejorarla aún más. Años atrás, con su equipo de investigación encontró que, durante la replicación, las cepas incluidas en la vacuna pueden perder mutaciones atenuantes, localizadas dentro de una estructura de ARN en una región específica del genoma del virus. De ese modo, el virus puede recuperar su capacidad de propagarse. Pero esa posibilidad es muy poco frecuente.

Sin embargo, Andino se puso a trabajar en la nueva generación de vacunas orales para que ese riesgo sea incluso menor. Mediante técnicas de ingeniería genética y biología molecular, desarrollaron una vacuna contra el tipo 2 para reducir su capacidad de recuperar la aptitud y la virulencia. En 2020, esa vacuna recibió la autorización para uso de emergencia por el grupo de expertos de la OMS. Ya se produjo y distribuyó en 30 países.

El científico argentino Raúl Andino trabaja en una nueva generación de vacunas orales contra la polio que son más estables que las anteriores (Getty)
El científico argentino Raúl Andino trabaja en una nueva generación de vacunas orales contra la polio que son más estables que las anteriores (Getty)

Ahora, como lo cuentan en el artículo en Nature, avanzaron con nuevas vacunas dirigidas contra los serotipos de tipo 1 y 3. “Los poliovirus se pueden detectar en poblaciones que no están vacunadas. Eso es una amenaza real para la erradicación del poliovirus”, señaló.

“Con mi equipo y en colaboración con investigadores del Reino Unido trabajamos en un plan B durante los últimos 10 años, pero con la información recopilada en el mundo desde que la década de 1950. El plan A ya se implementó desde 1988, pero ahora tenemos la esperanza de que estas vacunas se administren juntas, es decir, sería una vacuna trivalente contra los 3 tipos de poliovirus. Serían fáciles de producir y más aceptadas por las personas porque no implican inyecciones”, dijo.

“Lo que hicimos es tomar la vacuna oral Sabin que se usó masivamente en el mundo, y la mejoramos para que sea genéticamente más estable. Es como si hubiésemos tomado un modelo de auto de los años sesenta, pero lo cambiamos para que quede uno mejor para 2023”, precisó.

El científico Andino también desarrolla con su equipo una vacuna inhalada para COVID-19. Busca que la protección de la vacuna sea más duradera que la inmunización ya disponible/Crédito: Getty
El científico Andino también desarrolla con su equipo una vacuna inhalada para COVID-19. Busca que la protección de la vacuna sea más duradera que la inmunización ya disponible/Crédito: Getty

Con la emergencia por la pandemia, el doctor Andino también se preocupó. Ya publicó varios trabajos sobre el coronavirus y está investigando cómo se transmite dentro de los espacios cerrados, especialmente en hogares, y la protección de las vacunas ya desarrolladas para COVID.

“Las vacunas contra COVID-19 protegen bien contra la enfermedad grave y la muerte. Han sido muy importantes para salvar vidas desde que se las aplica. Pero el virus sigue circulando porque las personas se pueden infectar, aunque no desarrollen la enfermedad grave”, comentó. Ante esa situación, Andino está desarrollando otra vacuna contra el coronavirus con dos objetivos: que la persona no se infecte cuando queda expuesta y que la protección dure mucho más que un año.

La mayor frecuencia de los brotes de virus de Dengue, Zika y Chikungunya (que se transmiten por picaduras de mosquitos) en Sudamérica preocupan a Andino, quien también investiga en esos patógenos (Crédito: Getty)
La mayor frecuencia de los brotes de virus de Dengue, Zika y Chikungunya (que se transmiten por picaduras de mosquitos) en Sudamérica preocupan a Andino, quien también investiga en esos patógenos (Crédito: Getty)

Ya hizo estudios preclínicos con animales con una vacuna inhalada para COVID. “En la experiencia que tenemos con el poliovirus y las vacunas que brindan protección de por vida, estimamos que se podría lograr algo similar en COVID. Pero tal vez el sistema respiratorio sea diferente. Aún lo estamos tratando de entender”.

También su mente está en otros patógenos. Le preocupa el avance de los arbovirus, como el dengue, el zika y el Chikungunya, que afectan en Sudamérica. “Hay mucho por aprender en el desarrollo de vacunas para estas enfermedades”.

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