La actual forma de vida en la Tierra está poniendo en riesgo la supervivencia en el planeta y la de buena parte de las especies que lo habitan. Así lo evidencia una publicación científica que, por primera vez en la historia, cuantifica el impacto que supone sobrepasar los límites planetarios.
Una comisión científica internacional, formada por más de 40 investigadores de todo el mundo, ha desarrollado un método para evaluar y calcular los límites “seguros y justos” de la Tierra a nivel global y local, como el aumento de la temperatura media. En ese sentido, los expertos concluyeron que 7 de esos 9 niveles ya se han transgredido en amplias zonas del planeta. En el Día Mundial del Ambiente, cuáles son las consecuencias para los humanos, animales y plantas.
El trabajo de investigación, publicado en la revista Nature, estableció un mismo conjunto de variables para los límites que tiene el planeta para regular el soporte vital y la estabilidad de la Tierra, bajo el criterio de evitar el daño significativo a la población mundial.
Una vez cuantificados, la Comisión de la Tierra concluyó que la mayoría de estos topes ya han sido transgredidos. Los expertos propusieron un conjunto de límites del sistema terrestre (ESB) seguros y justos para el clima, la biosfera, el agua dulce, los nutrientes y la contaminación del aire a escala global y subglobal.
Estos dominios fueron elegidos por las siguientes razones: abarcan los principales componentes del sistema terrestre (atmósfera, hidrosfera, geosfera, biosfera y criosfera) y sus procesos interrelacionados (ciclos de carbono, agua y nutrientes), los ‘bienes comunes globales’ que sustentan los sistemas de soporte vital del planeta y, por lo tanto, el bienestar humano en la Tierra. También tienen impactos en escalas de tiempo relevantes para las políticas; están amenazados por las actividades humanas; y podrían afectar la estabilidad del sistema terrestre y el desarrollo futuro a nivel mundial.
“Nuestros ESB propuestos se basan en estudios existentes, juicios de expertos y normas ampliamente compartidas, como la Agenda 2030. Están pensados como una propuesta transparente para un mayor debate y refinamiento por parte de los académicos y la sociedad en general”, afirmaron los expertos en el estudio.
En concreto, se estableció que para evitar la alta probabilidad de múltiples puntos críticos climáticos el límite “seguro” son 1,5ºC, que aún no se ha sobrepasado. Sin embargo, el límite “justo” para evitar una alta exposición a daños significativos derivados del cambio climático, se establece en 1ºC, algo que ya se ha pasado en 0,2ºC. En total, el límite considerado “seguro y justo” está en 1ºC que sí ya se ha dejado ya atrás.
A 1,5 °C (el objetivo del Acuerdo Climático de París), se estima que 200 millones de personas podrían experimentar temperaturas extremas y 500 millones podrían estar expuestas a un aumento del nivel del mar a largo plazo. “Este número de personas dañadas supera con creces el principio ampliamente aceptado de ‘no dejar a nadie atrás’ y socava la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, señalaron los investigadores del informe, refiriéndose a una misión establecida por las Naciones Unidas.
Por otro lado, la investigación precisó que para mantener la naturaleza intacta global es preciso tener al menos de un 50 a un 60 por ciento de superficie de ecosistemas, algo que se ha transgredido al 45 o 50 por ciento. Mientras que mantener una naturaleza gestionada localmente tendría su tope con, al menos, contar con entre un 20 y un 25% de ecosistemas naturales por kilómetro cuadrado para que fuera seguro y justo. El estudio señaló que ese límite se ha pasado en dos tercios de la superficie terrestre dominada por la actividad humana.
En materia de agua, han considerado que el límite seguro y justo para las aguas superficiales el contar con un 20 por ciento de alteración mensual del caudal como máximo, un tope transgredido en el 34 por ciento de la superficie global. Los investigadores concluyeron que para evitar daño significativo a las poblaciones humanas fue el criterio utilizado para la dimensión de justicia, lo cual implica la definición de límites más estrictos a la afectación del sistema Tierra.
El profesor Johan Rockström, copresidente de la Comisión de la Tierra, autor principal y director del Instituto Potsdam para la Investigación sobre el Impacto del Cambio Climático alerta de que en la era del antropoceno se está poniendo en riesgo la estabilidad y la resiliencia de todo el planeta.
Por eso, por primera vez, presentan cuantificaciones y una base científica sólida para evaluar el estado de nuestra salud planetaria no sólo en términos de estabilidad y resiliencia del sistema Tierra, sino también en términos de bienestar humano y equidad y justicia.
“La justicia es una necesidad para que la humanidad viva dentro de los límites planetarios. Esta es una conclusión que la comunidad científica ha constatado en múltiples evaluaciones medioambientales de gran importancia. No es una opción política. Hay pruebas abrumadoras de que un enfoque de justicia y equidad es esencial para la estabilidad planetaria. No podemos tener un planeta ‘seguro’ en términos biofísicos si no hay justicia”, afirmó la profesora Joyeeta Gupta, coautora, copresidenta de la Comisión de la Tierra y catedrática de Medio Ambiente y Desarrollo en el Sur Global de la Universidad de Ámsterdam.
La idea de ‘límites planetarios seguros’ fue explorada en 2009 por algunos de los mismos investigadores que están detrás de este último análisis, incluido Rockström. En aquel entonces, el experto y sus colegas solo consideraban qué límites biofísicos “seguros” había cruzado la Tierra.
Al agregar un umbral de justicia, este nuevo enfoque tiene en cuenta el acceso humano al agua, los alimentos, la energía, la salud y un medio ambiente limpio. Pero este último informe actualizado es bastante inquietante, demuestra que hemos emperorado. “La ciencia muestra claramente que corremos el riesgo de desestabilizar todo el planeta”, dijo Rockström.
Hoy, el mundo sigue quemando combustibles fósiles, fabricando productos químicos sintéticos, deforestando tierras , extrayendo aguas subterráneas, destruyendo ríos y contaminando el medio ambiente con fertilizantes, plásticos, productos químicos eternos, desechos radiactivos , metales pesados y antibióticos.
Cuantificar los límites seguros
“Los resultados son bastante preocupantes: dentro de los cinco ámbitos analizados, ya se han transgredido varios límites, a escala global y local”, añadió Rockström, que explica que esto significa que, a menos que se produzca una transformación a tiempo, es “muy probable” que se haga inevitable cruzar puntos críticos de cambio irreversible (“tipping points”) y, en consecuencia, un impacto generalizado en el bienestar humano. “Evitar ese escenario es crucial si queremos garantizar un futuro seguro y justo para las generaciones actuales y futuras”, insistió.
El informe expone que los límites “seguros” garantizan condiciones estables y resilientes en el planeta, y utilizan un funcionamiento del sistema Tierra similar al del periodo interglaciar durante el Holoceno como punto de referencia para un planeta sano. En concreto, los investigadores indican que una Tierra estable y resiliente está dominada por ciclos de retroalimentación que mantienen el balance que amortiguan y reducen las perturbaciones. La ciencia más avanzada sobre los ‘elementos críticos climáticos’ constituye una importante línea de evidencia para establecer límites seguros.
Por su parte, los límites “justos” minimizan la exposición humana a daños significativos. Los Comisión define daños significativos como: impactos negativos generalizados, graves, existenciales o irreversibles en países, comunidades e individuos derivados del cambio del sistema Tierra, como la pérdida de vidas, medios de subsistencia o ingresos, desplazamientos, pérdida de seguridad alimentaria, hídrica o nutricional, enfermedades crónicas, lesiones o malnutrición.
La Comisión toma el valor más estricto de los dos niveles cuantificados para definir el límite “seguro y justo” del sistema Tierra en cada ámbito. El fósforo y el nitrógeno son otros dos límites seguros que se destacan en el informe actual. Estos nutrientes se filtran al medio ambiente a través de la agricultura y pueden provocar la proliferación de plantas y algas que pueden dañar a los animales, causando el colapso de la pesca o contaminando el agua potable.
En definitiva, la directora ejecutiva de la Comisión de la Tierra y directora del Global Hub Suecia de Future Earth, Wendy Broadgate, ha subrayado que el sistema Tierra es un conjunto interconectado de procesos biofísicos que operan a través de regiones y escalas. Así, advirtió que las interferencias en una parte del mundo pueden tener enormes repercusiones en otras regiones. “Utilizar los límites del sistema Tierra como punto de partida para una acción holística y transformadora ayudará a una progresión justa y con un verdadero impacto hacia un mundo seguro y justo”, concluyó Broadgate.
Cientos de millones de humanos están en riesgo inminente, y es posible que partes de nuestro planeta nunca vuelvan a ser las mismas.
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