Gran parte de la población en los Estados Unidos toma un café por la mañana. Sin embargo, una de cada 4 personas no necesita tomar esa bebida para activarse temprano. Al tener en cuenta ese dato basado en una investigación científica, la reconocida Clínica Cleveland de ese país salió recomendar el consumo de yerba mate como una de las alternativas válidas por sus beneficios para la salud.
El consumo de yerba mate empezó en Sudamérica hace más de 500 años. Todo fue partir de que la comunidad de los guaraníes consumía las hojas del árbol llamado Ilex Paraguariensis. Esta planta puede medir hasta 16 metros y habita en la Selva paranaense, una ecorregión en los actuales territorios de Paraguay, Argentina y Brasil.
La historia cuenta que los guaraníes consideraban al mate como una bebida que era objeto de culto y moneda de cambio. Cuando avanzaron los conquistadores españoles en Sudamérica, observaron que las comunidades nativas de la zona selvática tenían mayor resistencia después de tomar la bebida.
Más adelante, la orden religiosa de los Jesuitas adoptó el cultivo de la yerba mate con técnicas de germinación en las reducciones con indígenas y así fue aumentando su consumo. Incluso se conoció como el “té de los jesuitas”.
Hoy la yerba mate se exporta desde Sudamérica al mundo. Logró aún más popularidad el año pasado cuando el futbolista Lionel Messi apareció tomando mates durante la Copa Mundial de Fútbol 2022.
Para hacer su nueva recomendación, la Clínica Cleveland consideró que, en algunas personas, el consumo de café puede aumentar la ansiedad o no caer bien en el estómago, entre otras razones. Por eso, planteó que hay alternativas, y el mate es una de ellas.
En diálogo con Infobae, la especialista en nutrición de la Clínica Cleveland, Beth Czerwony, precisó más detalles sobre por qué consideran que el consumo de la yerba mate puede ser una opción interesante.
“La yerba mate es una alternativa al café”, contestó Czerwony. “Algunas investigaciones han demostrado que el consumo de yerba mate mejora en enfermedades del corazón, diabetes tipo 2, potencialmente ciertos tipos de cáncer y la obesidad”, subrayó.
Esos beneficios se dan gracias a las altas propiedades antioxidantes de la yerba mate que permiten reducir la inflamación en el organismo humano, resaltó Czerwony.
Para hacer la recomendación, se basaron en estudios científicos publicados por diferentes grupos de investigadores. Pero Czerwony señaló que aún faltan trabajos con evidencias más sólidas sobre los efectos del consumo de yerba mate.
“Los ensayos clínicos aleatorizados en seres humanos no han sido lo suficientemente grandes para tener una respuesta definitiva sobre los beneficios de la yerba mate para la salud”, afirmó. Y aconsejó: “Se debe tener precaución si alguien es sensible a la cafeína. Siempre se debería consultar al médico antes de que se decida tomar té de yerba con regularidad si la persona tiene algún problema de salud previo”.
Varios de los estudios publicados sobre la yerba mate se han realizado en la Argentina. Lucas Brun, del Laboratorio de Biología Ósea de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario e investigador del Conicet, es uno de los científicos que estudia los beneficios de la yerba y no se sorprendió con la recomendación de la clínica estadounidense: ha encontrado evidencias sobre sus beneficios. En 2018 fue premiado por la Sociedad Estadounidense de Investigación Ósea y Mineral por uno de sus trabajos.
“Es cierto que la yerba mate tiene beneficios para la salud humana, y aún queda mucho por conocer”, afirmó el doctor Brun, al ser consultado por Infobae. “Es posible considerar al mate como una alternativa al café por la mañana. Pero también se debería tener en cuenta que el mate también tiene cafeína”, afirmó.
La cafeína es un antioxidante alcaloide del grupo de las xantinas y actúa como un estimulante del sistema nervioso central. En el mate, la concentración de cafeína puede ser entre los 300 y los 400 microgramos por litro. Esto significa que es menor a la concentración de cafeína en el café, que son 600 migrogramos por litro.
“Si bien la concentración de cafeína en el mate es menor que la del café, a veces las personas toman muchas cantidades de mate y eso puede aumentar el nivel de alerta”, afirmó Brun. Sin embargo, enfatizó en los diferentes beneficios del mate que se están demostrando con las investigaciones científicas.
En 2010, una revisión de estudios en animales y en células en el laboratorio afirmaba que el consumo de yerba mate podía bajar los niveles alterados de colesterol. Otro trabajo de investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza, Argentina, reveló que la yerba mate puede reducir el riesgo de pérdida de densidad mineral de los huesos para las mujeres después de la menopausia (deberían tomar un litro de mate por día).
Brun y colaboradores demostraron en 2015 que la densidad mineral ósea y la cantidad de trabéculas dentro del hueso era mayor en animales de experimentación que recibían un mate cocido frío. “Aún está en curso otro estudio sobre cómo son los efectos de los componentes individuales de la yerba mate”, contó. Por el momento, no se sabe cuál es la dosis adecuada de mate para prevención de diferentes enfermedades.
El año pasado, investigadores del laboratorio de Hormonas y Biología del Cáncer del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo en Mendoza difundieron los resultados preliminares sobre la posibilidad de que el consumo de yerba mate también tenga un efecto protector contra el cáncer de próstata.
También -advirtió el doctor Brun- circula desinformación sobre el mate. “Algunos creen que tomar mate causa gastritis. Sin embargo, hubo un estudio científico realizado por investigadores de Rosario que demostró que no es cierto. Otra confusión es que se asoció al mate como cancerígeno y es falso”, dijo.
De acuerdo con la evaluación que hizo en 2016 la Agencia Internacional del Cáncer (IARC por su sigla en inglés), que depende de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el consumo de yerba mate no muy caliente no era clasificable en cuanto a su carcinogenicidad para los seres humanos”. La IARC sostuvo que tomar mate a una temperatura mayor a los 65 grados centígrados puede ser perjudicial para la salud.
También hay líneas de investigación sobre los efectos benéficos para el cerebro. En 2015, la neuróloga Emilia Gatto postuló la existencia de una relación estadística inversa entre el consumo de mate y el desarrollo de la enfermedad de Parkinson. Consideró a 223 pacientes con Parkinson y 406 casos control.
Cuatro años después, Juan Ferrario, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires demostró que la yerba mate tiene la propiedad de prolongar la vida de neuronas dopaminérgicas en cultivo. Un resultado que juega a favor de la hipótesis de que tomar mate protegería contra el desarrollo de la enfermedad de Parkinson. El trabajo fue publicado en la revista especializada Movement Disorders.
“Es interesante saber que la Clínica Cleveland de los Estados Unidos esté recomendando el consumo de la yerba mate”, comentó a Infobae Humberto Debat, doctor en biología e investigador en virología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
En 2014, Debat junto con Mauro Grabiele, de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) lograron describir el primer transcriptoma de la yerba mate, compuesto por 32.355 genes y 12.551 isoformas, que son variantes de esos genes, que intervienen en el metabolismo celular. El logro fue publicado en la revista científica PLOS ONE.
“Para nosotros siempre ha sido importante investigar la yerba mate como un proyecto de soberanía genética y alimentaria y para que nadie pueda generar patentes que impidan el uso del conocimiento genómico. La yerba mate es una planta muy nuestra. Por eso, la secuenciación de su genoma ha sido crucial y es un bien público. Desde entonces, nosotros hemos descrito 5 virus que pueden generar patologías en la planta de la yerba mate y son de interés para la producción ”, opinó el doctor Debat.
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