Una tos reciente que no se va o una tos con sangre, incluso en pequeñas cantidades. Falta de aire, dolor en el pecho, ronquera, pérdida de peso sin intentarlo, dolor de huesos y de dolor de cabeza. Son algunos de los síntomas que están asociados al cáncer de pulmón.
Esta semana en las prestigiosas revistas Nature y Nature Medicine se publicaron 7 estudios en los que se presenta un análisis exhaustivo de la evolución del cáncer de pulmón a lo largo del tiempo. Los resultados podrían ayudar a una mejor comprensión sobre por qué algunos tratamientos dejan de funcionar en los pacientes.
Se trata de una enfermedad que es la principal causa de incidencia y mortalidad por cáncer en el mundo, con unos 2 millones de diagnósticos y 1,8 millón de muertes por año.
Más del 80% de los casos de cáncer de pulmón en Occidente son atribuibles al tabaquismo, y los avances en el abandono del consumo de cigarrillos y otros productos relacionados se han traducido en descensos de la incidencia y la mortalidad.
El tabaquismo continuado, así como otros factores de riesgo como la exposición profesional al amianto y a los humos de combustión, así como la exposición ambiental al arsénico y a la contaminación atmosférica, siguen siendo factores importantes en los países en desarrollo.
Desde las ciencias se busca entender mejor los mecanismos del cáncer y desarrollar tratamientos más eficaces. En el Reino Unido, se puso en marcha hace 9 años una investigación traslacional, llamada TRACERx, que busca hacer que la medicina de precisión sea pronto una realidad para los pacientes con cáncer de pulmón. Participan 13 hospitales.
Mediante el uso de métodos que recopilan y analizan datos genómicos, los investigadores pretenden identificar a los pacientes que podrían beneficiarse de los ensayos de nuevos tratamientos dirigidos. En el Reino Unido, cada año se diagnostica cáncer de pulmón a unas 42.000 personas , de las que 35.000 fallecen.
Ahora, los investigadores publicaron los 7 estudios. Incluyeron el análisis de más de 1600 muestras tumorales tomadas de los primeros 421 pacientes inscritos en el programa.
Los tumores están formados por distintos tipos de células cancerosas, cada una con características diferentes; esta denominada heterogeneidad intratumoral puede impulsar la evolución del tumor y la progresión de la enfermedad. El objetivo del estudio TRACERx es determinar la relación entre la heterogeneidad intratumoral y los resultados clínicos.
En el artículo principal publicado en la revista Nature, Charles Swanton y sus colegas evaluaron 1.644 regiones tumorales muestreadas durante la cirugía o el seguimiento de 421 pacientes con cáncer de pulmón no microcítico (CPNM), el tipo más frecuente de cáncer de pulmón.
La cohorte estaba formada por pacientes con enfermedad en estadio I, II o III que presentaban diversos subtipos de CPNM, incluidos 248 adenocarcinomas de pulmón. Los autores identificaron diferencias en la estabilidad del genoma y patrones de heterogeneidad intratumoral asociados a la evolución de los pacientes.
En otro artículo, los autores evaluaron por qué los tumores recaen y/o se extienden a otras partes del cuerpo, y los efectos de la quimioterapia basada en platino (un tratamiento estándar para el CPNM avanzado) sobre la heterogeneidad intratumoral.
Se demostró que estos tratamientos contribuyen a la evolución tumoral y a la heterogeneidad. Otros artículos aportan información adicional, como las demostraciones de una herramienta capaz de detectar indicios de ADN tumoral circulante -un posible marcador de resultados clínicos- y la identificación de factores capaces de predecir qué parte del tumor puede ser responsable de la recidiva, es decir, cuando el paciente se ve aquejado nuevamente por la enfermedad de la que estaba recuperado.
Los autores concluyen que comprender la evolución genómica de los tumores puede ayudarnos a entender mejor los factores que determinan cómo y cuándo puede haber una recaída y, por tanto, a entender mejor la biología tumoral. Los resultados pueden facilitar futuros intentos de mejorar la evolución de los pacientes con cáncer.
Tras leer los siete papers, Alberto J. Schuhmacher, investigador ARAID y jefe del Grupo de Oncología Molecular en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón, dijo en diálogo con Science Media Centre España: “Los trabajos son fascinantes y muy robustos. En los últimos años hemos visto cómo tumores que nos parecían la misma enfermedad, al mirarlos al microscopio tenían diferentes alteraciones genéticas y, por tanto, podrían tratarse de manera diferente con un éxito mayor”.
Además, según Schuhmacher, se aprendió que un tumor es heterogéneo y no todas las células cancerosas dentro de un mismo tumor son iguales. “Esta diversidad, esta heterogeneidad intratumoral, permite que algunas células tumorales puedan sobrevivir a algunos tratamientos y, sin embargo, ser sensibles a otros. En el cáncer se da una evolución darwiniana ‘a lo bestia’. La ‘selección natural’ de las células tumorales consiste en adaptarse al microentorno, evitar al sistema inmunitario y resistir a los nuevos tratamientos para poder sobrevivir, crecer más y progresar”, afirmó el experto.
Schuhmacher valoró que uno de los trabajos también aportó un método de pronóstico. Porque estableció una nueva tecnología basada en la biopsia líquida, que permite leer el ADN de un tumor en una muestra de sangre. Esa herramienta podría ayudar a establecer el potencial riesgo de que el tumor se disperse en otros órganos y tejidos del cuerpo.
“Este avance será importante para plantear nuevas estrategias terapéuticas y realizar ensayos clínicos para buscar nuevas terapias y abordajes”, sostuvo.
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