La gripe aviar se extiende en todo el mundo. Un brote de influenza aviar con la cepa H5N1 que comenzó en 2020 ha alcanzado niveles récord y ha afectado a millones de animales silvestres y de corral.
Según los expertos que vienen siguiendo al mismo, este virus se propaga geográficamente, a través de las aves migratorias que luego propagan el patógeno altamente contagioso a las aves de corral domesticadas y a un número creciente de mamíferos, incluidos tejones, osos, hurones, cerdos, mapaches y hasta lobos marinos. Pero lo más preocupante es que también a humanos.
“La mayoría de los virus influenza que circulan en aves no son zoonóticos. Sin embargo, algunas cepas de la influenza aviar altamente patógena tienen la capacidad de infectar a los seres humanos, representando una amenaza para la salud pública”, explicó días atrás la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras emitía un alerta por el brote sostenido en animales.
Desde 2003, este virus de influenza aviar y otros se han propagado desde Asia a Europa y África. En América, este virus se identificó por primera vez en aves domésticas y silvestres en diciembre de 2014, en los Estados Unidos. Ahora, un brote de influenza aviar con la cepa H5N1 clado 2.3.4.4b que comenzó en 2020, ha alcanzado niveles récord y ha afectado a millones de animales. En concreto, más de 100 millones de aves de corral ya murieron o fueron sacrificadas por tener el virus entre octubre pasado y el 3 de febrero último, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).
Solo en los EE. UU., la influenza aviar ha afectado a casi 60 millones de aves, incluida la vida silvestre, las aves de corral comerciales y las parvadas de traspatio, desde enero de 2022, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Eso se suma a los 50 millones de aves destruidas en 36 países europeos entre octubre de 2021 y septiembre de 2022. Y no se trata solo de aves. En el Reino Unido, ha habido 10 informes de infecciones en la vida silvestre no aviar desde principios de 2022, incluidos zorros rojos, nutrias euroasiáticas y focas comunes.
La gripe o influenza aviar es una enfermedad infecciosa que principalmente afecta a las aves y que es causada por un virus de la familia Orthomyxoviridae. Algunos subtipos de virus de gripe aviar son de alta patogenicidad, principalmente por los subtipos (H5 y H7) del tipo A, y causa una enfermedad grave en las aves que puede propagarse rápidamente, produciendo altas tasas de mortalidad.
Las aves silvestres, principalmente migratorias, son el huésped natural del virus y están siendo el principal factor de diseminación a través del continente americano. Las poblaciones de aves de corral pueden adquirir la enfermedad por contacto con aves silvestres infectadas.
Pero volviendo a la verdadera preocupación por el contagio en humanos, se registraron 868 infecciones y 457 muertes de gripe aviar en humanos en los últimos 20 años. Desde 2020 hasta 2022, solo hubo 9 casos humanos confirmados , incluido uno en los EEUU y otro en el Reino Unido, según la OMS. Además hubo uno en Ecuador y otro en Camboya este año. La mayoría de las veces involucraba a una persona que estuvo en contacto directo con aves enfermas.
Los expertos de los CDC advierten que los virus que circulan actualmente no tienen cambios genéticos que anteriormente se hayan relacionado con infectar a las personas más fácilmente o causar enfermedades graves. Por ejemplo, no pueden unirse fácilmente a los receptores del tracto respiratorio humano. Incluso en un brote el año pasado en una granja de visones españoles, donde se sacrificaron más de 50.000 animales, no hubo signos de infección entre casi una docena de trabajadores. Un informe de expertos publicado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria en enero puso el riesgo para la población en general en un nivel bajo, al igual que la OMS, al tiempo que instó a una vigilancia estrecha continua.
“La transmisión al humano es rara y se produce cuando una persona tiene contacto directo o indirecto con los animales que están infectados. En este caso las aves o con ambientes o superficies contaminadas por secreciones. Hay que aclarar que el virus no se transmite por el consumo de carne o alguna de sus subproductos. Pero el riesgo de contagio depende de cuánto se extienda la infección y cuánto se mantenga la misma entre las aves de corral o traspatio”, explicó a Infobae la doctora la médica infectóloga María Cecilia Niccodemi.
La experta del staff del Centro Médico Doctor Stamboulian y Sanatorio La Trinidad San Isidro precisó cómo se contagia una persona de gripe aviar: “El virus se contagia en el humano a través de inhalación de excretas o de secreciones. A través de los animales ingresa por vía respiratoria y como cualquier virus respiratorio provoca fiebre tos falta de aire y un cuadro de un cuadro de neumonía. Las aves acuáticas pueden transportar la enfermedad sin tener ningún síntoma y eso constituye que sean un reservorio de la infección. Esto hace que se pueda transmitir a otros animales incluyendo otros mamíferos en forma esporádica”.
Los síntomas gastrointestinales en humanos son más frecuentes en los casos de infección por virus A(H5N1). Con los virus A(H7) se han descrito casos de conjuntivitis. La infección se manifiesta principalmente con síntomas respiratorios. Algunas características, como el periodo de incubación, la gravedad de los síntomas y el desenlace clínico varían en función del virus causante. Los síntomas iniciales comunes son fiebre alta (igual o superior a 38°C) y tos. Se han notificado signos y síntomas de afección de las vías respiratorias inferiores como la disnea o dificultades para respirar.
“Tanto la gripe aviar como cualquier otra gripe es producida por el virus de influenza, y podemos encontrar tres tipos: A, B y C. El virus de la influenza A es el que tiene más capacidad de reproducirse y de generar epidemias. El B también infecta humanos pero no es responsable de grandes epidemias en la historia. Y el C prácticamente no tiene importancia, porque si bien puede infectar, la mayoría de las veces los casos son leves e incluso asintomáticos”, precisó a Infobae la doctora Cristina Freuler (MN 58098), jefa del Servicio de Medicina Interna del Hospital Alemán.
Y agregó: “Dentro de los virus de influenza hay algunos que infectan a los seres humanos, otros infectan a las aves, otros a los cerdos (gripe porcina), pero cualquiera de ellos rara vez infecta a una especie que no sea la propia. Por esa razón es difícil que el virus de la gripe aviar se transmita a seres humanos. Sin embargo esto puede ocurrir cuando hay un gran contacto del ser humano con las aves”.
La médica especialista en medicina interna precisó que el virus de la gripe aviar se reproduce en la sangre y en la materia fecal de las aves. “Por eso inhalar partículas de excremento que pueden ser esparcidas por el viento desde los corrales, puede ser infectante. Incluso podría ocurrir que hubiera alguna mutación que transformara el virus en más infectante para los seres humanos. Esto no se ha visto acá sino que la alerta epidemiológica se ha dado por el riesgo de que se infecten las aves de los distintos emprendimientos o incluso aves silvestres que mueren y allí el riesgo para el ser humano existe, aunque hoy por hoy, todavía es bajo”, sostuvo Freuler.
“Para que se provoque un virus pandémico tiene que haber una combinación de genes con virus de la gripe humana, entonces lo más importante es ir haciendo vigilancia de los virus que vayan apareciendo tanto en las aves como en los cerdos y que potencialmente podrían llegar a infectar al humano”, agregó su colega Niccodemi.
La influenza aviar ha estado circulando durante más de un siglo: se describió por primera vez como “plaga aviar” en el norte de Italia en 1878. Pero fue el descubrimiento en 1996 de una cepa H5N1 altamente patógena entre los gansos criados en una granja en el sur de China que creó una alarma seria y sostenida. Si bien los brotes de hoy siguen siendo principalmente un problema de salud animal, los CDC dijeron que están monitoreando de cerca la situación, preparándose para futuras amenazas e implementando medidas de prevención, incluido el trabajo en una posible vacunación. Los avances médicos como los antibióticos, los antivirales, las vacunas y otras herramientas para controlar los brotes reducen el peligro, aunque es fundamental detectar y detener los brotes humanos lo antes posible.
Aunque el virus ha existido durante décadas, no hay señales de que haya dado el salto a la transmisión de persona a persona. Aún así, existe la posibilidad de que pueda evolucionar aún más para causar brotes catastróficos en las personas, justo cuando el mundo está superando lo peor de la pandemia de Covid-19.
Situación en Argentina
Hasta el momento, el país registró un total de 26 casos detectados en 8 provincias. El último fue encontrado en un ave de traspatio en la provincia de Buenos Aires. De estos 26 casos confirmados, 3 eran aves silvestres, 22 de traspatio y 1 del sector comercial.
Tras las alarmas por el aumento de casos de gripe aviar en todo el país, Argentina reanudará la venta de ovoproductos hacia Japón. Gracias a la habilitación del país nipón, las exportaciones de productos aviares se retomarán parcialmente.
El acuerdo se alcanza luego de que, la semana pasada, el vicepresidente del Senasa, Rodolfo Acerbi, mantuviera un encuentro con representantes de la embajada de Japón en la Argentina. En la misma solicitó que el país oriental revea la suspensión unilateral que adoptó luego de que se conocieran los casos de influenza aviar en la Argentina en aves silvestres, de traspatio y corral.
Según indicaron desde el Ministerio de Salud de la Nación, por el momento “la enfermedad no se transmite a las personas por medio del consumo de carne aviar y sus subproductos. Por lo tanto, no hay peligro en la ingesta de estos alimentos”.
Vizzotti enfatizó en que este virus “no se transmite por el consumo de alimentos, ni de huevos”, así como también resaltó que “no hay restricciones de viaje”, puesto que aclaró que la transmisión del ave al humano “no es muy alta” y el contagio entre humano a humano “tampoco es sostenida como el Covid-19″. Sin embargo, aseguró que, desde el Ministerio, trabajan para minimizar los riesgos y prevenir.
Desde la cartera sanitaria nacional, aconsejan además que cualquier persona que vea aves muertas o algún comportamiento extraño “no las toque” y dé aviso a las autoridades del Senasa, cuyo teléfono es el 11-5700-5704.
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