En gran parte del territorio argentino ya se aplican las vacunas bivalentes contra el coronavirus. Y la semana próxima se espera recibir una nueva partida de esta nueva arma para combatir la pandemia de COVID.
Después del éxito que tuvieron las vacunas desarrolladas por la ciencia y aprobadas para enfrentar al coronavirus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad COVID-19, el virus comenzó a mutar para sobrevivir. Y vinieron las distintas variantes que más conocimos: Alfa, Beta, Gamma, Delta, Lambda, y Ómicron, que acumuló 30 mutaciones en la proteína S, la llave con la que el virus entra a las células humanas.
Las vacunas contra el patógeno original siempre fueron efectivas para evitar el desarrollo de la forma grave de COVID. Y en un primer momento brindaba una alta protección para evitar contagios. Pero todo cambió en noviembre de 2021 con la llegada de Ómicron, descubierta en Sudáfrica.
Esta variante lograba evadir la protección de las vacunas para evitar contagios. Si bien las mismas servían para evitar en la mayoría de los casos que una persona termine en con un respirador artificial en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), los científicos se vieron en la necesidad de desarrollar una nueva arma para combatir a Ómicron y a las subvariantes que esta variante de virus comenzaba a desarrollar, siempre perfeccionándose en nuevas subvariantes para contagiar más y así sobrevivir en el tiempo: BA.1, BA.2, BA.4 y BA.5, y las últimas BQ.1, B.Q.1.1, BF.7, XBB y XBB.1, a las que algunos científicos fueron poniendo nombres de fantasía como “variante sigilosa o “perro del infierno”, entre muchas otras.
Por eso, en enero de 2022 los laboratorios estadounidenses Moderna y Pfizer, en asociación con la alemana BioNTech, actualizaron sus innovadoras vacunas contra el coronavirus desarrolladas bajo su plataforma de ARN mensajero, para crear las nuevas armas para derrotar la pandemia: las vacunas bivalentes.
“Contar con vacunas bivalentes es un logro muy importante de la ciencia porque implica un avance científico que estamos logrando para producir una mayor protección, y eso realmente hay que acompañarlo”, destacó Ricardo Teijeiro, médico infectólogo del Hospital Pirovano e integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
¿Qué son las vacunas bivalentes?
“Bivalente” significa que la vacuna hace que el sistema inmunológico cree anticuerpos contra dos tipos diferentes del virus COVID-19. Los disponibles en la actualidad combinan, en una misma aplicación, un estímulo para la creación de anticuerpos tanto contra la proteína Spike, presente en las variantes iniciales de la infección, encontradas en Wuhan, como para mutaciones Ómicron, en concreto para las sub-variantes BA.4 y BA.5″, explicó a Infobae el doctor Rolando Pajón, director médico y científico para América Latina de la biotecnológica Moderna y uno de los científicos que participó de la creación de la vacuna ARN mensajero contra el COVID en el primer semestre de 2020.
“El 2021 fue el año de las variantes del coronavirus. Y 2022 fue el año de Ómicron, que llegó en realidad en noviembre de 2021. Durante 2022 esta variante mutó en muchas subvariantes. Eso generó la necesidad de actualizar nuestra vacuna basada en la exitosa y novedosa plataforma ARN mensajero para crear una inyección bivalente”, precisó Pajón, doctorado en Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de la Habana Cuba, que cuenta con más de 27 años de experiencia como investigador en temas de proteínas de adhesión, ingeniería de antígenos, biomarcadores y vacunas.
¿Por qué pueden frenar a la pandemia?
Muchos científicos sospechan que las vacunas de ARNm superan a otras en la prevención de infecciones debido a los altos niveles de anticuerpos bloqueadores de virus, llamados anticuerpos neutralizantes (NAB), que generan. “Las vacunas de ARNm están armando el sistema inmunológico de una manera que parece ser mejor y en mayor magnitud que algunos de los otros enfoques”, aunque nadie está seguro de por qué, le dijo a Science Larry Corey, vacunólogo del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson.
Estas nuevas vacunas bivalentes, que ya están disponibles en varios países del mundo, están destinadas a mejorar las defensas del organismo frente a esta enfermedad ya que en su composición contiene microgramos del compuesto generado con el ARN del virus original (vulgarmente llamado Wuhan) y microgramos de las subvariantes de Ómicron BA.4 y BA.5.
Ya están disponibles en Argentina: ¿en qué lugares?
El Ministerio de Salud de la Nación anunció el 24 de enero la llegada de los refuerzos bivalentes a nuestro país: Comirnaty Bivariante original/Ómicron BA.4-5, de Pfizer-BioNTech, y Spikevax Bivariante original/Ómicron BA.4-5, de Moderna, que al otro día comenzaron a aplicarse en algunos distritos como CABA y Mendoza.
En los siguientes días, más provincias se fueron sumando, como Córdoba, Santa Fe, Corrientes, Chubut, Santa Cruz, Misiones, Chaco, Salta, Jujuy, San Juan, Misiones, Corrientes y desde ayer, la provincia de Buenos Aires, que anunció la distribución de 449.280 dosis de la vacuna Pfizer Bivalente en las 12 regiones sanitarias, centros de vacunación y hospitales.
¿Quiénes pueden recibirla?
Las vacunas bivalentes que llegaron al país son Comirnaty Bivariante Original/Ómicron BA.4-5 del laboratorio Pfizer/BioNtech. Son 1.100.160 dosis que son aplicadas a la población general de 12 años o más. En la segunda semana de febrero se espera que lleguen al país 3 millones de dosis más de la vacuna Spikevax Bivariante Original/Ómicron BA.4-5 de Moderna (que podrán colocarse en personas de 6 años o más), y otro 1.2 millones de dosis de Pfizer.
Pueden recibirla todas las personas mayores de 12 años (Pfizer) y 6 años (Moderna), que se hayan aplicado alguna vacuna monovalente (de esquema primario o refuerzo) hace 4 meses o más. Al igual que las demás dosis, debe mantenerse el intervalo mínimo de cuatro meses desde la última dosis recibida.
¿Cómo funcionan estas nuevas vacunas?
Todas las vacunas tienen el mismo objetivo: entrenar el sistema inmunológico para que reconozca el coronavirus y así elevar sus defensas de forma preventiva, con el fin de neutralizar el virus real de producirse el contagio. Con la de Pfizer y su socio alemán BioNTech, así como con la de la estadounidense Moderna, se inyectan en el cuerpo hebras de instrucciones genéticas bautizadas ARN mensajero, es decir, la molécula que le dice a nuestras células qué hacer. Cada célula es una minifábrica de proteínas, según las instrucciones genéticas contenidas en el ADN de su núcleo.
El ARN mensajero de la vacuna se fabrica en laboratorio. Mediante la vacuna se inserta en el cuerpo y toma el control de esta maquinaria para fabricar proteínas o antígenos específicos del coronavirus: sus “espículas”, esas puntas tan características que están en su superficie y le permiten adherirse a las células humanas para penetrarlas.
Estas proteínas, inofensivas en sí mismas, serán liberadas por nuestras células tras recibir las instrucciones de la vacuna, y el sistema inmunológico en respuesta producirá anticuerpos. Estos anticuerpos permanecerán de guardia durante mucho tiempo -según se espera- con la facultad de reconocer y neutralizar el coronavirus en caso de que nos infecte. El ARN mensajero son las “instrucciones” que recibe una célula para generar una proteína, en este caso, la proteína S, esa llave que tiene el SARS-CoV-2 para entrar a las células humanas, e infectarlas. Los anticuerpos que reconocen a esta proteína y se unen a ella, bloquean la infección (anticuerpos neutralizantes).
¿Por qué son más efectivas que las monovolantes?
Son varios los estudios científicos que durante 2022 confirmaron la mayor efectividad de la vacuna bivalente frente a otras monovalentes, ya sea bajo la plataforma ARN mensajero o no. Uno de los primeros fue el realizado por investigadores de la Escuela Gillings de Salud Pública Mundial de la Universidad de Carolina del Norte.
Descubrieron que las vacunas de refuerzo bivalentes son más eficaces que las monovalentes originales para prevenir la hospitalización y la muerte por COVID-19 durante el predominio de Ómicron. El estudio se publicó en The New England Journal of Medicine.
El estudio analizó los datos de vacunación e infección de más de seis millones de residentes de Carolina del Norte entre mayo y diciembre de 2022, el período durante el cual las cepas BA.4.6/BA.5 y BQ.1/BQ.1.1 de la variante Ómicron predominaban en Estados Unidos. Tanto la vacuna bivalente de Pfizer/BioNTech como la de Moderna se incluyeron en el estudio, que también tuvo en cuenta diferentes grupos de edad, el estado de infección previa y el número de dosis de refuerzo ya recibidas.
La eficacia de los refuerzos alcanzó su punto máximo aproximadamente cuatro semanas después de recibirlos y disminuyó posteriormente. La eficacia media contra la infección grave con resultado de hospitalización o muerte en un período de tres meses fue del 25% para una dosis de refuerzo monovalente y del 62% para una dosis de refuerzo bivalente.
“Es un trabajo muy interesante”, opinó al ser consultada por Infobae Daniela Hozbor, investigadora del CONICET en el Instituto de Bioquímica y Biología Molecular, dependiente del Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata y el CONICET.
“El estudio claramente mostró que las vacunas bivalentes ser más efectivas que las monovalentes para reducir el riesgo de cuadros graves, hospitalizaciones y muerte ante la circulación de los sublinajes de Ómicron que eran predominantes durante el momento del trabajo. Hoy igualmente hay que considerar que es mejor tener una dosis de refuerzo monovalente o bivalente en comparación con tener el esquema primario o con no estar vacunado”, comentó la doctora Hozbor.
¿Con qué frecuencia se podrían aplicar las vacunas bivalentes?
“La vacuna original ha dejado de generar una mayor capacidad de neutralización contra el virus. Por eso en el último año hemos desarrollado la vacuna bivalente que además de tener 25 microgramos de la secuencia original del virus, tiene otros 25 microgramos de Ómicron, para las subvariantes BA.4 y BA.5, lo que generó en los ensayos clínicos y en también en la vida real una mejor respuesta inmunitaria en el corto plazo y también a seis meses de su aplicación, en la que podemos observar que triplica las defensas de la anterior vacuna monovalente”, precisó el doctor Pajón, que confió a Infobae que esta vacuna de refuerzo podría aplicarse una vez por año, como se hace con la vacuna contra la influenza.
“Como sucede con el virus de la gripe, en los meses de abril o mayo se definiría qué tipo de variante COVID es la de mayor circulación. Y con esa información, podríamos tener una nueva vacuna bivalente contra esa variante, lista para aplicar en octubre de ese mismo año”, sostuvo.
Las vacunas bivalentes llegaron para quedarse. Así lo entendieron los 21 expertos científicos de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) que la semana pasada recomendaron que ese país comience a usar la vacuna bivalente en todas las inmunizaciones contra el COVID-19, incluidas las dosis primarias y de refuerzo.
Esto significa que la dosis de refuerzo bivalente, que se dirige tanto a la cepa SARS-CoV-2 original como a las cepas Ómicron BA.4/5, pronto se convertiría en el único tipo utilizado para todas las vacunas primarias y refuerzos.
La investigación que presentaron sugiere que el refuerzo bivalente genera niveles más fuertes de anticuerpos, incluso contra las últimas variantes del virus como Ómicron BQ.1.1, XBB.1 y XBB.1.5. El paso ahora es estandarizar todas las vacunas para apuntar a las mismas cepas y luego ver si deberían actualizarse en una cadencia regular, haría que la búsqueda de variantes fuera cosa del pasado.
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