La dieta mediterránea es una forma de alimentación basada en las cocinas tradicionales de Grecia, Italia y otros países que bordean el mar Mediterráneo. Incluye alimentos como cereales integrales, verduras, legumbres, frutas, frutos secos, semillas, hierbas y especias. También implica el consumo de aceite de oliva, pescado, mariscos, lácteos y carne de aves.
Hay pruebas de que esa dieta ayuda a prevenir las enfermedades cardíacas y los ataques cerebrovasculares. Un nuevo estudio realizado en los Estados Unidos reveló que las mujeres que adoptan una dieta mediterránea reducen el riesgo de tener un tipo de complicación durante un embarazo, que es la preeclampsia.
Los investigadores evaluaron el impacto sobre el desarrollo de la complicación que se llama “preeclampsia”. Por ese trastorno la mujer puede tener presión arterial alta, niveles altos de proteína en la orina que indiquen daño renal u otros signos de daño en los órganos.
La preeclampsia, por lo general, comienza luego de las 20 semanas de embarazo en mujeres cuya presión arterial ha estado dentro de los valores normales hasta entonces. Si no se trata, la preeclampsia puede generar complicaciones graves, incluso mortales, tanto para la madre como para el bebé.
En el estudio se evaluaron la dieta mediterránea y los resultados adversos del embarazo. Fue realizado por investigadores del Instituto del Corazón Smidt del Cedars-Sinai. Descubrieron que las mujeres que concebían siguiendo la dieta Mediterránea, que es antiinflamatoria, tenían un riesgo significativamente menor de desarrollar preeclampsia durante el embarazo.
El estudio fue publicado en la revista JAMA Network Open.“Este estudio multicéntrico y poblacional confirma que un patrón alimentario más saludable se asocia a un menor riesgo de resultados adversos del embarazo, siendo el más interesante un riesgo un 28% menor de preeclampsia”, dijo Natalie Bello, autora principal del estudio y directora de Investigación de la Hipertensión en el Instituto del Corazón Smidt.
“Es importante destacar que esta conexión entre la dieta mediterránea y un menor riesgo de resultados adversos del embarazo se observó en una población geográfica, racial y étnicamente diversa”, resaltó Bello.
Los investigadores descubrieron que la asociación era mayor en las mujeres que tradicionalmente se consideran de edad materna avanzada, las de 35 años o más.
Además de la preeclampsia, el riesgo de diabetes gestacional también disminuyó en las mujeres que siguieron más de cerca la dieta cardiosaludable. En el estudio se incluyeron 7.798 mujeres.
Se pidió a las mujeres embarazadas de su primer hijo que rellenaran un cuestionario semicuantitativo sobre la frecuencia de los alimentos durante la primera visita del estudio, que tuvo lugar en el primer trimestre.
El cuestionario se centraba en los hábitos alimentarios de las mujeres durante los tres meses anteriores a su visita y pedía a las participantes que informaran sobre su ingesta de alimentos y bebidas comunes. Luego, las respuestas se clasificaron según los componentes de la dieta mediterránea para calcular la puntuación.
Los datos fueron recopilados, analizados y estudiados por los investigadores y así se demostró de las 7.798 mujeres registradas, el 10% tenían 35 años o más. El 11% eran negras no hispanas, el 17% hispanas y el 4% eran de origen asiático. El 20% de las inscritas padecían obesidad al inicio de su participación.
Una puntuación alta en la dieta mediterránea se relacionó con un 21% menos de probabilidades de tener cualquier resultado adverso del embarazo, así como con un 28% y un 37% menos de riesgo de padecer preeclampsia/eclampsia y diabetes gestacional.
“También analizamos los componentes individuales de la dieta mediterránea y descubrimos que una mayor ingesta de verduras, legumbres y pescado estaba relacionada con un menor riesgo asociado de sufrir un resultado adverso del embarazo”, afirmó Bello.
Christine Albert, jefa del Departamento de Cardiología, que no participó en el estudio, consideró que, en conjunto, los resultados demuestran de forma única que en las mujeres la adopción de un patrón de dieta mediterránea puede representar un importante enfoque de estilo de vida para la prevención de resultados adversos del embarazo, sobre todo en mujeres con edad materna avanzada.
Anteriormente, sólo tres estudios observacionales -cada uno con un número modesto de participantes- habían investigado la relación entre la adherencia a este patrón de dieta saludable en torno al momento de la concepción y el riesgo de desarrollar preeclampsia.
“Estos resultados se suman al creciente número de pruebas que demuestran que la dieta mediterránea puede desempeñar un papel importante en la preservación de la salud de las mujeres a lo largo de toda su vida, incluso durante el embarazo”, comentó Albert.
Sin embargo, de acuerdo con la doctora Bello, se necesitan estudios a largo plazo para evaluar si la promoción de una dieta de estilo mediterráneo en el momento de la concepción y durante todo el embarazo puede prevenir los resultados adversos del embarazo y reducir el riesgo cardiovascular futuro.
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