Tras tres años de implementar una política restrictiva sobre el coronavirus, a principios de este mes de diciembre, China, comenzó a dar los primeros pasos para una moderada apertura mientras aprenden a convivir con el virus. Por ello anunció que a partir del 8 de enero permitirá la salida masiva de personas del país y comenzará a emitir pasaportes, decisión que fue cuestionada por varios países que ya piensan implementar medidas restrictivas.
El régimen chino comunicó el lunes que dejaría de exigir a los viajeros entrantes que ingresen en cuarentena a partir del 8 de enero, después de tres años de aislamiento, todo ello por la presión de la sociedad, que protagonizó unas manifestaciones poco usuales en el país, en las que se mostraba su descontento con la política Covid Cero.
Por otra parte, la Administración Nacional de Inmigración anunció que volverá a expedir pasaportes para los ciudadanos chinos que viajen al exterior por turismo o para visitar amigos y familiares, además de reanudar ciertos visados de tránsito para viajeros internacionales. Las autoridades de Beijing han reconocido que es imposible hacer un seguimiento del brote y han eliminado los recuentos de casos, además de reducir los criterios para contabilizar las muertes por Covid.
China fue el país donde se detectó por primera vez la COVID-19 y hasta el momento ha confirmado oficialmente 4,4 millones de casos y 16.764 muertes. En los últimos 28 días se ha informado de 815.995 casos y 787 muertes relacionadas con la enfermedad.
La publicación de las autoridades migratorias confirma que los residentes chinos podrán volver a disfrutar del turismo internacional de “manera ordenada” a partir de 2023 al aceptarse y aprobarse la tramitación de nuevos pasaportes para los ciudadanos del país. Además, los residentes de China continental podrán beneficiarse nuevamente del procesamiento de visados para visitar Hong Kong por turismo y negocios.
Restricciones mundiales
Naciones de todo el mundo están implementando o considerando medidas para someter a pruebas o restringir el ingreso de viajeros procedentes de China a medida que el país de 1.400 millones de habitantes abandona su política covid cero y se prepara para reabrir sus fronteras a principios de enero.
Estados Unidos está evaluando nuevas medidas contra el coronavirus para las personas que viajan desde China, en medio de preguntas sobre la transparencia de los datos que ese país entrega sobre la propagación del virus, según funcionarios estadounidenses, que pidieron no ser identificados al hablar de discusiones internas. Japón se apresuró ayer a anunciar medidas que exigen una prueba negativa de COVID-19 a la llegada.
Argentina no evalúa medidas restrictivas
Fuentes del Ministerio de Salud de la Nación precisaron a Infobae que todavía no hay en estudio medidas de restricción o exigencia de test COVID previos a pasajeros provenientes del país asiático. Por otro lado, China está sufriendo el mayor brote de COVID-19 del mundo, lo que genera preocupación entre las autoridades de salud pública de todo el mundo. Casi 37 millones de personas podrían haberse infectado con el virus en un solo día de la semana pasada, según estimaciones de la máxima autoridad sanitaria del Gobierno.
Las medidas de los países asiáticos vecinos
A principios de esta semana, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, dijo que existen “grandes discrepancias” en la información procedente del país, lo que alimenta la creciente preocupación. Japón exigirá resultados negativos en la prueba del covid-19 a su llegada a los visitantes que hayan estado en China continental en un periodo de siete días, mientras que los que den positivo tendrán que permanecer en cuarentena durante una semana.
Malasia también ha impuesto nuevas medidas de seguimiento y vigilancia, mientras que India comenzó hace una semana a someter a pruebas aleatorias a cerca del 2% de los pasajeros procedentes de otros países en todos los aeropuertos internacionales para minimizar el riesgo de que cualquier nueva variante entre en el país. Taiwán empezará a realizar pruebas a aquellos que llegan desde China continental, ya que prevé la visita de decenas de miles de personas con motivo del Año Nuevo chino a finales de enero.
Hong Kong, que tiene previsto reabrir sus fronteras con China antes de mediados de enero, está relajando sus normas de entrada, anunciando un amplio conjunto de cambios que eliminarán los límites a las reuniones públicas, así como la prueba de vacunación para entrar en algunos lugares, y ya no exigirá a los viajeros entrantes que se sometan a dos pruebas PCR tras su llegada.
El secretario de Transporte de Filipinas, Jaime Bautista, pidió hoy medidas de prevención, entre ellas la realización de pruebas a los viajeros procedentes de China. “Debemos ser muy cautelosos porque si tienen muchos casos de covid, debemos tener cuidado con los visitantes chinos que llegan a Filipinas”, comunicó a la prensa.
Las reservas de vacaciones para vuelos salientes desde China continental aumentaron un 254% el martes por la mañana con respecto al día anterior, lo que subraya cómo la vasta población del país está preparada y deseosa de viajar. Los cinco destinos principales fueron Singapur, con un aumento del 600% en las reservas, seguido de Corea del Sur, Hong Kong, Japón y Tailandia, con un 400%.
Falta de secuenciación genómica
Las nuevas precauciones de viaje de EEUU se basan en consultas con expertos en salud pública y socios internacionales, dijeron las autoridades. Las conversaciones se deben en parte a la preocupación por la falta de datos de secuenciación genómica que puedan ayudar a identificar la aparición de una nueva variante.
Los expertos en salud han manifestado su preocupación por la posibilidad de que la incesante propagación del virus genere una nueva variante peligrosa por primera vez desde que la variante ómicron provocara un repentino aumento de las infecciones hace más de un año.
GISAID, el consorcio global que mantiene una base de datos para que científicos de todo el mundo compartan secuencias de coronavirus para monitorear mutaciones, dijo ayer que China ha aumentado su vigilancia en medio del brote en curso. Todas las secuencias compartidas por las autoridades sanitarias chinas sugieren que los virus que alimentan el brote masivo a nivel nacional se parecen mucho a las variantes circulantes que se encuentran en el resto del mundo desde julio, agregaron.
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