Durante mucho tiempo la ciencia ha estado preocupada por determinar si la exposición a la cafeína en el útero tiene implicaciones en el crecimiento a largo plazo del los niños. El consumo materno de este estimulante durante el embarazo, incluso en cantidades modestas (50 mg o media taza de café al día), se asocia con un menor peso al nacer.
Estas disminuciones se atribuyeron, además, a una talla más corta al nacer y a menos masa de tejido magro en los bebés. Sin embargo no existían referencias sobre el progreso del crecimiento de los niños. Ahora, una nueva investigación ha determinado que beber solo media taza de café durante el embarazo puede reducir casi 2,5 cm de la altura cuando el niño alcanza los ocho años.
Una investigación de los Estudios de Crecimiento Fetal del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) en Estados Unidos ha determinado que aproximadamente 8 de cada 10 mujeres embarazadas de ese país consumen cafeína.
El descubrimiento se basa en un análisis de casi 2.500 niños y niñas de todo Estados Unidos. Los investigadores dicen que sus resultados se suman a la evidencia de que las futuras madres deben abstenerse de beber cafeína.
“Aunque las implicaciones clínicas de una diferencia de altura de aproximadamente 2,5 cm no están claras, nuestros hallazgos para la altura son similares a las vinculadas con las madres que fumaron durante el embarazo”, indicó la autora Katherine Grantz perteneciente al Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver de Maryland, cuyo documento acaba de publicarse en la revista JAMA Network.
Algunas pautas públicas recomiendan que las mujeres embarazadas consuman menos de 200 mg de cafeína al día, aproximadamente dos tazas de café instantáneo. Sin embargo Grantz y su equipo identificó este fenómeno en niveles de cafeína muy por debajo de esta marca. “Observamos constantemente una estatura más baja, que se ha asociado con un mayor riesgo de múltiples enfermedades cardiometabólicas, tanto en mujeres embarazadas como no embarazadas”, indicó.
“Las concentraciones maternas más altas de cafeína y paraxantina se asociaron con una estatura más baja que persistía hasta los 8 años en 2 cohortes de embarazo con seguimiento longitudinal y patrones distintivos de consumo bajo y alto de cafeína. Nuestros hallazgos indican que el consumo materno de cafeína está asociado con disminuciones a largo plazo en la altura del niño”, continuó la especialista.
En el primer estudio de este tipo el equipo analizó datos de dos grupos separados, rastreando a los participantes hasta la escuela primaria. El mecanismo potencial para causar una estatura más baja no está claro, pero el equipo señala que la cafeína es un estimulante neuronal que el feto no metaboliza y que se acumula en su tejido. El café es la bebida más popular del mundo, con hasta ocho de cada 10 personas disfrutando de una taza diaria.
“Es importante determinar si la exposición a la cafeína en el útero tiene consecuencias de crecimiento a largo plazo en la descendencia”, concluyen los investigadores.
El nuevo estudio usó muestras de sangre tomadas durante el embarazo para determinar los niveles exactos de cafeína y su metabolito, la paraxantina, de los participantes, lo que convierte al segundo análisis en más preciso.
El equipo de trabajo, además de Grantz, contó con la presencia de Jessica L. Gleason, Rajeshwari Sundaram,Susana D. Mitro, Stefanie N. Hinkle, Stephen E. Gilman, Cuilin Zhang, Roger B. Newman, Kelly J. Hunt, Dr. Daniel W. Skupski, Dr. William A. Grobman, Dr. Michael Nageotte, Morgan Robinson y Kurunthachalam Kannan.
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