Un síncope ocurre cuando una persona pierde el conocimiento y se queda sin fuerzas, pero se recupera pronto. Para la mayoría de las personas, el síncope ocurre de vez en cuando, si es que ocurre, y no es un signo de enfermedad grave. Sin embargo, en otros casos, puede ser el primer y único signo de advertencia antes de un episodio de muerte súbita cardíaca, según advirtieron investigadores médicos de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, de los Estados Unidos.
Como el síncope también puede provocar lesiones graves, se debe hacer una consulta médica, especialmente cuando el trastorno se ha producido varias veces. Antes de ocurrir, la persona puede sentirse aturdida, mareada o con náuseas, tener un “apagón” visual o problemas de audición, tener palpitaciones o sentirse débil o sudar repentinamente.
No se considera síncope a la pérdida de conocimiento por una convulsión, un ataque cardíaco, un traumatismo craneal, un accidente cerebrovascular, una intoxicación, un golpe en la cabeza, una hipoglucemia diabética u otra situación de emergencia. Recientemente la nutricionista Teresa Coccaro en el programa de televisión BDA Extra por canal América, en la Argentina, mientras estaba hablando sobre la alimentación de los niños y sufrió un fuerte desmayo que se observó en vivo: fue un síncope. La profesional contó que ocurrió porque su presión arterial bajó.
El síncope se produce por una disminución transitoria del flujo sanguíneo al cerebro. Es un problema frecuente en la población general, según el grupo de Educación en Salud para la Ciudadanía de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
“Es importante no confundir la pérdida verdadera de la conciencia con otros problemas como el vértigo, la ansiedad o un mareo. A diferencia del síncope, la lipotimia es un desvanecimiento pero sin llegar a la pérdida total de la conciencia”, aclararon los expertos españoles. Aquí van 3 dudas frecuentes sobre el síncope.
¿Cómo se puede prevenir el síncope?
Para evitar que una persona tenga un síncope, es importante reconocer las situaciones que lo favorecen y evitarlas, precisaron los expertos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). La mayoría de los síncopes aparecen sin que exista una enfermedad asociada. La causa más frecuente del síncope es una reacción vasovagal. Sólo en un bajo porcentaje de los casos se deben a problemas cardiovasculares o neurológicos.
Entre las causas benignas que pueden provocar un síncope están: dolor, miedo, emociones intensas, y ejercicio intenso. En ocasiones el síncope ocurre tras toser, defecar o ejercer presión en el abdomen de forma vigorosa, al levantarse bruscamente, por la ingesta de medicamentos que reducen la presión arterial, un bajo nivel de azúcar en sangre o por la deshidratación. También puede ocurrir tras el consumo de alcohol o algunas drogas. “La medida más sencilla y eficaz es evitar esos factores que pueden precipitar el síncope en la medida que sea posible”, aconsejaron los miembros de SEMI.
Si el síncope es producido por una enfermedad cardíaca o neurológica, el médico especialista prescribirá un tratamiento específico y las medidas que considere necesarias para intentar evitar que se repitan los episodios.
Los síncopes son muy frecuentes y la mayoría son benignos, no necesitando ningún estudio especial. Sin embargo es recomendable acudir a su médico, sobre todo, si se repiten en el tiempo, los episodios son más duraderos de lo habitual o se acompañan de otros síntomas.
¿Qué se debe hacer cuando una persona tiene un síncope?
En cualquier caso, ante una persona que tiene una pérdida brusca de conciencia siempre hay que asegurarse que respira espontáneamente y tiene pulso. En el caso de que se produzca un síncope, la persona habitualmente es capaz de recuperarse en pocos segundos al acostarla y elevarle las piernas. Si es posible, hay que evitar que en la caída se golpee en la cabeza o se provoque un traumatismo en otras partes del cuerpo.
Va a depender de la causa que lo produzca, pero la gran mayoría de los síncopes son de buen pronóstico, aclararon los expertos españoles. El único problema puede ser la caída y el posible traumatismo al perder la conciencia o si se está realizando alguna actividad como conducir un vehículo. Sin embargo, existe un pequeño porcentaje que puede tener consecuencias graves, sobre todo aquellos en los que existe una enfermedad cardíaca o neurológica. Es de gran importancia identificar a este subgrupo de enfermos.
Por qué hay que hacer una consulta médica tras tener un síncope
Al hacer la consulta, el profesional de la salud realizará una serie de preguntas relacionadas con las características del síncope y con sus posibles causas así como una exploración física completa, con especial atención a la presión arterial, al pulso y una exploración neurológica. En algunos casos se puede complementar con la realización de un electrocardiograma y un análisis de sangre.
Existe una serie de causas de síncope que pueden ser graves, pero son poco frecuentes, como: arritmias cardiacas (alteraciones del ritmo del corazón), enfermedades cardíacas (patología de las arterias coronarias o de las válvulas del corazón), embolia pulmonar, anemia importante, enfermedades neurológicas (como epilepsia o ictus) o psiquiátricas. Sólo en casos seleccionados será necesario enviar a un especialista o realizar pruebas especiales como una ecocardiografía, un estudio cardíaco electrofisiológico o un TAC pulmonar o cerebral.
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