La hipertensión arterial es una de las enfermedades llamadas “silenciosas”, que no dan síntomas hasta avanzado el cuadro. La mayoría de las personas que sufren de presión alta, lo advierten cuando la enfermedad comienza a dar señales en el organismo.
Sin embargo, ahora, un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford reveló que una de cada ocho personas podría sufrir picos de presión arterial durante la noche sin siquiera notarlo. Y para peor, esas subas no sólo no dejan rastros si no que tampoco se detectan en las lecturas diurnas.
Los investigadores hallaron que el 15% de las personas de 40 a 75 años tenía hipertensión por la noche que no se vería en una medición durante el día.
Por lo general, las personas sanas suelen presentar un descenso nocturno de la presión arterial. Pero los investigadores descubrieron que un porcentaje de ellas experimentan lo contrario: sufrieron un aumento de la presión arterial peligroso por la noche que podría provocar enfermedades cardíacas, derrames cerebrales e incluso la muerte.
Las pautas actuales del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) británicos recomiendan que los médicos de cabecera diagnostiquen la hipertensión basándose únicamente en las mediciones de la presión arterial durante el día.
Sin embargo el equipo de investigadores de la reconocida universidad del Reino Unido, sobre la base de sus hallazgos, sugirió un uso más generalizado del control ambulatorio de la presión arterial. A esos fines, suele usarse un dispositivo durante un período de 24 horas para tomar medidas cuando las personas están despiertas y dormidas.
Lionel Tarassenko es profesor de ingeniería eléctrica y director fundador del Instituto de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Oxford y consideró que “las mediciones de la presión arterial durante el día no son suficientes”.
“La presión arterial sigue un patrón cíclico durante 24 horas. Normalmente, baja por la noche durante el sueño y luego sube después de despertar -precisó el experto-. Pero para los ‘casos inversos’, en su mayoría personas mayores, a veces con diabetes o enfermedad renal, el patrón se invierte, y la presión arterial sube por la noche y luego disminuye después de despertarse”.
Según vieron en el trabajo publicado en el British Journal of General Practice, “esto significa que este porcentaje de pacientes tiene la presión arterial más baja durante el día, por lo que se tranquilizarán falsamente con el control diurno en el hogar o en la clínica del médico de cabecera”.
Para el trabajo, los investigadores estudiaron alrededor de 21.000 pacientes de 28 prácticas de médicos de cabecera y cuatro hospitales en el área de Oxford. En los pacientes ingresados en el hospital, los investigadores encontraron que casi la mitad (49%) de estos pacientes eran “inversos” (personas cuya presión arterial baja durante la noche), mientras que alrededor del 15% de los participantes en la comunidad tenían presión arterial alta por la noche.
En los grupos de pacientes tanto del hospital como de la comunidad, uno de cada tres “inversos” tenía al menos una enfermedad cardiovascular.
“Nuestra investigación muestra que medir la presión arterial durante la noche podría ayudar a identificar a uno de cada ocho adultos en Inglaterra que tiene hipertensión no diagnosticada”, destacó la médica general Laura Armitage, investigadora del Departamento Nuffield de Ciencias de la Salud de Atención Primaria de la Universidad de Oxford, para quien “es importante destacar que esto también conduciría a una reducción de las enfermedades cardiovasculares y la muerte”.
Esto destaca la necesidad de que los médicos de cabecera ofrezcan a sus pacientes una evaluación de la presión arterial las 24 horas”, enfatizó
Cuando no se diagnostica ni se trata, la presión arterial alta puede causar enfermedades cardiovasculares, que es una de las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo.
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