En el mundo ya se ha reportado este año 65.278 casos de viruela del mono o viruela símica. Es actualmente una enfermedad que se transmite por contacto sexual o por contacto estrecho físico. El síntoma más común son las lesiones en la piel parecidas a granos o ampollas, que aparecen en cualquier parte del cuerpo, pero con mayor frecuencia en regiones genitales, perianal, cara, manos y pies. La infección puede generar algunas complicaciones neurológicas
Una reciente revisión de estudios que fue publicada en la revista JAMA Neurology aportó más pruebas sobre las complicaciones neurológicas que tanto la viruela humana como la viruela del mono pueden generar en el ser humano después de haber tenido la infección. El trabajo fue llevado a cabo por investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) y de la República del Congo.
Encontraron que las complicaciones neurológicas tras la recuperación de la infección por el virus Monkeypox que causa la viruela del mono incluyen dolor de cabeza, depresión, cambios de humor, ansiedad y dolor neuropático. Además señalaron que las lesiones cutáneas pueden dar lugar a úlceras que provocan dolor al tragar, fisuras anales y dolor rectal. La conjuntivitis puede provocar una reducción de la vista y agravar una infección que afecte al sistema nervioso central (SNC).
Los científicos recomendaron a los profesionales de la salud que atienden a pacientes con viruela del mono que se ocupen de buscar la presencia de cualquier otra infección de transmisión sexual. Todos los casos sospechosos deben someterse a la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y a la serología del líquido vesicular en los departamentos de salud locales. El líquido cefalorraquídeo debe analizarse si se sospecha una afectación neurológica.
Hasta la fecha, comentó el grupo integrado por Avindra Nath y otros colaboradores, se han evaluado varios fármacos antivirales en estudios in vitro e in vivo para determinar su eficacia en el tratamiento de la infección por Monkeypox. Sin embargo, ninguno de estos agentes se ha probado en entornos clínicos. El tecovirimat (ST-246) está solo autorizado bajo la categoría acceso ampliado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para el tratamiento de la viruela en casos graves.
Ciertas complicaciones neurológicas del virus, como la mielitis transversa y la encefalomielitis aguda diseminada, deben tratarse con una dosis elevada de corticosteroides. Además, debe utilizarse inmunoglobulina (Ig) intravenosa o plasmaféresis para tratar el síndrome de Guillain-Barré, recomendaron en el artículo en JAMA Neurology.
Los investigadores hicieron un llamado de atención. Por un lado, reconocieron que se han notificado pocas complicaciones neurológicas importantes con el actual brote que ya fue declarado una emergencia de salud pública de importancia internacional. Sin embargo, basándonos en las complicaciones neurológicas conocidas de los ortopoxvirus (es la familia a la que pertenece el virus que causa la viruela símica), “debemos estar preparados para la posibilidad de que se produzcan encefalitis virales, mielitis, encefalomielitis aguda diseminada, síndrome de Guillain-Barré, dolor neuropático y otras, y tratarlas en consecuencia”.
Además, resaltaron que “debe prestarse especial atención a los pacientes con condiciones inmunocomprometidas, como el VIH/SIDA, ya que puede facilitar la neuroinvasión viral. Con más de 40.000 casos en todo el mundo y extendiéndose, cabe esperar complicaciones neurológicas. Se dispone de medidas preventivas, como las vacunas de tercera generación contra la vaccinia, pero son escasas. Aunque son más seguras que las vacunas anteriores, los profesionales de la salud deben estar atentos a posibles reacciones adversas neurológicas, ya que estas vacunas están llegando a una amplia población”.
Recientemente, como publicó Infobae el 13 de septiembre, una investigación en el Reino Unido también había advertido que la viruela del mono puede provocar complicaciones neurológicas como encefalitis —que es un tipo de inflamación del cerebro—, confusión o convulsiones, en algunos pacientes. Ese trabajo fue dirigido por un científico del Colegio Universitario de Londres, más conocido por su sigla en inglés como UCL.
En el nuevo trabajo realizado por investigadores del Reino Unido se hizo una revisión sistemática y un meta-análisis de la evidencia. Se publicó en la revista eClinicalMedicine. Los autores descubrieron que los dolores musculares, la fatiga, el dolor de cabeza, la ansiedad y la depresión eran relativamente comunes entre los pacientes con viruela del mono. Entre el 2% y el 3% de los pacientes tuvieron complicaciones graves, como convulsiones o encefalitis, aunque esos estudios incluían principalmente a pacientes hospitalizados de años anteriores.
La principal medida de prevención para la viruela del mono, según el Ministerio de Salud de la Nación en Argentina, es evitar el contacto directo (especialmente el sexual) con personas que tienen la infección o con quienes tienen síntomas compatibles. También es aconsejable evitar compartir objetos de uso personal como ropa de cama, toallas, platos y cubiertos o mate. La mayoría de las personas transitan la enfermedad de manera leve, pero en algunas puede ser más grave, por ejemplo en niñas y niños, personas gestantes o inmunocomprometidas.
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