Uganda, en el este de África, registró su primera muerte por el virus del Ébola desde 2019, informó este martes el Ministerio de Sanidad, que anunció la presencia de un brote en Mubende, en el centro del país. El caso se debe a una variante inusual procedente de Sudán, y que no se había observado en Uganda desde 2012, precisó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el continente africano, a la vez que anunció el despliegue de un equipo “para ayudar en las investigaciones y la respuesta”.
“El caso confirmado es un varón de 24 años”, que presentó “síntomas” de la enfermedad y falleció posteriormente, indicó el ministerio a través de Twitter. La ministra ugandesa de Sanidad, Ruth Jane Aceng, indicó a AFP que las autoridades empezaron a vacunar a “trabajadores situados en primera línea”, como personal de sanidad y seguridad y agentes de inmigración y aduanas, en las zonas fronterizas con la República Democrática del Congo (RDC). En agosto se señaló un caso en la provincia congoleña de Kivu Norte, fronteriza con Ruanda y Uganda, menos de seis semanas después de que se declarara como terminada una epidemia en el este de la RDC.
En una rueda de prensa en Kampala, la secretaria permanente del Ministerio de Sanidad de Uganda, Diana Atwini, explicó que al menos seis personas en la misma zona fallecieron este mes tras sufrir una “extraña enfermedad”. “Actualmente, hay ocho casos sospechosos que están recibiendo atención en un centro de salud”, indicó la OMS en un comunicado.
El Instituto de Investigación de Virus de Uganda confirmó el brote después de analizar una muestra tomada al hombre de 24 años y tras una investigación de seis muertes sospechosas que ocurrieron en el distrito este mes.
Por su parte, la directora de la OMS para África, Matshidiso Moeti, afirmó que “ésta es la primera vez en más de una década que Uganda registra la cepa de ébola de Sudán”. “Estamos trabajando en estrecha colaboración con las autoridades nacionales de salud para investigar el origen de este brote y, al mismo tiempo, apoyamos los esfuerzos para implementar rápidamente medidas de control efectivas”, subrayó Moeti en el comunicado.
Se han registrado siete brotes anteriores de la cepa de ébola de Sudán, cuatro en Uganda y tres en Sudán, señaló la agencia de la ONU.
Uganda notificó por última vez un brote de ébola de la cepa de Sudán en 2012. En 2019, el país experimentó un brote de la cepa de Zaire en el que el virus fue importado de la vecina República Democrática del Congo (RDC), que luchaba entonces contra una gran epidemia en su región nororiental.
La OMS está ayudando a las autoridades sanitarias de Uganda con la investigación y está desplegando personal en la zona afectada de Uganda, al tiempo que ha despachado insumos para apoyar la atención de los pacientes y enviado una carpa para aislar a los pacientes.
La ministra de Salud de Uganda precisó tras conocerse la muerte del joven, la primera en tres años: “Hemos desplegado 12.000 dosis de la vacuna (contra el virus del Ébola) y esperamos 10.000 dosis más este mes, para controlar una eventual propagación del Ébola por el país”, añadió. Además, “hemos intensificado la vigilancia y la búsqueda de contactos del caso confirmado”, aseveró la ministra.
La OMS advirtió que, si bien la utilización de la vacuna ha sido muy eficaz para controlar los brotes de la cepa Zaire, en la actualidad no existe vacuna probada específicamente para la variante sudanesa que es la que afectó a la víctima mortal registrada en Uganda.
De acuerdo con la organización, si bien la vacunación en anillo de personas de alto riesgo con la vacuna Ervebo (rVSV-ZEBOV) ha sido muy eficaz para controlar la propagación del ébola en brotes recientes en la RDC y en otros lugares, esta vacuna sólo se ha aprobado para proteger contra la cepa de Zaire.
Otra vacuna producida por la empresa farmacéutica Johnson and Johnson puede ser eficaz, pero aún no se ha probado específicamente contra la cepa de Sudán.
Las vacunas se administran mediante una estrategia de “vacunación en anillo”, en la que los contactos y los contactos de los contactos se vacunan para frenar la propagación del virus y proteger vidas.
El ébola es una enfermedad grave y muy a menudo letal. La OMS informó que los brotes y las respuestas anteriores han demostrado que el diagnóstico y el tratamiento tempranos con una atención de apoyo optimizada —con reposición de líquidos y electrolitos y tratamiento de los síntomas— mejoran significativamente la supervivencia.
Uganda sufrió en el pasado varias epidemias de ébola, la última de ellas en 2019 con saldo de cinco muertos. La República Democrática del Congo, vecina de Uganda, ha sufrido 14 epidemias de ébola, la última de ellas entre abril y julio de 2022. La OMS reportó que los brotes de enfermedad por el virus del Ebola (EVE) tienen una tasa de letalidad que es de aproximadamente 50%. En brotes anteriores, las tasas fueron de 25% a 90%.
En un informe que publicó a fines de agosto remarcó que “ahora, tras una revisión sistemática y un metanálisis de ensayos clínicos aleatorizados sobre los tratamientos para la enfermedad, la OMS ha recomendado firmemente dos tratamientos con anticuerpos monoclonales: mAb114 (Ansuvimab; Ebanga) y REGN-EB3 (Inmazeb)”.
Al publicar las primeras directrices sobre tratamientos contra la enfermedad por el virus del ébola, la OMS formuló nuevas recomendaciones sobre el uso de dos anticuerpos monoclonales e hizo un llamamiento a la comunidad mundial para que aumente el acceso a estos medicamentos que salvan vidas.
Se trata de una fiebre hemorrágica que se contagia al ser humano, en primer término, por medio de animales infectados. La transmisión entre personas se produce por medio de fluidos corporales, y los principales síntomas son fiebre, vómitos, sangrados y diarreas.
El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días. Las personas no son contagiosas hasta que aparecen los síntomas. Se caracterizan por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas. Los resultados de laboratorio muestran disminución del número de leucocitos y plaquetas, así como elevación de las enzimas hepáticas.
El contagio se produce entre los seres humanos por la exposición a las fuentes de exposición a los fluidos corporales portadores del virus tanto de una persona enferma con síntomas o que haya fallecido por la enfermedad, asimismo por objetos contaminados, como vestimenta, ropa de cama, picaportes, agujas y otros equipos médicos u otras superficies. Además, lo transmiten los animales infectados.
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