Con más de 26.000 casos en todo el mundo y un alerta general lanzada a fines de julio por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la enfermedad de la viruela del mono sigue avanzando y creciendo con más infectados registrados.
En pos de brindar información clara y precisa sobre esta enfermedad en el mundo, que es endémica en algunos países de África desde hace 50 años, el doctor Anthony Fauci, infectólogo y asesor médico principal de la Casa Blanca vertió conceptos y recomendaciones a la población en un vivo que realizó la agencia Reuters en Instagram.
“La declaración de emergencia que realizó la OMS es muy importante para la comunidad. Todos entienden ahora los pasos que deben tomarse en los sistemas sanitarios de distintos países, que sirve por ejemplo para mover el dinero más fácilmente de un lugar a otro, donde se necesita. Con más de 26.000 casos a nivel global estamos viviendo una situación inédita. Lo que más sabemos de esta enfermedad es el acumulado de años en los países africanos donde la misma es endémica. Pero esto ha superado todo lo visto y se ha multiplicado en varias naciones”, destacó el prestigioso epidemiólogo.
“Estamos frente a un panorama muy heterogéneo. Hay quienes tienen síntomas y se preocupan y quienes no. Hay quienes tienen acceso a un médico o tratamiento, y otros no. Uno puede tener síntomas leves o casi no molestos y hay quienes pueden tener viruela del mono con consecuencias más serias”, destacó el experto que pidió sostener todas las estrategias sanitarias en cuatro pilares para hacerle frente a esta epidemia: diagnóstico, vacunas, tratamiento y acceso a la comunidad.
Consultado sobre la formas de contagio que presenta la viruela del mono, Fauci afirmó que hay que apoyarse en la evidencia científica. “Debemos tomar conciencia de las amenazas y mecanismos de transmisión de esta enfermedad. Hasta ahora no hemos visto amenazas distintas a las ya nombradas. Esto sugiere que si no hemos visto brotes de contagios por otras formas, significa que no los habrá en un futuro. Hay que ver como los casos se desenvuelven para determinar algo. Hablamos de encuentros cercanos de piel que muchas veces tienen que ver con sexo y otras veces no. Hay que tomar las cosas con seriedad, sin provocar pánico en las personas y estar abierto a todo lo que pueda suceder durante una situación de emergencia sanitaria como la que vivimos, sostuvo.
Desde que surgieron a principios de mayo los primeros casos del virus de la viruela del mono en Reino Unido, la enfermedad ha sido ligada en los estudios y encuestas a prácticas sexuales del colectivo LGTB+. Para evitar el estigma hacia un sector poblacional, como ocurrió con el VIH en los ochentas, la comunidad médica ha manifestado la necesidad a referirse a “hombres que tienen sexo con otros hombres” para señalar este tipo de prevalencia, evitando señalamientos discriminatorios hacia un grupo.
Al tiempo han recomendado poner atención a las prácticas sexuales de riesgo como determinantes en los contagios, aunque no sean las únicas, pues también se dan por contacto físico cercano. Cabe aclarar que la viruela del mono no es una enfermedad de transmisión sexual y su propagación a través del acto sexual obedece al contacto con sarpullido, fluidos corporales y/o gotas respiratorias grandes.
Preguntado sobre qué opinaba sobre los dichos del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, durante una rueda de prensa en Ginebra la semana pasada, en lo que pidió a los gays, el colectivo más afectado por la enfermedad, a que reduzcan el número de parejas sexuales, Fauci afirmó que es un tema muy delicado el decirle a las personas que cambien su estilo de vida o conducta. El estigma es un enemigo en las declaraciones públicas. Y pidió que la gente se informe y esté atenta a las parejas con las que tiene encuentros sexuales.
“Para los hombres que tienen sexo con otros hombres, esto también significa, por el momento, reducir el número de parejas sexuales e intercambiar información con cualquier nueva relación para poder contactar con ellas” en caso de aparición de síntomas, para que pueden aislarse, había dicho Ghebreyesus.
Fauci declaró que cerca del 99% de los casos se han producido en hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres. También pidió al gobierno federal de EEUU combatir cualquier estigma homófobo, concentrándose en el propio virus y no en las personas infectadas. “Hay que llegar a la comunidad. Les facilitas el acceso a las pruebas, al tratamiento y a las vacunas, en lugar de convertirlo en una situación en la que la gente tenga miedo de acudir a ese tipo de cosas”, señaló también Fauci en relación con el sesgo de la orientación sexual.
Los CDC afirmaron que el riesgo de contraer la viruela del mono en EE.UU. es bajo, pero que cualquier persona que esté en contacto estrecho con un individuo portador de la enfermedad corre el riesgo de infectarse, al tiempo que insistieron en que aún no había datos disponibles sobre la eficacia de las vacunas utilizadas durante el actual brote de viruela del mono.
Acceso a las vacunas
No existen tratamientos ni vacunas específicas para las infecciones por el virus de la viruela del mono, pero varios países están utilizando medicamentos antivirales y vacunas que se desarrollaron para proteger contra la viruela humana, que fue erradicada en la década de 1980. La vacuna de “segunda generación” contra la viruela del mono ACAM2000 fue aprobada para su uso en los Estados Unidos, pero los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomendaron que no se utilizara en personas con problemas de salud, como un sistema inmunitario debilitado y afecciones cutáneas como la dermatitis atópica/eczema o el embarazo.
Fauci destacó que las 100.000 dosis de vacunas que tiene la EEUU para responder a las necesidades inmediatas de los Estados miembros están ahora en fase de distribución y se sigue vigilando de cerca la situación.
“Muchas regiones privilegian dar una dosis a más personas que dos dosis con 28 días de diferencia. Puede ser una estrategia válida, pero a nivel médico hay que destacar que la protección solo se logra con las dos dosis aplicada. Es verdad que la segunda dosis se puede estirar de los 28 días recomendados a los 60 o 90 días. Pero, repito, es necesaria la aplicación de una segunda dosis”, sostuvo el experto.
Las afirmaciones de Fauci tuvieron lugar minutos después de que el Gobierno de Estados Unidos declarara la emergencia sanitaria nacional por el brote de viruela del mono que vive el país, en el que ya se han registrado miles de contagios aunque, de momento, ninguna muerte.
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