Argentina tiene una deuda histórica respecto a las políticas que buscan reducir el tabaquismo en la población, como por ejemplo la ratificación pendiente que tiene el Congreso de la Nación, del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco (CMCT).
Este tratado internacional de salud pública entró en vigor el 27 de febrero de 2005 y ya ha sido ratificado por 181 países. Es decir casi las 196 naciones que conforman la OMS. Pero dentro de los 15 países faltantes está la Argentina.
Otro aspecto negativo que tiene el país está relacionado a la misma problemática sanitaria, se conoció hoy. Sobre un total de 80 países, la Argentina ocupa el puesto 77 en materia de políticas sanitarias contra el tabaquismo. El dato se desprende del Observatorio Global de la Industria del Tabaco que desarrolla este índice, donde se releva y pone de manifiesto la interferencia de la industria tabacalera sobre los gobiernos y la consecuente ejecución de políticas sanitarias. Su objetivo es evaluar la aplicación del Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS. En el 2020, la Argentina estaba en el puesto 66.
En el marco latinoamericano, que abarca a 18 países, la Argentina está anteúltima, quedando República Dominicana en la última posición. Ambos países son los únicos del grupo que no han ratificado el Convenio Marco de la OMS. El Índice Regional de Interferencia de la Industria Tabacalera es una encuesta global sobre la protección de las políticas de salud pública frente a la interferencia de la industria tabacalera y las medidas que los gobiernos implementan para frenarla. En nuestro país, 13 organizaciones de la sociedad civil (OSC) lanzaron una campaña precisamente para que el Parlamento ratifique el Acuerdo Marco que el país firmó hace 19 años, y cuentan ya con el apoyo de más de 1.420.000 firmas en la página juntoscontraeltabaco.com
La pandemia del tabaquismo causa en el mundo más de 8 millones de muertes anuales, y altísimos gastos en salud: 44.000 de esos muertos son argentinos. El tabaquismo causa múltiples enfermedades: cardiovasculares, pulmonar obstructiva crónica (EPOC), once cánceres, ACV, neumonía y otras. Las trece OSC se ocupan de ellas y el mencionado Convenio Marco para el Control del Tabaco promueve acciones para evitarlas.
Sustitución del tabaco
Senadores de provincias tabacaleras se oponen a la ratificación del convenio, pues sostienen que atenta contra las economías regionales, que terminan alimentado esa pandemia. Pero generar una política para sustituir el cultivo del tabaco, como propone la OMS, no implica cerrar las economías regionales. Dos de las 13 OSC –las fundaciones Sustentarte y Sales– decidieron desarrollar un proyecto de sustitución del tabaco en Wanda, Misiones, con programas como la producción de pollos y el cultivo e industrialización del bambú.
Misiones registra el 72% de los cultivadores de tabaco: 13.891. En su mayoría son familias rurales humildes; padres e hijos que trabajan en un medio agresivo (lluvias, sequías, inundaciones, tormentas de granizo, fuertes vientos). A las muertes por tabaquismo, se suman las graves enfermedades que contraen estas familias rurales por el uso de agrotóxicos.
Nocivo para la salud
Ya son muchos los estudios médicos que relacionan el consumo de tabaco con muchos problemas de salud. Los fumadores de productos con tabaco -en cualquiera de sus formas- tienen menos probabilidades de sobrevivir a un infarto que las personas no fumadoras. Así lo reveló un estudio con nuevos datos recopilados por investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Irbid, en Jordania.
Se descubrió que los niveles de Alfa-1 Antitripsina (A1AT) -una proteína del hígado que protege los tejidos del organismo- en los fumadores eran “significativamente menores” que en los no fumadores, según el estudio. Sin embargo, no se detectaron diferencias en los individuos hipertensos y no hipertensos. Los investigadores presentarán sus hallazgos en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Fisiología, en la edición 2022 de Experimental Biology, en Filadelfia.
Según la División de Prevención de Enfermedades Cardíacas y Accidentes Cerebrovasculares del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, cada año se producen aproximadamente 1,5 millones de ataques cardíacos y ataques cerebrovasculares. Se cree que la proteína del hígado A1AT podría ofrecer protección al tejido cardíaco cuando se libera durante un infarto.
“Es interesante el estudio. Quizá necesita ser profundizado el tema de las proteínas para encontrar otras líneas de tratamiento. También este trabajo advierte como otros estudios anteriores que el consumo del tabaco, en todas sus formas, afecta negativamente a las arterias del corazón, y aumentan el riesgo de tener infartos, insuficiencia cardíaca, más riesgos de complicaciones y muertes súbitas”, dijo a Infobae la médica especializada en tabaquismo Sandra Galarza, del Hospital Álvarez y coordinadora del Programa de Control del Tabaquismo de la Ciudad de Buenos Aires.
Los productos del tabaco contienen nicotina, una sustancia que es sumamente adictiva. Consumir esos productos es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como de más de 20 tipos o subtipos diferentes de cáncer y muchas otras enfermedades debilitantes. Cada año se registran más de 8 millones de muertes relacionadas con el consumo de tabaco, según la OMS.
El cáncer de pulmón causa más muertes que cualquier otro tumor. A su vez, de todas las causas de muerte, esta enfermedad está en segundo lugar después de las patologías cardiovasculares. Cada año, más de 8 millones de personas fallecen a causa del tabaco según los datos de la OMS. Más de 7 millones de estas defunciones se deben al consumo directo de tabaco y alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno. Además, a nivel mundial, se calcula que 165.000 niños mueren antes de cumplir cinco años por infecciones de las vías respiratorias inferiores causadas por el humo de tabaco ajeno. Los que viven hasta la edad adulta siguen sufriendo las consecuencias para la salud de la exposición al humo de tabaco ajeno, ya que las infecciones frecuentes de las vías respiratorias inferiores en la primera infancia aumentan significativamente el riesgo de desarrollar EPOC en la edad adulta.
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