Hace escasas horas, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) recomendaron formalmente una dosis de refuerzo de la vacuna (o tercera dosis) contra el COVID-19 para los niños de 5 a 11 años.
La Agencia de Alimentos y Drogas (FDA) de Estados Unidos había autorizado el martes la dosis de refuerzo en esa franja etaria con la vacuna Pfizer “para brindar una protección continua contra el COVID-19″, explicó el organismo en un comunicado. En una votación de 11-1, con una abstención, el comité acordó que los niños de 5 a 11 años deberían recibir una dosis adicional de la vacuna de ARNm (que sería un total de cuatro dosis para niños inmunocomprometidos) al menos 5 meses después de su serie primaria.
“El COVID-19 tiende a ser menos grave en los niños que en los adultos. Pero la ola ligada a la variante Ómicron enfermó a más niños, provocó más hospitalizaciones y dejó a infantes con efectos a largo plazo”, subrayó el jefe de la FDA, Robert Califf, de manera de justificar el porqué de la autorización del refuerzo de la vacuna pediátrica.
Esto armoniza las recomendaciones para este grupo de edad con el resto de la población, ya que se recomienda una dosis de refuerzo para todas las personas mayores de 12 años. (Las personas mayores de 50 años también pueden recibir un segundo refuerzo de ARNm). Además, muchos miembros de ACIP parecían reconocer abiertamente que los datos ahora indican que en realidad se trata de una vacuna de tres dosis en lugar de dos dosis y un refuerzo.
La dosis a pediátricos utilizada es de 10 microgramos, tanto para las inmunizaciones iniciales como para la dosis extra (en comparación con 30 microgramos para la destinada a mayores de 12 años). La autorización de la FDA llega en momentos en que Estados Unidos registra un aumento de los contagios de covid, con casi 90.000 casos declarados por día. Las hospitalizaciones también van en aumento.
“Odiaría sugerir que una tercera dosis no es necesaria si pensamos en estas tres dosis como parte de la protección total que necesita una persona, independientemente de su edad”, explicó Lynn Bahta, RN, del Departamento de Minnesota de salud.
El experto infectólogo Matthew Daley, de la empresa prepaga Kaiser Permanente Colorado en Aurora, agregó que las vacunas multidosis, como la difteria, el tétanos y la tos ferina acelular (DTaP), son parte de la serie de vacunación de rutina para la primera infancia, y que la investigación en otras poblaciones mostró que un refuerzo de la vacuna de ARNm “proporcionó un beneficio medible y detectable en una amplia gama de resultados de salud”.
“¿Por qué pensaríamos que lo mismo no sería cierto para los niños cuando reciben una dosis más baja?” añadió. “¿Tendría sentido que los niños de 5 a 11 años sean el único grupo... donde no es necesaria una tercera dosis?”. Los miembros del ACIP también señalaron los datos presentados por el personal de los CDC, que no solo mostraron que los niños vacunados tenían menos probabilidades de ser hospitalizados, sino que también podrían tener menos probabilidades de desarrollar síntomas prolongados de COVID. “Tendemos a centrarnos y definir la enfermedad grave por hospitalización y muerte, pero el impacto y la gravedad de la COVID de larga distancia en los niños es sustancial”, dijo la presidenta del ACIP, Grace Lee, de la Universidad de Stanford en California.
El presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, Roberto Debbag, afirmó al ser consultado por Infobae: “La aplicación de la dosis de refuerzo permitirá que los niños en la Argentina cuenten con una mayor protección para evitar riesgo de ser hospitalizados, y de desarrollar el síndrome inflamatorio multisistémico y otros problemas generados por el COVID prolongado. El refuerzo podría ser una dosis de las vacunas de ARN mensajero de Pfizer/BioNTech o de Moderna”.
El 20 de enero, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó el uso de la vacuna contra el COVID-19 del laboratorio Pfizer/BioNTech para niños de entre 5 y 11 años. Pero tanto la ANMAT como el Ministerio de Salud de la Nación, no autorizaron todavía la tercera dosis en forma general.
Como un argumento a favor de los refuerzo, el doctor Jesse Hackell, pediatra y presidente de una de las secciones de la Academia Estadounidense de Pediatría del estado de Nueva York, sostuvo: “Sigo pensando que debemos hacer todo lo posible para prevenir la enfermedad en los niños, tanto porque algunos de ellos contraerán una enfermedad grave y tendrán complicaciones a largo plazo a causa de la infección por COVID, como porque muchos otros podrán contagiar la enfermedad a quienes puedan estar más expuestos”.
Hackell explicó -en diálogo con Daryl Austin, periodista del programa Today Show de Estados Unidos- que parece haber “una falsa dicotomía” por parte de algunos que se oponen a las vacunas contra la COVID-19 al tratarla de forma diferente a otras enfermedades que, de forma similar, suponen riesgos pequeños pero reales para los niños. “No es que vayamos a salvar la vida de millones de niños vacunando a todos sino que vacunamos y obligamos a vacunar contra otras enfermedades que son leves para la mayoría de los niños, como la varicela, las paperas, el neumococo e incluso la poliomielitis, porque, de lo contrario, un pequeño número de niños podría sufrir resultados devastadores y ningún niño debería sufrir una enfermedad prevenible”, expresó.
Amanda Cohn, MD, de los CDC, indicó que si bien los refuerzos pueden estar disponibles para adultos, no está claro si estarán disponibles para niños, ya que es una “formulación diferente” de la vacuna. Sarah Long, MD, de la Universidad de Drexel en Filadelfia, reiteró su posición de que esta vacuna no estaba destinada a prevenir la transmisión. Si bien votó que sí, quería que se agregaran una serie de advertencias sobre el tiempo desde que estuvieron expuestos a COVID. “Es una ilusión pensar que tres dosis son el trato”, dijo Long. “Las vacunas que tenemos en este momento con la proteína espiga son una respuesta tonta, ya que obtienes un refuerzo, pero hemos visto... que la inmunogenicidad del refuerzo se desvanece”.
Actualmente, los CDC recomiendan que todas las personas infectadas con COVID esperen 3 meses antes de recibir una vacuna. Desde la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) alertaron que los niños y niñas deben vacunarse porque pueden contagiarse y transmitir el virus como los adultos. “Si bien es cierto que la mayoría de los niños transitan la COVID-19 de forma asintomática o con cuadros leves, algunos de ellos pueden tener síntomas persistentes. En el caso de niños con enfermedades de base, y también menores de 1 años, pueden sufrir formas graves de la enfermedad y requerir hospitalización”.
“El objetivo de la vacunación es disminuir el riesgo de formas graves de la enfermedad, hospitalizaciones y muerte. También es una forma de prevenir el síndrome inflamatorio multisistémico (SIM) por COVID-19, una respuesta inflamatoria exacerbada que se puede presentar en niños sin enfermedades de base después de haber tenido la infección”, completaron.
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