¿Por qué si me vacuné hace pocas semanas me puedo infectar de coronavirus? ¿Por qué la variante Ómicron parece eludir más las defensas que otorgan las vacunas? ¿Por qué la pandemia parece no tener fin?
Estas y varias preguntas más no solo se la hacen las millones de personas que observan cada vez más contagios a su alrededor, sino también los médicos expertos que no encuentran una respuesta certera para dar, cuando solo queda, al parecer, reforzar las dosis y aumentar los estudios científicos. Los infectólogos observan hoy un virus que no muestra signos de desaparecer, variantes que son expertas en esquivar las defensas del cuerpo y oleadas de infecciones dos, tal vez tres veces al año.
Enfermarse más de 2 veces con el coronavirus es posible. Es incluso más probable si las personas no están vacunadas completamente, o si ha pasado mucho tiempo desde la última dosis o si ha desarrollado un cuadro grave. Hoy la pandemia continúa con la circulación de la variante Ómicron, que al ser altamente transmisible aumentó el riesgo de que las personas vuelvan a tener el COVID-19. Pero se sabe que al tener el esquema completo de vacunas y el refuerzo hay menos chances de reinfectarse.
El coronavirus se ha vuelto más hábil para reinfectar a las personas y eludir los sistemas inmunitarios vacunados. Los infectados con la primera variante de Ómicron ya están reportando segundas infecciones con las versiones más nuevas de la variante: BA.2 o BA2.12.1 en los Estados Unidos, o BA.4 y BA.5 en Sudáfrica. Esas personas pueden tener una tercera o cuarta infección, incluso dentro de este año, coinciden los investigadores. Y una pequeña fracción puede tener síntomas que persisten durante meses o años, una condición conocida como Covid prolongado.
Conocida como BA. 2, la nueva versión del virus es una descendiente de la variante Ómicron, responsable de grandes aumentos repentinos de COVID-19 en el mundo en diciembre y enero. Los virólogos se refieren a la variante Ómicron original como BA.1. “El linaje descendiente de BA.2 que difiere de BA.1 en algunas de las mutaciones, incluida la proteína espiga, está aumentando en muchos países”, escribió la Organización Mundial de la salud (OMS) en su sitio web. “Investigaciones sobre las características de BA. 2, incluida las propiedades de escape inmunológico y la virulencia, deben priorizarse de forma independiente (y comparativa) a BA.1.”, agregó.
En un estudio reciente publicado en el servidor de preimpresión bioRxiv, los investigadores del departamento de Pediatría de la Universidad de Harvard, junto a otros colegas, evaluaron los rasgos de la proteína del pico (S) del sublinaje Ómicron BA.2 del síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2). El linaje Ómicron surgió con un número sustancialmente mayor de mutaciones en el gen S que las variantes anteriores. La subvariante Ómicron BA.1 desplazó rápidamente a Delta, seguida por un reemplazo progresivo del sublinaje Ómicron BA.2, aparentemente más contagioso.
“Me parece probable que ese será un patrón a largo plazo. El virus va a seguir evolucionando. Y probablemente habrá muchas personas que contraigan muchas, muchas reinfecciones a lo largo de sus vidas”, dijo Juliet Pulliam, epidemióloga de la Universidad de Stellenbosch en Sudáfrica, que planteó una realidad preocupante: hoy es difícil cuantificar la frecuencia con la que las personas se reinfectan, en parte porque muchas infecciones ahora no se informan. Pulliam y sus colegas han recopilado suficientes datos en Sudáfrica para decir que la tasa de contagio es más alta con Ómicron que con las variantes anteriores.
Al principio de la pandemia, los expertos pensaron que la inmunidad de la vacunación o una infección previa evitaría la mayoría de las reinfecciones. Pero la variante Ómicron destrozó esas esperanzas. A diferencia de las variantes anteriores, Ómicron y sus muchos descendientes parecen haber evolucionado para esquivar parcialmente la inmunidad, lo que deja a todos, incluso a aquellos que han sido vacunados varias veces, vulnerables a múltiples infecciones. “Si lo manejamos como lo hacemos ahora, la mayoría de las personas se infectarán al menos un par de veces al año”, aseguró Kristian Andersen, virólogo del Instituto de Investigación Scripps en San Diego. “Me sorprendería mucho si no es así como se va a desarrollar”.
El epidemiólogo australiano y exfuncionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Adrian Esterman, afirmó que todo indica que BA.2 “puede ser tan infecciosa como el sarampión”. El profesor dijo que la subvariante es un 40% más transmisible que la variante original del SARS-CoV-2.
Y tras resaltar que tendría un número de reproducción básico (R0) de alrededor de 12, destacó que “eso significa que si se deja que se propague sin control, cada persona infectada se lo transmitirá a una docena más”. “Esto haría que la subcepa sea cinco veces más infecciosa que el virus Wuhan original y una de las enfermedades más contagiosas conocidas por la ciencia”, insistió. Al explicar su teoría, el profesor Esterman ahondó: “El número de reproducción básico (R0) para BA.1 es aproximadamente 8,2, lo que hace que R0 para BA.2 sea aproximadamente 12. Esto lo acerca bastante al sarampión, la enfermedad más contagiosa que conocemos”. El número R0 es el número promedio de personas que cada paciente BA.2 podría infectar, si no hubiera inmunidad en una población (alta cobertura de vacunación) o cambios de comportamiento. Sin embargo, la mayoría de los científicos dicen que no hay motivo para preocuparse por la variante, debido a que “los casos que provoca son tan leves como el Ómicron original”.
Las nuevas variantes no han alterado la utilidad fundamental de las vacunas contra el COVID. La mayoría de las personas que han recibido tres o incluso solo dos dosis no se enfermarán lo suficiente como para necesitar atención médica si dan positivo por el coronavirus. Y una dosis de refuerzo, como un ataque anterior con el virus, parece disminuir la posibilidad de reinfección, pero no mucho.
Al comienzo de la pandemia, muchos expertos basaron sus expectativas sobre el coronavirus en la influenza, el enemigo viral más familiar para ellos. Predijeron que, al igual que con la gripe, podría haber un gran brote cada año, muy probablemente en el otoño. La forma de minimizar su propagación sería vacunar a las personas antes de su llegada. Pero hoy el coronavirus se está comportando de una manera diferente, al provocar múltiples reinfecciones en un año. “Esto es realmente para mí una sorpresa. Pensé que necesitaremos una especie de variante completamente nueva para escapar de esta. Pero, de hecho, parece que no lo haces”, indicó Alex Sigal, virólogo del Instituto de Investigación de Salud de África.
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