La sucralosa es un edulcorante artificial que confiere un sabor dulce a los alimentos y bebidas sin aumentar la ingesta de calorías. Ya varios estudios habían demostrado que el consumo de sucralosa se asocia con alteraciones en el metabolismo de la glucosa y la insulina en el organismo humano porque perturba el equilibrio del microbioma intestinal.
Ahora, investigadores de México llevaron a cabo un ensayo clínico en adultos jóvenes y sanos para averiguar cuál es el impacto del consumo del edulcorante a largo plazo sobre el microbioma. Encontraron que la sucralosa puede producir alteraciones similares al desarrollo de la diabetes tipo 2.
El trabajo fue realizado por investigadores del Hospital General de México, el Instituto Nacional de Medicina Genómica, la Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Centro para Investigación Científica y la Educación Superior de Ensenada, y la Facultad de Salud Pública y Nutrición de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Tras conocerse los resultados del estudio en México, Segundo Seclen, médico endocrinólogo de Perú y presidente electo de la Asociación Latinoamericana de Diabetes, opinó en diálogo con Infobae: “Las evidencias van demostrando que los edulcorantes alteran la microbiota intestinal y la convierten en un factor inflamatorio de baja intensidad que altera el metabolismo de la glucosa y aumenta la insulina resistencia. En resumen, el riesgo de diabetes aumenta en su consumo sobre todo en personas con factores de riesgo para la diabetes como obesidad abdominal, hipertensión, dislipidemia, entre otros”.
“Realizamos un ensayo clínico en adultos jóvenes sanos para investigar el efecto de la ingestión de sucralosa a largo plazo en la abundancia intestinal de cuatro especies bacterianas representativas de los filos Actinobacteria, Bacteroidetes y Firmicutes como resultado primario. Como resultado secundario, exploramos si la disbiosis inducida por la sucralosa estaba potencialmente relacionada con las alteraciones en los niveles de glucosa e insulina durante una carga de glucosa oral”, escribieron los investigadores en el trabajo publicado.
La sucralosa es recomendada para los pacientes con diabetes, ya que mantiene el sabor dulce sin incrementar calorías ni picos glucémicos. Pero, paradójicamente, el consumo frecuente de sucralosa en personas sanas puede incrementar los niveles de glucosa e insulina en la sangre. El estudio fue liderado por el doctor Galileo Escobedo, investigador de la Unidad de Medicina Experimental de la UNAM y el Hospital General de México.
La microbiota intestinal, que podría ser considerada un órgano adicional que pesa alrededor de dos kilogramos en un adulto de 70 kilos, es el conjunto de miles de bacterias de distintas especies que viven en nuestro intestino y contribuyen “a nuestra salud o a nuestra enfermedad”.
El ensayo clínico fue realizado en dos grupos de hombres y mujeres. Durante 10 semanas, a uno se le dio diario 48 miligramos de sucralosa en el agua y al otro, el grupo control, un placebo ( sólo agua). Lo dosis de sucralosa administrada “equivale a un jugo de medio litro o a cuatro galletas”. Es la cantidad que representa un consumo promedio, moderado, aunque hay personas que cotidianamente consumen mucho más de este edulcorante.
Al inicio y al final de la exposición a la sucralosa, Escobedo y colaboradores hicieron mediciones de los niveles de glucosa, de insulina y de leptina, así como una secuenciación y el procedimiento PCR para saber cuál era el perfil de la microbiota en respuesta a la ingesta del edulcorante.
El estudio, que fue publicado en la revista especializada Microorganisms, mostró que la sucralosa causa disbiosis intestinal, es decir, una alteración “dramática” en el balance o proporción de las bacterias intestinales que tiene un individuo. Para empezar, a la vez que aumenta la bacteria Clostridium coccoides, asociada “con picos de glucosa y de insulina en la sangre y una tendencia al desarrollo de diabetes tipo 2″, disminuye la población de Lactobacillus acidophilus, bacterias que son buenas para la salud metabólica e inclusive son contenidas en algunos alimentos lácteos.
Además, esta alteración en las bacterias de la microbiota se asocia con una tendencia a la inflamación intestinal y mayor recurrencia de trastornos digestivos. Se sabe -recordó Escobedo, en un comunicado de prensa- que si los picos glucémicos se mantienen por mucho tiempo, lesionan los nervios y los vasos sanguíneos, lo cual se empieza a ver en sujetos que todavía no tienen diabetes, pero que van a desarrollarla en un lapso de cinco o 10 años.
Algo muy parecido, aunque en menor magnitud, se observa con la sucralosa: “como si su consumo aumentara la tendencia a desarrollar alteraciones metabólicas que se presentan durante la diabetes”. Aunque la diabetes es una enfermedad con un conjunto de alteraciones ya establecidas, se observan estas mismas alteraciones, por separado, con el consumo de sucralosa.
El equipo de Escobedo demostró que incluso con esa cantidad moderada de sucralosa (hay quien consume más en galletas, jugo de naranja y endulzando su café con educolrante con sucralosa “se ven efectos impresionantes sobre las bacterias intestinales: aniquila a unas y promueve a otras nocivas, asociadas a trastornos en la salud metabólica y digestiva”, según el comunicado oficial.
Por el alto consumo de sucralosa en la población, y que éste puede estar asociado al desarrollo de trastornos similares a la diabetes como hiperinsulinemia, hiperglucemia, intolerancia a los carbohidratos y trastornos digestivos, el doctor Escobedo recomendó a los pacientes con diabetes que necesitan consumirla por cuestiones de salud, se aconseja hacerlo bajo vigilancia médica.
Advirtió que una diabetes mal controlada (niveles altos de azúcar en la sangre) causa anomalías micro y macro vasculares que se traducen en daño a nervios y vasos sanguíneos y pueden provocar la ceguera, pérdida de extremidades, sensación de mucho dolor o pérdida completa de sensibilidad e inclusive riesgo cardiovascular elevado que puede conducir a un infarto.
En tanto, para las personas con un estilo de vida saludable y sobre todo a la población infantil, “se recomienda evitar consumir edulcorantes artificiales, tomar agua y endulzar los alimentos con pequeñas cantidades de azúcar, con la finalidad de no inducir el apego al sabor dulce en niñas y niños, quienes el día de mañana se pueden convertir en pacientes con diabetes tipo 2″, recomendaron los investigadores en el comunicado.
Consultado por Infobae, el doctor Silvio Schraier, vicedirector de la carrera de especialización en nutrición de Fundación Barceló y miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes, sostuvo otra opinión: “El estudio realizado en México tiene limitaciones. Se hizo con una pequeña muestra de personas y se comparó el consumo de sucralosa con agua. Aparentemente, los que tomaron sucralosa tuvieron mayor secreción de insulina, un cambio lógico. Por el momento, no se puede aún asociar el consumo de sucralosa con el desarrollo de diabetes”.
En tanto, el doctor en genética y biología molecular Gustavo Frechtel, quien es investigador del Conicet y jefe de la división Nutrición del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, dijo a Infobae: “En animales, hay evidencias que indican que la sucralosa podría producir alteraciones en la microbiota intestinal y cambios hacia el aumento de la secreción de insulina. El estudio en México se hizo ahora con personas sanas, pero la muestra es limitada. Faltaría hacer más estudios para contar con más pruebas sobre los efectos de los edulcorantes con sucralosa”.
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