Los virus cambian todo el tiempo, a menudo de formas que realmente perjudican sus posibilidades de supervivencia. Pero de vez en cuando, esas mutaciones pueden funcionar a favor del virus. El virus es impredecible y lo ha demostrado en estos años de pandemia.
Muchos expertos se preguntan cuál será el futuro de la pandemia de coronavirus. ¿Podrá haber una variante que nos lleve de regreso a lo que vivimos en 2020? Esa es el gran interrogante que los científicos tratan de responder.
“Como el virus se reproduce, hay errores al reproducir su código. La mayoría de esos errores dan como resultado un virus que no es competente o simplemente desaparece”, indicó el doctor Mike Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) comprobó la existencia de una nueva variante que combina Delta y Ómicron y es llamada Deltacron. “Tenemos conocimiento de esta recombinación. Es una combinación de Delta AY.4 y Ómicron BA.1. Se ha detectado en Francia, Países Bajos y Dinamarca, pero a niveles muy bajos”, informó en rueda de prensa desde Ginebra la doctora Maria Van Kerkhove, epidemióloga líder de la OMS. Sin embargo, la experta aclaró que por el momento no se detectó “ningún cambio en la epidemiología ni en la gravedad”. “Pero hay muchos estudios en marcha”, aseguró. En la literatura científica ya la han bautizado a esta nueva variante como ‘deltacrón’, como recoge un artículo publicado en The British Medical Journal, aunque por ahora es reconocida como XD.
Al margen de esta nueva variante, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, mostró su preocupación por que “varios países están reduciendo drásticamente las pruebas” diagnósticas sobre la COVID-19.
“Esto inhibe nuestra capacidad para ver dónde está el virus, cómo se está propagando y evolucionando. Las pruebas siguen siendo una herramienta vital en nuestra lucha contra la pandemia, como parte de una estrategia integral”, consideró el funcionario. Y en ese sentido, alertó que “muchos países de Asia y el Pacífico se enfrentan a un aumento de casos y muertes por COVID-19″. “El virus sigue evolucionando, y seguimos enfrentándonos a grandes obstáculos para distribuir vacunas, pruebas y tratamientos en todos los lugares donde se necesitan”, apuntó.
Según el doctor Fernando González Candelas, de la Unidad Mixta Infección y Salud Pública de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio) y la Universidad de Valencia, la OMS sólo reconoce como variante bajo vigilancia [VUM, Variant Under Monitoring] la variante recombinante XD. “La variante XD es, en efecto, una variante con parte de Delta y parte de Ómicron. En concreto, la proteína S (espícula o spike) es del tipo Ómicron (BA.1) y el resto del genoma corresponde a Delta”, afirmó el experto.
Y continúa explicando que hay “otra variante recombinante, correspondiente al linaje XE, que se ha detectado en Reino Unido y otros países y parece asociarse a una ligera mayor transmisibilidad que los genomas que se combinan en ella, ambos Ómicron, pero una parte es BA.1 y la otra es BA.2. Por el momento, la OMS no la considera variante que necesite vigilancia, aunque sí lo es para Public Health England por esa mayor transmisibilidad detectada en ese país”. Los expertos llaman a la calma y manifiestan que se trata un mecanismo más del virus. “No debe asustarnos. Ha estado ocurriendo durante toda la pandemia y va seguir ocurriendo.
“Esta es la dinámica viral y el resultado de su capacidad de replicación, que lo hace miles de millones de veces y le sirve al virus para ir cambiando su característica genética y encuentre formas de sobrevivir en un ambiente hostil”. Así comenzó a explicar a Infobae el médico infectólogo y miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi) Francisco Nacinovich (75.823), el motivo del surgimiento de la nueva subvariante. Y continuó: “A veces esos cambios lo hacen (al virus) más eficiente para seguir multiplicándose, diseminarse y ocasionar daño, y otras veces esos cambios, que los hace al azar, le permiten sólo alguna de esas características. Tal vez lo hacen muy eficiente para diseminarse pero con menos impacto en la salud, o al revés”.
Un informe oficial publicado el pasado 29 de marzo por parte de la OMS habla de que la variante XE se había detectado por primera vez en el Reino Unido el 19 de enero por parte de la Agencia de Seguridad Sanitaria de esta nación. El estudio afirma que XE es un 10% más transmisible que la variante BA.2, que ya contaba con un 75% de poder de infección respecto a la Ómicron original, con lo que en pocas semanas debería convertirse en la subvariante predominante. Curiosamente, y según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), los epidemiólogos que trabajan para las autoridades sanitarias estadounidenses no están monitorizando la XE, que a día de hoy no ha sido calificada de ‘variante de interés’ o ‘variante preocupante’. No obstante, desde la OMS también se especifica que el seguimiento de posibles nuevas mutaciones continuará mientras sea necesario.
Los interrogantes acerca de hasta cuándo o con qué frecuencia el SARS-CoV-2 podría seguir su replicación ya habían sido planteados con el surgimiento de la subvariante BA.2, que si bien generó casos leves de la enfermedad, su velocidad de transmisión causó brotes en casi todo el mundo.
Los expertos en virología y genómica no creen que la recombinante XE sea más grave o resistente a las vacunas que otros tipos de Ómicron. El profesor François Balloux, genetista del University College de Londres, afirmó que es probable que la variante siga un camino similar al del linaje AY.4.2 Delta, “olvidado desde hace mucho tiempo”, que despertó temores en Gran Bretaña pero no llegó a despegar en otros lugares. En sus redes sociales, el profesor Balloux afirmó: “La XE no es una variante preocupante”.
Las vacunas brindaron una buena protección contra enfermedades graves y muerte por las variantes anteriores, pero los expertos resaltan que se sabe que se necesita una tercera dosis de vacuna para brindar el mismo nivel de protección contra Ómicron.
Nacimiento de una subvariante
Los expertos advierten que cuando los niveles de transmisión del virus son altos y hay más posibilidad de que una persona se contagie al mismo tiempo con dos variantes. Si esto sucede, la variante resultante “combina” material genético de ambas “y si tiene éxito y consigue transmitirse de forma eficiente se convierte en una nueva variante en circulación.
Según la agencia sanitaria de Naciones Unidas, hoy hay un predominio global de la variante Ómicron del coronavirus. Se basa al considerar las 382.789 secuencias cargadas en la plataforma GISAID con especímenes recogidos en los últimos 30 días. El 99,7% eran muestras de pacientes con la variante Ómicron. Sólo el 0,1% eran Delta, y 649 secuencias no fueron asignadas a un linaje Pango (0,2%).
“Hay que tener en cuenta que la distribución global de las variantes de preocupación del coronavirus debe interpretarse teniendo en cuenta las limitaciones de la vigilancia, incluidas las diferencias en las capacidades de secuenciación y las estrategias de muestreo entre países, así como los retrasos en la notificación. Además, es posible que algunos países hayan cambiado sus políticas de análisis y secuenciación”, comentó la OMS en su boletín semanal.
Para González Candelas, en la situación actual, dadas las diferentes mutaciones presentes en las tres principales variantes implicadas, delta y las ómicron BA.1 y BA.2, “se sigue con más interés por si las nuevas combinaciones de mutaciones resultantes de la recombinación tuviesen efectos combinados más importantes que por separado, al poder aumentar la transmisibilidad, disminuir la eficacia vacunal o dar como resultados fallos en los diagnósticos por PCR o hacer ineficaces algunos tratamientos basados en anticuerpos monoclonales”.
De momento de todas las variantes recombinantes XE parece que es la que crece más rápido, pero no está claro si es debido a un fenómeno local en Reino Unido o por la variante en sí misma. Hasta el 5 de abril, se habían identificado 1125 casos de XE en el Reino Unido, frente a los 637 del 25 de marzo. El primer caso confirmado tiene una fecha de espécimen del 19 de enero de este año, lo que sugiere que podría haber estado en circulación en la población durante varios meses. Desde entonces, se ha detectado XE en Tailandia, India e Israel. Se sospecha que estos últimos casos israelíes pueden haberse desarrollado de forma independiente. Estados Unidos aún no ha informado ningún caso de XE.
Consultado sobre si XE podría causar una nueva ola de contagios global, Nacinovich aseguró que “por supuesto que puede producir brotes y acá es importante señalar cómo trabaja la ciencia”. “Es ejemplificador que superando cualquier frontera geográfica, política o ideológica, la ciencia trabaja colaborativa y solidariamente y eso es una realidad muy positiva que nos invita a pensar en lo importante que es invertir en ciencia y en educación, lo que permite crecer en todos los aspectos y tiene implicancia en todos los escenarios de la vida humana”, reflexionó.
“Estamos alertas a este tipo de escenarios que nos ponen con todas las alarmas dispuestas a ver qué pasa en el país, y cómo llega esta variante a la Argentina”, concluyó Nacinovich.
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