Cuando en 1978 expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboraron la declaración Alma-Ata se comenzó a considerar enfáticamente a la Salud como “el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades”.
A partir de allí se formó el concepto de que “ser sano no solo es la ausencia de enfermedad, sino que se complementa con la aseveración de que la salud es física, psíquica y social.
“En la actualidad, muchas personas suelen pensar en la salud en términos de ausencia de enfermedad, es decir, si no estamos enfermos, estamos sanos. Es difícil explicar hoy el impacto que generó este cambio de paradigma, esta toma de posición, cómo ese impacto se proyectó desde 1978 hasta hoy y generó una concepción dinámica y evolutiva del concepto de salud”, explicó el doctor Marcelo Radisic, Jefe de Servicio de Clínica Médica del Sanatorio Finochietto (MN 76.137) en declaraciones a Infobae con motivo de celebrarse hoy el Día Mundial de la Salud.
La Declaración de Alma-Ata explicitaba, además, que la salud “es un derecho humano fundamental, y que el logro del grado más alto posible de salud es un objetivo social muy importante en todo el mundo”. Por otra parte, el texto explicaba que su realización “exige la intervención de muchos otros sectores sociales y económicos, además del de salud”. La redefinición del concepto de salud tuvo algunas objeciones. La amplitud de su definición la tornaba en un término casi imposible de medir. Sin embargo, uno de los méritos de esa amplitud es que proporcionó el espacio para comenzar a pensarla como un proceso dinámico y ya no como una condición estática. Y también transformó la definición misma en algo dinámico, para ser pensado como un proceso de resiliencia continuo, en un recurso para la vida.
“Hoy, los profesionales de la salud pensamos en ella como un recurso para vivir nuestro día a día, que nos permite cumplir sueños, satisfacer necesidades e interactuar y cambiar de manera positiva nuestro medio ambiente. Esta diferencia conceptual nos permite entender que nuestra salud está inexorablemente imbricada con la salud de nuestro planeta, con la calidad de nuestro aire, de los alimentos que comemos, del agua que bebemos, de la calidad y riqueza de los vínculos que anudan nuestras relaciones con el resto de los seres humanos y de los seres vivos de este planeta”, enfatizó Radisic, que pidió tomar consciencia de que muchas actividades, hechos y cosas que nos pasan casi desapercibidas son parte crucial del concepto de salud.
Algunos ejemplos que cambiaron el mundo y hoy son cotidianos:
-El agua potable ha salvado más vidas que cualquiera de los recursos de alta tecnología que usamos en nuestros pacientes.
-Las relaciones interpersonales variadas y sanas han demostrado ser cruciales para una vida larga y sana
-La comprensión de nuestras interacciones con el medio ambiente y sus seres vivos podrían ser fundamentales para prevenir nuevas pandemias, como la de COVID-19
-La calidad del aire que respiramos es un factor de gran importancia en las enfermedades respiratorias, y esa calidad está condicionada por el uso de combustibles fósiles a la hora de producir energía
-El impacto de la contaminación por plásticos y micro plásticos sobre la salud humana es aún incierto
El impacto de la pandemia por COVID-19
Cuando el 11 de Marzo de 2020, el Director General de la Organización mundial de la salud, anuncio al planeta que la nueva enfermedad desencadenada por el coronavirus SARS-CoV 2 y conocida como COVID-19 había mutado a pandemia, nada fue igual.
“Dos años después, con 491 millones de casos en el mundo y más de 6 millones de muertos, se puede decir que existe un antes y un después desde el momento que un nuevo coronavirus, salto probablemente de un mamífero a un humano, allá lejos en un mercado de productos exóticos en Wuhan, China, o si creemos en teorías conspirativas, desde un laboratorio del gigante asiático. Más allá de su origen, el COVID ha llegado para quedarse, posiblemente no como una epidemia sino como una enfermedad endémica, clasificación que nos ayuda a disminuir el grado de preocupación, pero no de ocupación, ya que significa que convivirá con nosotros de aquí en más, como lo hacen otros virus no menos famosos, como el de la gripe estacional”, aseguró a Infobae el doctor Mario Boskis (MN 74002), cardiólogo y miembro Titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (MTSAC).
A modo de síntesis, Boskis plantea cinco enseñanzas que el COVID nos dejó:
1-Aunque no se vea, el mundo de la microbiología existe. Aprendimos a usar barbijos, desinfectar nuestras manos, mantener la distancia social y ventilar los ambientes. Gracias a ello, cuando aún no disponíamos de vacunas, pudimos evitar números más catastróficos aun de víctimas de esta enfermedad. Hoy nos miramos con asombro, cuando luego de dos años, en lugares abiertos, o en nuestra propia “burbuja”, podemos de vuelta mirarnos a las caras.
2-Aprendimos que el virus no es solo una enfermedad respiratoria, sino que podía dañar otros órganos tales como el corazón, riñón o cerebro. Esto genero una conciencia en la población acerca de la necesidad de un control médico post-covid a fin de determinar si había quedado alguna secuela, sin importar el grado de severidad de la enfermedad cursada.
3-Aceptamos sin asombrarnos que también podíamos hacer no solo zoom para conectarnos con nuestros familiares, amigos o colegas de trabajo, sino también con el médico. La consulta virtual demostró ser factible, segura y eficaz, y llegó para quedarse.
4-Ahora los médicos podemos prescribir recetas “digitales”, ya no es necesario que los pacientes se agolpen en una sala de espera para recibir un papel escrito con una indicación de un análisis de laboratorio o una orden de medicamentos. Recibimos en casa la prescripción y la mostramos en cualquier farmacia o centro de atención.
5-Las Vacunas volvieron a demostrar que la medicina basada en la evidencia es la única capaz de resolver los grandes problemas médicos de la humanidad, generando en tiempo record vacunas seguras y eficaces, que disminuyeron las cifras de hospitalización y mortalidad en más del 80%.
El doctor Alejandro Turek, Médico Especialista Universitario en Oncología (MN 65.164) puso el foco en el paciente después de casi dos años de falta de atención médica por la crisis sanitaria y recomendó “retomar los controles periódicos”. Asimismo, señaló que “es preciso retomar la adherencia a los programas de prevención y diagnóstico oportuno”.
Para el psicoanalista Ricardo Antonowicz (MN 11556), muchas personas se han visto obligadas por la crisis a suspender tratamientos y medicación. Por otro lado, señaló que “los recortes en presupuesto de salud mental por parte del estado produce efectos de segregación en tanto los pacientes quedan por fuera de todo lazo social”. “Toda persona tiene derecho a la salud mental. Independientemente del diagnóstico y tratamiento el trato debe ser digno, continuo y especializado. La salud mental es un derecho que las prepagas deben garantizar”, agregó Antonowicz.
Por su parte, la médica dermatóloga Fiorella Marta (MN 153762) reclamó más campañas de prevención de cáncer de piel y cuestionó que no haya desde el Estado más información a disposición de la población sobre “esta enfermedad que si bien no tiene altas tasas de mortalidad es uno de los cánceres más frecuentes. Consideró también que “hace falta redoblar estos esfuerzos” y dijo que “hay que llegar a la gente con información clara, precisa y continua”.
“La irrupción catastrófica de la pandemia obligó a un replanteo general en materia sanitaria y personal. En salud pública fue una buena manera de contabilizar la calidad y cantidad de recursos tanto humanos como físicos en el país y en comparación con el mundo. En Argentina salimos bastante bien parados. Llevamos adelante esta crisis sin colapso del sistema de salud, dando respuesta a uno de los requerimientos mayores, dando la posibilidad de internaciones comunes y graves que afectaban a las personas en el transcurso de esta enfermedad. Sirvió para replantearse un montón de otras cosas. Concentrar los recursos y fuerzas en COVID hizo descuidar los controles en otras enfermedades. Pero eso también pasó en todo el mundo. Fue algo necesario. Debíamos atender a la emergencia que surgía. Esto reivindicó los controles de salud y la importancia de la salud preventiva. Bajaron los controles de salud en general, la vacunación y muchas áreas específicas. Esta pandemia nos obligó a todos a replantearnos qué queremos y hacia dónde vamos. Aprendimos a valorizar algo muy sencillo como sociabilizar con otros, por ejemplo”, explicó a Infobae el doctor Eduardo Silvestre, médico pediatra, Divulgador Científico de Grupo Medihome.
Para Silvestre, la medicina es prevención más que tratamiento. “Queremos que la gente se enferme lo menos posible y retome los controles de salud postergados por el coronavirus. La pandemia acrecentó la problemática de varias enfermedades preexistentes”, aclaró. El experto hizo foco en el lema que este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó: “Nuestro planeta, nuestra salud”. Hoy la OMS dirige la atención mundial a la interconexión entre el planeta y nuestra salud e insta a las personas, las comunidades, los gobiernos y las organizaciones de todo el mundo a proteger nuestro planeta y nuestra salud.
“Hay muchas enfermedades y muertes que tienen relación directa con las temperaturas extremas. Acá los conocemos como olas de calor por ejemplo. El famoso efecto invernadero y calentamiento global del planeta, hace aumentar la temperatura media y genera grandes cambios en las temperaturas, provocando olas de frío y calor que terminan impactando en la salud. Esto se da en los grupos socialmente vulnerables, como los ancianos, menores de 5 años y personas con enfermedades crónicas. Son problemáticas relacionadas con estos efectos directos del clima en la salud humana. Hay efectos indirectos. Por ejemplo el acceso a los alimentos y al agua. El cambio climático afecta a la producción de alimentos, a las condiciones de almacenamiento, etc. Esto genera alteraciones en la demanda y oferta de los alimentos”, aseguró Silvestre.
Consejos para incrementar la salud
Desde la Sociedad Argentina de Cardiología, expertos brindaron algunos consejos clave para incrementar la salud de las personas, especialmente en época de pandemia.
-Aumentar el consumo de alimentos frescos como frutas y verduras y disminuir el consumo de paquetes o ultra procesados.
-Sumar a nuestra alimentación legumbres y granos enteros que aportan gran cantidad de energía, fibra y proteínas.
-Aumentar el consumo de frutos secos y semillas, con gran contenido de grasas saludables.
-Preferir agua como bebida principal para mantenerse hidratado todo el día.
-Reducir el consumo de sal y optar por condimentos naturales, hongos y tomates para realzar el sabor de las comidas.
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