Se cumple un nuevo año de vida y se festeja con alcohol. Se celebra el inicio del Año Nuevo y las festividades religiosas con alcohol. Se toma en la casa o en reuniones con amigos en bares y discos. El alcohol es un producto que forma parte de la vida cotidiana de muchas personas en América Latina, la región que tiene el mayor consumo per cápita en el mundo. Pero tras décadas de investigaciones una nueva revisión científica señala que hay evidencias sólidas que demuestran que el consumo de alcohol aumenta el riesgo de desarrollar 6 tipos de cánceres: hígado, mama, esófago, colorrectal, boca y faringe, y laringe.
Hay varios mecanismos que intervienen en el efecto del consumo de alcohol sobre el desarrollo de esos tumores. Uno es el efecto tóxico directo del acetaldehído, un producto de la degradación del alcohol al ser consumido en el organismo humano. También el alcohol produce cambios en las concentraciones hormonales y la producción de radicales libres que se acumulan y pueden dañar y matar a las células. Algunos mecanismos se gatillan después del consumo de cantidades excesivas de alcohol, mientras que otros ya se producen con un consumo entre ligero y moderado.
La revisión de la evidencia que demuestra la asociación del riesgo de desarrollar cánceres y el consumo de alcohol fue realizada por un grupo de investigadores del Conicet y el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) de la Argentina en colaboración con colegas de la Universidad de Utrecht y otras instituciones de Holanda.
“En todo el mundo, existen grandes diferencias entre las regiones en cuanto a la carga de cáncer atribuible al alcohol: la mayoría de las muertes por cáncer atribuibles al consumo de alcohol se encuentran en la región del Pacífico occidental (7,8% de todas las muertes por cáncer), mientras que en la región del Mediterráneo oriental sólo el 0,7% de todas las muertes por cáncer son atribuibles al consumo de alcohol”, escribieron en un artículo que fue publicado por la revista especializada BMC Public Health.
En América se producen el 4% de todas las muertes por cáncer que son atribuibles al consumo de alcohol en el mundo. Recientemente se han desarrollado trabajos específicos en Chile y Brasil. Se encontró que en esos países el consumo de alcohol es la tercera causa prevenible de incidencia y mortalidad por cáncer. Representa el 3,1% en Chile y el 4,5% en Brasil de todas las muertes por cáncer. En el caso concreto de Argentina, aún no se había cuantificado.
Tras hacer la revisión de estudios anteriores, los investigadores Ariel Bardach y Natalia Espinola, junto con sus colegas de Holanda, se concentraron en averiguar cuál era el impacto del consumo del alcohol sobre el desarrollo de los tumores en la Argentina. En 2018, el 53% de la población del país consumía alcohol. Al usar diferentes datos como los resultados de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo y las Estadísticas vitales del Ministerio de Salud de la Nación, los investigadores desarrollaron un modelo que les permitió estimar que el 3,7% de todas las muertes por cáncer en los varones fueron atribuibles al consumo de alcohol. Mientras que en el caso de las mujeres fue el 0,8%. Es decir, esos porcentajes hablan de los varones y mujeres que mueren de manera prematura por cáncer a causa del consumo de alcohol.
También analizaron los datos, y encontraron los diferentes niveles de impacto según la cantidad diaria que se consume. Los consumidores leves o ligeros son los que toman hasta una lata de cerveza o medio vaso de vino por día. Los “moderados” son los que consumen hasta un litro y un cuarto de cerveza o medio litro de vino por día. En tanto, los consumidores “intensos” son los que toman más de medio litro de vino o más de un litro y cuarto de cerveza por día.
Los científicos descubrieron que si los bebedores “intensos” tomaran menos diariamente, y pasaran a la categoría de consumo moderado, habría una reducción del 24% en muertes por cánceres atribuibles al alcohol en el país. Pero también identificaron que se conseguiría una mayor reducción de la carga de cáncer atribuible al alcohol si el grupo de los bebedores moderados pasaran a la categoría de “consumo leve o ligero”: se evitaría casi la mitad de todas las muertes y años de vida ajustados por discapacidad atribuibles al consumo de alcohol, según explicó a Infobae el doctor Bardach, quien es doctor en medicina por la Universidad de Buenos Aires y tiene un Máster en Epidemiología de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Inglaterra.
De acuerdo con el doctor Bardach y sus colegas, para que los diferentes niveles de consumo de alcohol bajen en los próximos años en la Argentina, se debería implementar la estrategia integral de 5 medidas efectivas y de bajo costo que son recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es el paquete técnico llamado SAFER. Una de las medidas consiste en poner restricciones sobre la disponibilidad del alcohol a través de leyes, políticas y programas, especialmente para prevenir el fácil acceso por parte de los jóvenes y otros grupos vulnerables y de alto riesgo.
Las otras cuatro son hacer cumplir las medidas contra el manejo de vehículos bajo los efectos del alcohol, facilitar el acceso al testeo y las intervenciones breves, así como al tratamiento médico; hacer cumplir las medidas de prohibición o restricción con respecto a la publicidad, el patrocinio y la promoción del alcohol, y aumentar los precios del alcohol a través de impuestos. Según Bardach, “en Argentina hay una norma vigente relacionada con el control del consumo del alcohol pero no es suficiente porque no está adecuada a los estándares internacionales actuales”.
Consultado por Infobae, Ricardo Pautassi, investigador principal del Conicet sobre los efectos del alcohol en el Instituto Ferreyra , y profesor de la cátedra de Neurofisiología y Psicofisiología de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), opinó sobre el trabajo realizado por Bardach, Espinola y sus colegas de Holanda. “El trabajo publicado por los investigadores permite saber cuál es la carga de los casos de cánceres por el consumo de alcohol en la Argentina, y compararla con países de la región, como Chile y Brasil. Es menor en Argentina. Hasta ahora eso se desconocía”, dijo Pautassi.
También lo más relevante -resaltó el investigador Pautassi- es “la estrategia preventiva que los autores sugieren: si la política pública apuntara a los consumidores moderados, se podría reducir a la mortalidad de las muertes atribuibles al alcohol a la mitad aproximadamente. Trabajar sobre ese grupo podría generar un cambio significativo sobre indicadores de salud pública de enfermedad de cáncer, aún más que trabajar sobre el grupo de consumidores pesados o intensos. Aunque vale aclarar que eso no quiere decir que no se deban hacer acciones sobre los consumidores intensos”.
Pautassi coincidió con el equipo de Bardach en que la estrategia de las 5 medidas de bajo costo que son recomendadas por la OMS se deberían poner en marcha en el país cuanto antes. “Son estrategias de conocido efecto positivo”, remarcó. Además señaló que aún hay una baja percepción del riesgo de los consumidores sobre la mayoría de los cánceres asociados al alcohol.
“Entiendo que hay una adecuada percepción en cuanto al impacto del consumo de alcohol sobre el hígado. Pero ese tipo de patología está más asociada a los consumidores intensos. En cambio, la percepción de riesgo del consumo de alcohol para otros cánceres, como mama, labio, esófago, entre otros, casi no existe en la población hoy. La población debería considerar que el alcohol es una droga que tiene un efecto muy amplio de toxicidad en el organismo humano. Genera estrés oxidativo en las células y da lugar a diferentes cánceres”, explicó el doctor Pautassi.
“Hay un trabajo previo de los mismos autores que sugiere que habría un leve efecto positivo del consumo bajo de alcohol sobre enfermedad cardiovascular y el ataque cerebral. Sin embargo, los autores señalan que si tienen en cuenta los datos de ese estudio y el nuevo que publicaron ahora sobre el riesgo de desarrollar cánceres, la suma global del efecto del alcohol sobre la salud es negativa”, advirtió Pautassi. Como fumar tabaco o exponerse a su humo, consumir alcohol es perjudicial para la salud.
En tanto, en diálogo con Infobae, Marita Pizarro, médica y codirectora ejecutiva de la Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC), coincidió en que la Argentina debería implementar las medidas del paquete SAFER de la OMS para reducir el consumo perjudicial del alcohol. “Se debería avanzar en la promoción de políticas públicas dirigidas a retrasar la edad de inicio en el consumo de alcohol en adolescentes (que hoy es a los 14 años) -afirmó-. Al poner en marcha las medidas de la estrategia SAFER, se bajará el consumo de alcohol y consecuentemente el desarrollo de cánceres y otras enfermedades”.
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