Desde el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha verificado al menos 18 ataques contra instalaciones de salud, trabajadores de la salud y ambulancias en el país, comunicó ayer la agencia sanitaria.
“Estos ataques privan a comunidades enteras de atención médica”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, durante una rueda de prensa en la que confirmó al menos 10 muertos y 17 heridos por dichas acciones hostiles. Ayer, funcionarios ucranianos aseguraron que las fuerzas rusas atacaron un hospital de maternidad e infantil en la ciudad portuaria de Mariupol, y que el fuerte bombardeo dañó gravemente el edificio y dejó 17 heridos.
“Los ataques contra hospitales y personal médico están prohibidos en el derecho internacional humanitario, son violaciones muy graves y constituyen graves violaciones de las Convenciones de Ginebra”, indicó el director general de la OMS en una intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. “Mientras que la guerra causa estragos a su alrededor, Ucrania sigue bregando con la COVID-19, su sistema de salud está saturado y los suministros de oxígeno y medicamentos están prácticamente agotados”, añadió.
Las Convenciones de Ginebra, un corpus legislativo internacional que empezó a formarse en 1864 y fue ampliado tras las guerras mundiales del siglo XX, regulan los derechos individuales en tiempos de guerra, en especial los del personal médico a ser considerado neutral para poder tratar a los heridos. Su violación puede ser constitutiva de crímenes de guerra, un tipo de delito que, junto a otras posibles violaciones y abusos, será investigado en la guerra en Ucrania por la comisión de expertos que la semana se aprobó en el marco del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Las autoridades de Kiev acusaron a Rusia del ataque contra el establecimiento sanitario de Mariúpol, y señalaron que al menos 17 personas habían resultado heridas. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, denunció que el ataque había dejado niños y parturientas bajo los escombros de los edificios destruidos.
Para ayudar a Ucrania, la OMS está enviando suministros médicos a los hospitales que tratan a las víctimas de traumatismos, -precisó Tedros- y brinda atención médica a los refugiados que han huido a los países vecinos. “Algunos de los principales desafíos de salud que vemos son la hipotermia y la congelación, las enfermedades respiratorias, la falta de tratamiento para las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, y los problemas de salud mental”, agregó el funcionario.
“La solución a la crisis es la paz. La OMS sigue pidiendo a la Federación Rusa que se comprometa a una resolución pacífica de esta crisis y que permita el acceso seguro y sin trabas a la asistencia humanitaria para quienes la necesitan”, concluyó Tedros.
Justificación rusa
Rusia justificó este jueves el brutal ataque que arrasó con un hospital materno infantil en la ciudad de Mariupol, donde al menos murieron cuatro personas, una de ellas una pequeña menor de edad. El encargado de defender la decisión del bombardeo contra el centro de salud correspondió al ministro de Relaciones Exteriores del Kremlin, Sergei Lavrov quien dijo que se trataba de una base de nacionalistas ucranianos que figuran entre los objetivos militares de las tropas invasoras.
El jefe de la diplomacia rusa dijo: “Este hospital pediátrico fue retomado hace tiempo por el batallón de Azov y otros radicales, y todas las mujeres que iban a dar a luz, todas las enfermeras y todo el personal de apoyo habían sido expulsados”, dijo Lavrov tras las conversaciones en Turquía con su homólogo ucraniano para intentar explicar los supuestos motivos que justificaron el ataque contra el hospital que indignó al mundo y podría constituir otro crimen de guerra.
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