El drama extenuante de Ucrania: bajo la amenaza de la explosión de bombas y el COVID-19

El conteo de infectados y muertos diarios por coronavirus debió detenerse. Los servicios de salud no dan abasto a los heridos y no pueden atender las infecciones virales que crecen por el hacinamiento de personas en refugios

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La gente se amontona en
La gente se amontona en refugios y andenes de trenes frente a la invasión rusa. Un caldo de cultivo óptimo para el coronavirus (REUTERS/Gleb Garanich)

Desde hace 9 días, Ucrania no tiene estadísticas certeras sobre la expansión del coronavirus en su territorio y de los muertos que la enfermedad COVID-19 causa diariamente. Hace 9 días comenzó la invasión de Rusia sobre su territorio y ello afectó el normal desarrollo de la lucha contra la pandemia en el país atacado.

Después de una semana de iniciada la invasión de Rusia a Ucrania, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que es muy probable que se produzca un aumento significativo de COVID-19 en Ucrania debido al conflicto bélico.

“Antes del conflicto, Ucrania experimentó un aumento reciente de casos de COVID-19. Las bajas tasas de pruebas desde el comienzo del conflicto significan que es probable que haya una transmisión significativa no detectada junto con una baja cobertura de vacunación. Esto aumenta el riesgo de que un gran número de personas desarrollen una enfermedad grave”, afirmó anteayer el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, que alertó que es muy probable que se produzca un aumento significativo de COVID-19 en Ucrania debido al conflicto bélico.

El personal sanitario ucraniano debe
El personal sanitario ucraniano debe seguir atendiendo los casos de COVID-19 ( REUTERS/Gleb Garanich)

Y agregó que el desplazamiento masivo de personas aumentará la transmisión de COVID, lo que también ejercerá una mayor presión sobre los sistemas de atención médica en los países vecinos. Desde el inicio de la invasión, se contabilizaron más de un millón de personas desplazadas que huyeron de Ucrania.

El escritor científico Alex Knapp afirmó en las últimas horas que “la historia nos dice que la guerra es a menudo una criada de la enfermedad”. “Y aunque ambos países han experimentado una disminución en los casos desde el pico del invierno, el virus todavía se transmite a niveles altos. Un conflicto prolongado en la región amenaza con una crisis humanitaria no solo por las balas y las bombas, sino también por un repunte de la COVID-19″, agregó esta pluma exquisita.

¿Pero cómo estaba Ucrania frente al COVID-19 antes de la invasión rusa?

La evolución de la pandemia
La evolución de la pandemia por COVID-19 en Ucrania, hasta la caída de la última curva por no tener datos (OWID)

Las nuevas infecciones del SARS-CoV-2 ya estaban aumentando en Ucrania significativamente en enero y alcanzaron su punto máximo a principios de febrero. Desde la invasión, los casos han disminuido, pero esto probablemente se deba a que no se realizan pruebas, afirman los expertos sanitarios.

Según los datos de la Universidad Johns Hopkins Ucrania suma casi 5 millones de casos y 105.500 muertes hasta el comienzo de la guerra. Cuenta con 650.000 casos activos y tiene a 1700 personas internadas en terapia intensiva.

Naciones Unidas advirtió ayer que el riesgo de otro contagio de COVID-19 está creciendo a medida que cientos de miles de personas huyen de la invasión rusa a los vecinos países de Ucrania, país que sufrió un aumento del 555% de casos de COVID, impulsado principalmente por Ómicron, en enero y febrero, según un informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. Europa ha registrado más de 5,5 millones de casos de COVID en la última semana, un 24% menos que la semana anterior, según datos de la OMS. También confirmó que más de 22.000 personas han muerto por COVID la semana pasada en Europa.

Un país con pocos vacunados

Ucrania solo alcanza el 35%
Ucrania solo alcanza el 35% de su población con dos vacunas contra COVID-19. Sus vecinos tampoco alcanzan grandes números de cobertura. (OWID)

Ucrania es uno de los países menos vacunados de Europa, según el seguimiento de la Universidad de Oxford, con solo el 35% de la población que recibió dos dosis de una vacuna.

Los bajos niveles de vacunación y los niveles muy bajos de dosis de refuerzo de Ucrania son solo una tormenta perfecta para ver el aumento en los casos. Esto es bastante preocupante”, aseguró el doctor Wafaa El-Sadr, profesor de epidemiología y medicina en la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia.

Según el experto, también aumenta la preocupación de que si bien “es probable que el conflicto conduzca a otro aumento, será imposible de rastrear a medida que los sistemas de vigilancia se desmoronen”. “Todo se perderá en el ruido de la guerra. Suponiendo que los hospitales puedan incluso rastrear los datos de admisión, habrá una afluencia mucho mayor de personas con heridas de guerra que los pacientes con COVID”, aseguró el doctor Eric Toner, académico principal del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud.

Las personas se amontonan por
Las personas se amontonan por horas a la espera de un tren en Lviv, Ucrania (Photo by Yuriy Dyachyshyn / AFP)

Solo un tercio de los ucranianos ha recibido al menos una dosis de una vacuna contra el coronavirus, según el proyecto de seguimiento Our World in Data de la Universidad de Oxford, en comparación con más de las tres cuartas partes de las personas en países como Francia, Alemania y Gran Bretaña. “Es comprensible que COVID no sea lo más importante para nadie durante un conflicto armado. Pero tener gente en los subterráneos abarrotados, sin acceso real a los servicios de salud, es una situación terrible. Incluso los casos de COVID más leves pueden ser muy problemáticos si no tiene un lugar para aislarse/recibir atención, y/o si necesita huir a pie”, explicó Rachel Silverman, investigadora de políticas del Centro para el Desarrollo Global.

La guerra es el mejor amigo de las enfermedades infecciosas. “Desafía todos los programas de salud pública que puedas tener. Limita la atención médica disponible para quienes podrían estar gravemente enfermos y, a menudo, fomenta la transmisión cuando tantas personas se amontonan en los refugios antiaéreos y en los trenes. Esta va a ser la tormenta perfecta de un serio desafío tras otro”, precisó el doctor Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Políticas de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota.

El director general de la OMS dijo ayer que ha autorizado $3,5 millones de dólares para comprar y entregar suministros médicos a Ucrania. “Todas las partes deben tener el máximo cuidado para garantizar que las instalaciones de salud, los trabajadores, los pacientes, el transporte y los suministros no están en el punto de mira”, afirmó. Pero en medio de informes de un bombardeo ruso cada vez más agresivo de las principales ciudades, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, ya tuiteó acusaciones de que Moscú está apuntando a los hospitales del país a pesar de “una pandemia aún furiosa”.

Una mujer con sus hijos
Una mujer con sus hijos busca asistencia al llegar a la estación de tren de Nyugati en Budapest. (REUTERS/Marton Monus )

Muchos ucranianos ahora buscan refugio en la vecina Polonia, que ha renunciado a sus requisitos estándar de cuarentena y prueba de coronavirus para esos refugiados. El ministro de salud de Polonia también anunció vacunas gratuitas contra el coronavirus para los ucranianos. Pero al igual que Ucrania, Polonia ha tenido un brote grave de COVID en las últimas semanas y sus ciudadanos todavía están atrasados en cuanto a las pautas de vacunación requeridas. Alrededor del 59 por ciento de la población de Polonia ha recibido el esquema completo de dos vacunas y las autoridades dicen que su sistema de salud está lidiando con una importante escasez de mano de obra que ha provocado huelgas y protestas.

Jarno Habicht, el representante de la OMS en Ucrania, dijo a los periodistas que le preocupaba que el conflicto retrasara meses de progreso para vacunar a los ucranianos mientras intensificaba otras crisis de salud regionales, como el brote de poliomielitis. “La invasión de Rusia tendrá implicaciones en todo el país”, dijo, y agregó que su equipo se estaba moviendo rápidamente para abordar un nuevo conjunto de desafíos de salud: “Nuestras prioridades se han desplazado a la atención traumatológica, garantizar el acceso a los servicios, la continuidad de la atención, la salud mental y el apoyo psicosocial”.

La guerra trajo tristeza y miedo al pueblo de Ucrania, que estaba luchando con pocas armas contra la pandemia del coronavirus. La reflexión final del escritor Knapp sirve para describir la actual situación crítica que viven los ucranianos: “La triste realidad es que la combinación de grandes multitudes y personas embestidas en los vagones de tren, todos respirando el mismo aire, es la situación ideal para que se propague un virus en el aire como el COVID. Si la invasión de Ucrania se convierte en una batalla prolongada, la destrucción de la infraestructura de atención médica será inevitable y todas las enfermedades serán más difíciles de abordar, incluido el COVID-19. A menudo se dice que en la guerra no hay ganadores, pero está claro que la enfermedad y la enfermedad se benefician del conflicto humano”.

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