Desde que comenzó la pandemia por COVID-19, las personas adultas han sido las más afectadas por el coronavirus. Las vacunas creadas para combatir la enfermedad primero se aplicaron a ellas y meses después a los más jóvenes y niños.
Dos años después, vemos que con la nueva variante Ómicron, cada vez hay más contagios de COVID-19 especialmente entre los niños, quienes pueden vacunarse frente a esta infección desde los 3 o 5 años en muchos países. Pero son muchas las dudas que los padres tienen hoy frente a esta vacuna todavía.
En Argentina, la vacunación contra el COVID-19 empezó en octubre pasado. Hoy el 75% de los niños de 3 a 11 años tiene la primera dosis. Pero el 48,1% aún no tiene el esquema completo. Desde la Sociedad Argentina de Pediatría y el Consejo Federal de Salud se han realizado reuniones para incentivar la inmunización no solo contra el COVID-19 sino también con las otras vacunas que ya están en el calendario oficial de vacunas obligatorias durante las semanas pasadas.
“Si bien en Argentina, hubo una buena aceptación de las vacunas contra el COVID-9. Pero algunos padres de niños menores de 5 años aún tienen dudas para decidir la inmunización. Algunos de los factores que influyen para que vacilen es que varios padres creen que el coronavirus puede generar un cuadro leve en los niños a diferencia de lo que pasa en los adultos. Y eso hace que piensen que no necesitan vacunarlos por el momento”, dijo a Infobae Liliana Vázquez, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y médica infectóloga de la Clínica Maternidad Suizo Argentina y el Sanatorio Finochietto.
Frente a la pregunta de si la vacuna de Sinopharm es segura, que fue la primera y más utilizada en nuestro país en esta población, la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) explicó que sí.
“Esta vacuna se utiliza en nuestro país desde el inicio de la estrategia de vacunación contra COVID-19 y con más de 9 millones de dosis aplicadas, es la vacuna con menor tasa de eventos adversos tanto graves como no graves registrada hasta el momento, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. Los resultados del ensayo clínico de Fase I y II que fueron publicados en la revista médica The Lancet demuestran que la vacuna es segura y bien tolerada por los menores entre 3 y 17 años. Los ensayos de Fase III realizados en China y Emiratos Árabes Unidos fueron positivos, pero todavía no se publicaron”, indicaron desde SAVE.
El 20 de enero, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó el uso de la vacuna contra el COVID-19 del laboratorio Pfizer/BioNTech para niños de entre 5 y 11 años. En la disposición 2022-450 la autoridad de control nacional dispuso autorizar la vacuna Comirnaty del laboratorio estadounidense para “la inmunización activa para prevenir la COVID-19 causada por el virus SARS-CoV-2, en niños de entre 5 y 11 años de edad”.
Por su parte, responsable del Programa de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de Provincia de Buenos Aires, Alejandra Gaiano, aclaró a Infobae que las dosis para los niños “no es equivalente al fraccionamiento de vacuna de Pfizer para adultos” y destacó que “la Argentina inició un proceso de compra de la presentación pediátrica. Hasta tanto no esté disponible esa presentación, la vacuna no será utilizada en menores de 12 años”.
Recomendación de vacunar
Desde la SAVE alertaron que los niños y niñas deben vacunarse porque pueden contagiarse y transmitir el virus como los adultos. “Si bien es cierto que la mayoría de los niños transitan la COVID-19 de forma asintomática o con cuadros leves, algunos de ellos pueden tener síntomas persistentes. En el caso de niños con enfermedades de base, y también menores de 1 años, pueden sufrir formas graves de la enfermedad y requerir hospitalización”.
“El objetivo de la vacunación es disminuir el riesgo de formas graves de la enfermedad, hospitalizaciones y muerte. También es una forma de prevenir el síndrome inflamatorio multisistémico (SIM) por COVID-19, una respuesta inflamatoria exacerbada que se puede presentar en niños sin enfermedades de base después de haber tenido la infección”, completaron.
Hace pocos días, Pablo Moreno -presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)- informó que menos del 50% de los chicos y chicas de 3 a 11 años tiene aplicada la segunda dosis contra el COVID-19 y exhortó a las familias a completar los esquemas de vacunación como medida fundamental para terminar con la pandemia que azota al país y al mundo desde hace dos años.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, en la franja antes mencionada hay un 64% con la primera dosis aplicada, mientras que el 62% de los adolescentes de entre 12 y 17 años tiene el esquema completo.
“De cara al inicio del ciclo lectivo, es fundamental que las y los niños inicien su esquema de vacunación o lo completen. Las vacunas son seguras y evitan el desarrollo de cuadros graves o internaciones”, enfatizó Fernando Coppolillo, gerente de Prestaciones Médicas de Medifé. Además, remarcó que con la vacunación se reduce el riesgo de transmisión lo que favorece la presencialidad tanto en escuelas como en las actividades extra escolares diarias.
Alfredo Corell, catedrático de Inmunología de la Universidad de Valladolid, afirmó que “aunque el COVID-19 por regla general en los niños es una enfermedad leve, este experto insiste en último lugar en que sigue siendo importante su vacunación porque es una enfermedad banal pero no en todos” y pasa como con otras muchas infecciones, salvando las diferencias, como el sarampión, o la polio, patologías leves en la mayoría de niños, pero no en todos”.
“Cuando decimos que es una enfermedad leve en la mayoría estamos diciendo también que en algunos niños no lo es. Por tanto, si hay una medida preventiva que sea segura para todos, que podamos poner en marcha de forma universal, o en algunos grupos de riesgo o en algunas enfermedades, entonces es conveniente y oportuno ponerla en marcha para evitar esos pocos casos donde los niños sufren formas graves de la enfermedad, que los hay”, advirtió el experto español.
Y agregó: “Hay que recordar que en el caso de la COVID las diferencias entre los casos de enfermedad grave y muerte entre niños y otros grupos de mayor edad es “abismal”, si bien afirma que esto no quiere decir que sea banal en todos los niños. “Hay algunos que sufren formas graves, hay una cantidad importante, centenares de niños que desde comienzo de la pandemia han necesitado ingreso hospitalario, o en UCI, y es también importante el número de niños fallecidos por COVID-19, que suma varias decenas fallecidos, son pocos en comparación con cifras de adultos, pero no son pocos y son muy importantes”.
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