Un estudio reciente muestra que meditar durante unos minutos cada día puede ser el primer paso para subir las defensas para ayudar al cuerpo a combatir el cáncer y virus como el COVID-19. La investigación fue publicada en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Un equipo de la Universidad de Florida descubrió que los programas de meditación y yoga, o las prácticas de la llamada “ingeniería interior”, aumentan drásticamente las defensas del sistema inmunológico del cuerpo.
La investigación se centró en pacientes que practicaban estas técnicas intensamente (meditando durante más de 10 horas al día) durante más de una semana. Los retiros de meditación se han vuelto cada vez más populares en los últimos años a medida que más personas buscan tomar un descanso de su apretada agenda y pasar tiempo a solas con sus pensamientos.
Si bien los efectos positivos de la meditación están bien documentados, se sabe mucho menos sobre cómo afecta los procesos biológicos a nivel molecular. Ahora, los científicos descubrieron que pasar una semana en meditación silenciosa parece tener beneficios que ayudan a combatir enfermedades que amenazan la vida.
Los investigadores agregaron que estos participantes también siguieron una dieta vegana y un horario de sueño regular durante el retiro, pero esas prácticas saludables no tuvieron el mismo efecto que la meditación.
El autor del estudio, el Vijayendran Chandran, especialista del Departamento de Neurociencia de la Facultad de Medicina en la Universidad de Florida, comenzó a practicar meditación durante 21 minutos al día después de que su esposa le sugiriera que le diera una oportunidad.
“Solo estaba tratando de tener la mente abierta. Lo probé y funcionó muy bien. Mi claridad y enfoque mejoraron. Me sentí genial”, destacó Chandran en un comunicado de la universidad.
El estudio involucró a 106 personas que se embarcaron en un retiro de meditación en el Instituto Isha de Ciencias Internas en Tennessee. Durante el retiro estrictamente controlado, los participantes permanecieron en silencio durante ocho días, meditaron más de 10 horas al día, comieron solo productos veganos, y mantuvieron una cantidad saludable de sueño cada noche.
Los investigadores recolectaron muestras de sangre de cinco a ocho semanas antes, inmediatamente antes y después del retiro y tres meses después. Descubrieron diferencias genéticas entre las muestras tomadas antes y después del intenso retiro de meditación.
Específicamente, 220 genes vinculados con el sistema inmunológico del cuerpo estaban más activos después de que los participantes asistieran al retiro de meditación de Ingeniería Interior.
Esto incluyó 68 genes que tienen una conexión con la señalización del interferón, que ayuda al cuerpo a combatir los virus y el cáncer. Esencialmente, los investigadores descubrieron que la meditación utiliza una red coordinada de genes y reguladores básicos para desencadenar un efecto positivo en el sistema inmunitario.
“Lo que descubrimos fue que múltiples genes relacionados con el sistema inmunitario se activaron, de manera espectacular, cuando se realizan prácticas de meditación informó Chandran-. Esta es la primera vez que alguien ha demostrado que la meditación puede aumentar la señalización de interferón. Revela una forma de influir voluntariamente en el sistema inmunológico sin productos farmacéuticos”.
¿Podría la meditación aumentar las defensas contra el COVID?
Estudios recientes también han encontrado desequilibrios en la señalización del interferón en pacientes con casos graves de COVID-19 y esclerosis múltiple (EM). Los investigadores compararon la actividad del gen del interferón de los participantes con los pacientes con COVID y encontraron marcadas diferencias. La mediación activó el 97% de los genes de interferón que combaten el virus, en comparación con el 76% en pacientes leves con COVID y el 31 por ciento en casos graves.
Asimismo, la meditación demostró ser más beneficiosa que los tratamientos tradicionales con interferón para pacientes con esclerosis múltiple .
Chandran señaló que, en conjunto, “los hallazgos respaldan el uso de la meditación para mejorar potencialmente múltiples condiciones de salud”. Los autores del estudio citan en su documento que “necesitan realizar más estudios sobre esto” y esperan determinar si los regímenes de meditación menos intensos a largo plazo podrían producir efectos beneficiosos similares para el sistema inmunológico.
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