Tanto la variante Delta, como Ómicron no ceden y se ha visto una mayor cantidad de contagios en el mundo, e inclusive de reinfecciones, es decir, contagios en personas que ya pasaron por la enfermedad y hasta se habían vacunado. En este contexto, los expertos realizan estudios a contrarreloj para determinar con certeza si Ómicron es más contagiosa, mortal o tiene la capacidad de evadir las vacunas existentes para combatir la pandemia.
En un nuevo trabajo revisaron datos de casi 2,8 millones de personas infectadas en Sudáfrica, país donde se reportó por primera vez la existencia de Ómicron y comprobaron que los supervivientes de una infección con coronavirus pueden tener un mayor riesgo de reinfección con la nueva variante, que con variantes anteriores del virus.
El estudio llamado “Mayor riesgo de reinfección por SARS-CoV-2 asociado con aparición de la variante Ómicron en Sudáfrica”, fue publicado en la revista medRxiv, y sugiere que la variante Ómicron podría contar con cierta capacidad de escape inmunitario en relación a la protección generada por las personas que superaron el COVID-19. A pesar de que los resultados del estudio son preliminares, estos se suman a la evidencia que aumenta la preocupación sobre las mutaciones identificadas en esta variante y que apuntan a un mayor riesgo de provocar reinfecciones.
“Contrariamente a las expectativas y experiencia con las variantes anteriores, ahora se está experimentando un aumento en el riesgo de reinfección que excede la experiencia previa”, explicó la doctora Juliet Pulliam, directora del Centro Sudafricano de Análisis y modelado Epidemiológico de la Universidad de Stellenboshc y a través de un comunicado.
Y agregó: “Identificamos a 35.670 personas con al menos dos infecciones sospechosas hasta el 27 de noviembre de 2021, 332 personas con una tercera infección sospechadas y una persona con cuatro infecciones sospechosas”.
“Entre las personas que tuvieron más de una reinfección, 47 (14,2%) experimentaron su tercera infección en noviembre de 2021, lo que sugiere que muchas terceras infecciones están asociadas con la expansión de la variante Ómicron”, destacaron los investigadores en el estudio que se encuentra a la espera de ser revisado por pares.
“Es muy interesante el artículo científico que habla de la posibilidad de Ómicron de reinfectar a gente que ya pasó la enfermedad con otras variantes como Gamma, Alpha, Beta, etc. Es importante destacar que en ese tipo de reinfecciones se observaron cuadros leves de COVID-19 y no graves”, explicó a Infobae el doctor Ricardo Teijeiro, médico infectólogo, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Y agregó: “Eso quiere decir que si bien la nueva variante puede eludir la inmunidad, el paciente tiene cierto grado de protección para que no lo afecte y comprometa en forma grave. Igualmente esta afirmación requiere más investigación, ya que se trata de un estudio preliminar”.
La doctora Romina Mauas, médica especialista en Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas (MN 100.075) y coordinadora médica en Consultorios Infectológicos Helios Salud de la Ciudad de Buenos Aires, afirmó a Infobae que el objetivo del trabajo fue evaluar el riesgo de reinfección por SARS-CoV-2 a lo largo del tiempo, en contexto de la circulación de las variantes Beta, Delta y Ómicron. “Al referirnos a reinfección, hablamos de aquella infección que se da en un individuo que tuvo COVID-19 hace más de 3 meses. Esto implica un escape a la respuesta inmune «natural», generada por la infección primaria por el SARS-CoV-2″, indicó Mauas.
Y completó: “Se muestra en este trabajo cómo la variante Ómicron está asociada con una importante capacidad de evadir la inmunidad generada por una infección previa. De las variantes Beta y Delta no tenemos pruebas de que estén asociadas con el escape inmunológico”.
Caos en alza
Sudáfrica viene registrando un alza sostenido en casos de COVID-19. Ayer sumó más de 23.000 contagios. En base a esto, los expertos indican que el reciente aumento de casos experimentado en Sudáfrica refleja la propagación de esta variante y no respondería a una disminución de la inmunidad. El estudio apunta como limitación la necesidad de aumentar la secuenciación de las nuevas infecciones detectadas para determinar si detrás de estas se encuentra la variante Ómicron.
Este hallazgo tiene importantes implicaciones para la planificación de las políticas de salud pública, especialmente en países como Sudáfrica con altas tasas de inmunidad debido a infecciones previas, población que teóricamente estaba más protegida ante el COVID-19. Sin embargo, sigue habiendo preguntas sobre si Ómicron también es capaz de evadir la inmunidad inducida por las vacunas y las posibles implicaciones de que el hecho de que haya una inmunidad más baja a la infección conduzca a un mayor riesgo de enfermedad grave y muerte.
Las infecciones por SARS-CoV-2 generalmente se diagnostican sin una secuenciación genética para confirmar la variante responsable, por lo que este estudio no demuestra que Ómicron sea más capaz de evadir las defensas inmunitarias creadas por el cuerpo en respuesta a una infección previa. Tampoco prueba nada sobre las defensas generadas por la vacunación
Aún así, escriben los investigadores, debido al aumento en las reinfecciones, los datos “sugieren que están impulsadas por la aparición de la variante Ómicron”. De acuerdo con los datos aportados por las autoridades de salud pública sudafricanas, Ómicron es ya la variante dominante en el país por encima de Delta, y representa el 74% de todas las muestras secuenciadas. “La evidencia a nivel población sugiere que la variante Ómicron está asociada con una capacidad sustancial para evadir la inmunidad de una infección previa, por el contrario, no hay evidencia epidemiológica en toda la población de un escape inmunológico asociado con las variantes Beta o Delta”, añadieron los investigadores en las conclusiones del estudio.
“Nuestra prioridad más urgente es cuantificar el alcance del escape de Ómicron para la inmunidad natural y derivada de las vacunas, así como su transmisibilidad en relación con otras variantes y su impacto en la gravedad de la enfermedad”, concluyó Harry Moultrie, epidemiólogo en el Centro de Tuberculosis del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica y coautor de la investigación.
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