Obviamente, recibir regalos es divertido, pero los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio dieron un giro completamente nuevo al viejo dicho de que es mejor dar que recibir, demostraron en su nuevo estudio que estar dispuesto a ayudar y apoyar a familiares y amigos tiene un vínculo con niveles más bajos de inflamación crónica.
Aunque se suponía que las relaciones sociales positivas se vinculaban con niveles más bajos de inflamación sistémica crónica, la evidencia empírica sobre esta asociación es mixta. Esta nueva investigación publicada en la revista Brain Behavior and Immunity, examina si el dar apoyo social percibido (es decir, la creencia de que uno puede estar disponible para dar apoyo social a otros) modera las asociaciones entre las relaciones sociales y la inflamación.
Si bien los científicos han teorizado durante mucho tiempo que recibir apoyo de seres queridos durante tiempos difíciles es importante para la salud, este estudio es el primero en determinar que hacerlo efectivamente puede ser igual o más beneficioso desde el punto de vista de la salud. La investigación concluyó que las relaciones sociales positivas solo muestran una conexión con una menor inflamación entre las personas que desean y están disponibles para apoyar a sus familiares y amigos. Esto sugiere, según el equipo de investigación, que tener algunos amigos cercanos o familiares en los que apoyarse puede no ser tan beneficioso a menos que usted también esté ahí para ellos.
“Las relaciones positivas pueden estar asociadas con una menor inflamación solo para aquellos que creen que pueden brindar más apoyo en esas relaciones”, explicó el autor principal del estudio, Tao Jiang, especialista del Departamento de Psicología de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos. La conclusión clave aquí es que una relación positiva con un amigo, familiar o cónyuge es una calle de doble sentido. El apoyo debe ser mutuo.
“Puede ser que cuando las personas crean que pueden brindar más apoyo a sus amigos y familiares, estas relaciones sean especialmente gratificantes y alivien el estrés, lo que reduce la inflamación”, comenta el coautor del estudio y profesor asociado de la misma Universidad, Baldwin Way.
Disponibilidad saludable
El equipo analizó datos de 1.054 adultos de entre 34 y 84 años para este proyecto. Cada persona había llenado una encuesta que medía su integración social. Los cuestionarios preguntaban si vivían con una pareja romántica, con qué frecuencia se mantenían en contacto con familiares y amigos y con qué facilidad asistían a eventos o actividades sociales.
Además, cada sujeto completó otra encuesta en la que se preguntaba si creían que realmente podían confiar en su familia, amigos o cónyuge si necesitaban ayuda. Los autores del estudio también preguntaron al grupo qué tan dispuestos estarían a ayudar si un ser querido necesitara apoyo.
Luego, dos años después, todos los participantes regresaron para un análisis de sangre que midió la interleucina-6 (IL-6), un marcador de inflamación sistémica corporal .
“Los niveles más altos de IL-6 están asociados con un mayor riesgo de muchas de las enfermedades que son las principales causas de muerte de las personas en el mundo, incluidas las patologías cardiovasculares y el cáncer -agrega Way-. Es por eso que pensamos que era importante averiguar por qué estudios anteriores encontraron evidencia tan débil del vínculo entre el apoyo social y una menor inflamación”.
Es importante destacar que la asociación entre la voluntad de ayudar a los demás y una menor inflamación se mantuvo incluso después de que los autores del estudio consideraron varios otros factores que se sabe que accionan negativamente en la inflamación corporal crónica (como la edad y los ingresos).
¿Se benefician más las mujeres de ayudar a los demás? Ese parece ser uno de los interrogantes que resuelve favorablemente la investigación. El estudio también encontró que esta conexión puede ser especialmente importante y más común entre las mujeres.
“Esto refleja la idea de que las relaciones sociales a menudo se consideran más importantes para las mujeres que para los hombres -afirma Jiang-. Pero el tamaño de nuestra muestra no fue lo suficientemente grande para demostrarlo de manera concluyente. Necesitamos estudiar ese tema aún más a fondo “.
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