La vacuna Covaxin (o BBV152), la primera desarrollada en India contra el COVID-19, “evita claramente la aparición de la enfermedad”, según un estudio publicado el anteayer. Desarrollada por el laboratorio Bharat Biotech y el Consejo Indio de Investigación Médica (ICMR), Covaxin presentó una eficacia del 77,8% contra el COVID-19.
“Esta vacuna es altamente eficaz contra el COVID-19 sintomático en adultos”, resume el estudio publicado en la revista científica The Lancet, y añade que fue “bien tolerada, sin efectos secundarios graves significativos”. La OMS ya había aprobado esta vacuna con carácter de urgencia días atrás basándose en este estudio, aunque aún no se había hecho público.
El estudio, en el que participaron 25.000 personas en la India entre noviembre de 2020 y enero de 2021, que recibieron la vacuna o un placebo, demostró que había unas tres cuartas partes menos de casos de COVID-19 en los vacunados. Esta eficacia es inferior a la observada inicialmente en las vacunas de ARN mensajero de Pfizer y Moderna, pero sigue siendo elevada.
La vacuna india se fabrica con un coronavirus muerto para provocar una respuesta inmune. “Esta es una vacuna a virus inactivados, que se administra en 2 dosis con al menos 14 días de diferencia cada una. Mostró buenas tasas de eficacia y seguridad en los estudios de Fase III. Hasta donde tengo entendido, aún no cuenta con la aprobación de ANMAT, aunque estimo que eso llegará rápido, a raíz de la aprobación de la OMS”, explicó a Infobae el infectólogo Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología.
“Siempre suma tener vacunas, cuanto más haya, mejor, así nos cubrimos ante cualquier eventualidad, y tenemos alternativas para los diferentes tipos de pacientes”, expresó el especialista, dando a entender la importancia de contar con una nueva arma para derrotar la actual pandemia.
La aprobación de la OMS se produce después de un largo período de revisión, los fabricantes solicitaron en abril y proporcionaron el primer lote de datos a la agencia el 6 de julio, abordando una serie de problemas, incluida la seguridad y eficacia de la vacuna.
Covaxin se unió así a las vacunas anticovid de Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca, Johnson&Johnson, Sinopharm y Sinovac en la lista de la OMS. La misma está elaborada a partir del aislamiento de la cepa del coronavirus Sars-Cov-2, y tiene la ventaja de que se mantiene estable entre los 2 y 8 grados centígrados, lo que permite su distribución a varios países del mundo que tienen problemas para mantener adecuadamente una cadena de frío extrema, como lo es por ejemplo la de Pfizer, que requiere un almacenamiento de -80 grados centígrados. Además, sus viales tienen una resistencia que les permite estar abiertos hasta 28 días, una característica que reduce el desperdicio de vacunas en aproximadamente un 10% o un 30%, según los expertos.
La llegada de Covaxin podría “mejorar el inadecuado suministro de vacunas que afecta desproporcionadamente a los países de ingresos bajos y medios”, afirman los investigadores chinos Jing-Xin Li y Feng-Cai Zhu, del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Jiangsu, que no participaron en el estudio, pero sí ofrecieron un análisis independiente para la revista. Sin embargo, señalan algunas limitaciones: los ensayos se realizaron solo en India, “lo que hace que la cohorte del estudio sea menos diversa étnicamente y limita la posibilidad de generalizar estos resultados a otras poblaciones”.
La OMS dijo en un tuit que Covaxin cumplía con los estándares de protección contra COVID-19 y que el beneficio de la vacuna superaba con creces los riesgos. El organismo dijo que ese desarrollo tiene una tasa de eficacia del 78 por ciento contra el COVID-19 y debe administrarse en dos dosis con cuatro semanas de diferencia en los adultos, y señaló que los requisitos de almacenamiento son más sencillos que los necesarios para otras vacunas por lo que podría ser convenientes para los países pobres y en desarrollo.
El doctor Krishna Ella, un alto funcionario de Bharat Biotech, dijo que la organización se ha centrado en mantener estrictos estándares de calidad y seguridad. La autorización de la OMS “nos permitirá contribuir a acelerar el acceso equitativo de la vacuna COVID-19 y el acceso a nuestra vacuna a nivel mundial”, dijo.
En todo el mundo, alrededor del 75 por ciento de todas las vacunas de COVID-19 se han administrado en países de ingresos altos y medianos altos, según el proyecto Our World in Data de la Universidad de Oxford. Solo el 0,6 por ciento de las dosis se han administrado en países de bajos ingresos.
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