La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos aprobó esta semana que millones de estadounidenses reciban una dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19, de Moderna y Johnson & Johnson (Pfizer ya había sido aprobada) y habilitó la combinación de vacunas, al tiempo que el país busca reforzar sus defensas y prevenir una nueva oleada.
Esta nueva implementación de combinar vacunas ya lleva meses en la Argentina y varios países del mundo, lo que proporciona a vista rápida dos ventajas claras: una respuesta inmunológica más fuerte a la dosis adicional y mucha menos confusión para las personas que buscan dosis de refuerzo en los países en los que ya se ha aprobado.
Así, la FDA comunicó que las personas de 65 años o más que recibieron la vacuna de Moderna Inc. podrán recibir una tercera dosis de refuerzo, al igual que los adultos de 18 años o más que presentan un alto riesgo de COVID grave o que tienen una exposición institucional u ocupacional frecuente al virus. Además, todos los receptores de J&J mayores de 18 años serán elegibles para una vacuna de refuerzo al menos dos meses después de recibir su primera dosis.
La agencia también autorizó que cada una de las vacunas COVID disponibles se use como dosis de refuerzo para las personas elegibles después de completar su vacunación primaria con una vacuna diferente.
En base a la investigación realizada por un equipo dirigido por los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. (NIH, por sus siglas en inglés) se evidencia que la administración de una vacuna de refuerzo diferente a la originalmente recibida proporciona una respuesta inmunológica más fuerte que la administración de una dosis adicional de la misma vacuna. Y son resultados que coinciden con la investigación realizada a principios de año en el Reino Unido.
Las medidas proporcionarán a EE.UU. un conjunto más amplio de herramientas para combatir un posible repunte del virus durante el invierno. El pico de infecciones provocado por la variante delta del verano ayudó a aumentar la urgencia de que los refuerzos estén disponibles.
Las autorizaciones se produjeron después de que un panel de asesores expertos de la FDA respaldara unánimemente los regímenes de refuerzo de Moderna y J&J la semana pasada. Con la medida, los reguladores ahora han aprobado refuerzos para las tres vacunas contra el coronavirus disponibles en EE.UU. El mes pasado, la FDA autorizó que personas de 65 años o más, y aquellas que tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave sean elegibles para recibir una dosis de refuerzo de la vacuna desarrollada por Pfizer Inc. y BioNTech SE.
A los expertos en vacunas no les sorprende que sea seguro mezclar tipos de vacunas. La gente lo hace regularmente con una variedad de vacunas, incluidas las vacunas contra la influenza, que son fabricadas por seis o siete empresas diferentes tan solo en Estados Unidos en un año determinado, siguiendo una variedad de fórmulas. Entre ellas se incluyen vacunas fabricadas en huevos de gallina, células de oruga y células de riñón de perro, vacunas que protegen contra tres o cuatro cepas de gripe diferentes y son vacunas que se administran por inyección o por spray nasal. Además, en muchos países, los niños reciben primero las vacunas contra la polio en forma de inyección y luego se refuerzan con una formulación oral diferente, una combinación que es más segura y eficaz.
“La combinación de vacunas se decidió en las consideraciones de la FDA y es una noticia muy importante. Con este conocimiento de datos de la FDA, se promueve la accesibilidad a la vacuna en EEUU y en todo el mundo. Esta acción genera equidad y un esquema heterólogo de aplicación de vacunas. Abre al mundo y principalmente al hemisferio Sur, con un PBI menor, la posibilidad de negociar mejores precios y tener más accesibilidad a las vacunas”, explicó a Infobae el doctor Roberto Debbag, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica.
En diálogo con Infobae, el virólogo Mario Lozano, doctor en Ciencias Bioquímicas y experto en Biología Molecular, afirmó: “La combinación de vacunas, es algo que en vacunología se usa cotidianamente y se sabe que funciona muy bien, siempre que se trate de vacunas individuales que tengan una eficacia comprobada como son las que estamos usando en Argentina, y que tengan además seguridad comprobada”.
Y agregó: “En Europa por ejemplo ocurrió un caso similar hace poco tiempo cuando tuvieron dificultades para conseguir la vacuna de AstraZeneca. Tenían mucha gente vacunada con la primera dosis y comprobaron que podían usar otras vacunas en un esquema combinado para terminar el protocolo de vacunación. Esas vacunas que utilizaron fueron las de Moderna y la de Pfizer, y con eso aplicaron millones de dosis a millones de personas rápidamente. La canciller alemana Ángela Merkel se vacunó ella misma con un esquema combinado de Astrazeneca y Moderna para mostrarle a la población que se trataba de un método seguro y conveniente”.
Sobre el impacto de la noticia en los vacunados, “la mezcla de diferentes tipos de vacunas podría ampliar el tipo de respuesta inmune”, dijo la doctora Angela Branche, profesora adjunta de la Facultad de Medicina de la Universidad de Rochester que está ayudando a dirigir algunos de los ensayos clínicos que mezclan dosis de refuerzo.
Tanto la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer como la de Moderna son vacunas de ARNm, fabricadas con un material genético llamado ARN mensajero envuelto en lípidos que instruyen a las células del cuerpo para que produzcan pequeños trozos de coronavirus que estimulen una respuesta inmunológica. La vacuna de Johnson & Johnson, utiliza un método diferente: un virus del resfriado común modificado genéticamente, llamado adenovirus, que no puede replicarse por sí mismo, pero que puede entregar un pequeño trozo de coronavirus a las células y también estimular una respuesta inmunológica. La vacuna contra el COVID-19 de AstraZeneca utiliza una tecnología similar a la de Johnson & Johnson, y varios estudios han demostrado que alternar dosis de esta vacuna con la de Pfizer genera una respuesta inmunológica fuerte.
“Una vacuna vectorial, como la de Janssen o AstraZeneca, estimula una fuerte inmunidad celular. Las vacunas de ARNm estimulan potentes oleadas de anticuerpos. La mezcla de ambas puede ampliar la profundidad de la respuesta inmunológica. Creo que los datos mostrarán que el uso de refuerzos es sin duda muy eficaz para conferir una protección adicional y más prolongada”, agregó Branche.
Ante la presentación de los hallazgos del equipo de los NIH a cargo de la doctora Kirsten Lyke, profesora de Medicina de la Universidad de Maryland, la FDA pidió que se pronunciaran sobre la cuestión de los refuerzos mixtos y está preparando una propuesta de autorización de uso de emergencia para los refuerzos que podría incorporar sus ideas.
Aunque Lyke subrayó que los datos aún no están completos, dijo que mostraban que el refuerzo con un tipo de vacuna diferente a la dosis original proporcionaba una respuesta de anticuerpos más fuerte que el refuerzo con el mismo tipo. “Lo que quiero señalar es que los anticuerpos neutralizantes aumentaron en respuesta a cualquier refuerzo de la serie de vacunación primaria”, dijo al Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados (VRBPAC, por sus siglas en inglés) de la FDA.
“El estudio no se diseñó para comparar entre refuerzos”, añadió, en otras palabras, no fue diseñado para decir a la gente qué marca concreta podría ser mejor. Pero eso podría no importar, porque la otra ventaja de permitir que la gente se refuerce con cualquiera de las tres vacunas autorizadas en EE.UU. sería la flexibilidad.
La doctora Amanda Cohn, funcionaria de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), que forma parte tanto del VRBPAC, como del comité asesor de vacunas de los CDC, dijo que sería muy útil que hubiera flexibilidad para las personas que intentan aplicar los refuerzos, por ejemplo, para los proveedores de medicamentos que van a los asilos con una sola marca de vacuna.
Las decisiones de la Administración de Alimentos y Medicamentos suponen un gran paso hacia la ampliación de la campaña de refuerzo en el país norteamericano, que comenzó con dosis adicionales de la vacuna de Pfizer el mes pasado. Según los datos de los CDC, más de 11,2 millones de personas en EE.UU. han recibido una vacuna de refuerzo.
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