La longevidad es un tema que despierta el interés y la curiosidad de una inmensa cantidad de personas. Muchas veces aparece la consulta en torno de qué hábitos fomentar para mejorar la calidad de vida y llegar a ser adultos mayores de la mejor manera posible.
En una nueva edición de “Diálogos con especialistas por el Dr. Daniel Stamboulian”, José Ricardo Jauregui, destacado gerontólogo y geriatra, presidente de la Sociedad Argentina de Geriatría y Gerontología (SAGG), compartió reflexiones y comentarios sobre la longevidad saludable. El doctor Jáuregui es flamante presidente electo de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría y el primer argentino en llegar a este cargo.
La persona más longeva de la historia de la humanidad ha sido Jeanne Calment. Era una mujer que había nacido en 1875. Falleció a los 122 años y 164 días en 1997. Cuando vivía, la mujer fue motivo de estudio de varios grupos científicos. Pero un nuevo estudio publicado en la revista científica The Royal Society realizado con personas que ya pasaron los 100 años en Francia e Italia ha descubierto que es posible superar el récord de Calment. Un ser humano podría llegar a vivir hasta los 130 años durante este siglo.
Los investigadores han analizado la esperanza de vida de más de 3.800 “semisupercentenarios” italianos. Son personas que ya cumplieron más de 105 años que viven en Italia. También estudiaron a más de 9.800 personas que alcanzaron la misma longevidad en Francia.
Llegaron a la conclusión de que, más allá de los 110 años, cuando las personas con una predisposición genética negativa y una salud mala ya han muerto, las posibilidades de seguir con vida son aproximadamente del 50 %. Esto significa que cada año después de que alguien cumpla 110 años es como tirar una moneda al aire para saber si sobrevivirá.
Hasta ahora, sacar 20 veces seguidas cara, para llegar a los 130 años, es muy poco probable: las posibilidades son de una entre un millón. Sin embargo, como la esperanza de vida seguirá aumentando con el paso de los años, a pesar del COVID-19, y por las mejoras en la asistencia sanitaria y el estilo de vida, los autores afirman que los estudios sugieren que alguien podría llegar a cumplir 130 años este siglo.
“Hoy tenemos bastante conocimiento acerca de cuáles son los aspectos que hacen que una persona pueda envejecer saludablemente en un contexto en donde en general la población en todo el mundo está envejeciendo de manera acelerada en los últimos 50 años. Se calcula que las personas que nacieron en el Siglo XXI tienen altas probabilidades de llegar a los 100 años, que es un largo período de tiempo”, reflexionó Jauregui en conversación con Stamboulian.
En este sentido, la sociabilidad es un aspecto clave. “Hay algunas regiones en el mundo llamadas zonas azules. Se trata de una descripción periodística que hizo un investigador del National Geographic, Dan Buettner donde explica que, si bien no todos los lugares son iguales, comparten algunas características y una es precisamente que las personas tienen vida social intensa, con familias, pares, en general son poblaciones chicas donde comparten mucho tiempo juntos”, explicó el gerontólogo y geriatra.
“Otra característica muy importante es que no usan transporte público. Es decir que hacen actividad física constante, caminan mucho a lo largo de sus años. Tienen una dieta que no es parecida en las distintas regiones, pero es estable. Por ejemplo en Okinawa, Japón, es rica en mariscos, pescados, o en áreas del Ecuador son ricas en vegetales, pero son muy similares a lo que nosotros los médicos conocemos como dieta mediterránea. Incluso en algunas poblaciones hay gente que fuma tabaco producido por ellos mismos o consume alcohol destilado por ellos mismos, pero en cantidades reguladas a lo largo de la vida y no en exceso”, resaltó.
De acuerdo con Jauregui, un aspecto fundamental para envejecer saludablemente es tratar de evitar los factores de riesgo cardio y cerebrovasculares. “Es importante tener en claro que uno no puede empezar a tratar de estar saludable a los 60, 70 años. Son conceptos de curso de vida. Decimos que hay que empezar a enseñar en la escuela esta filosofía de vida.
La educación es otro ingrediente importante para ser longevo. Se denomina desarrollo de la reserva cognitiva, que se asienta en lo cerebral, que tiene mucho que ver con la nutrición saludable, detalló. En este punto, a medida que van pasando los años, tiene que ser muy rica en proteínas, más que nada de origen animal. El adulto mayor debe consumir proteínas de alto valor biológico, que son las que pueden mantener o generar músculo cuando se pierde, cosa bastante frecuente con la edad y el sedentarismo”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), amplió, ya hace más de 20 años fue muy clara con estos pilares. La última clave que nosotros proponemos es tratar de seguir siendo productivos. Que las personas tengan un propósito en la vida, un sentido para levantarse todos los días. Se ha visto que los que tienen esta característica son mucho más resilientes, se defienden mucho mejor de la adversidad, y hacen mucha menos depresión, un elemento muy frecuente en este grupo etario sobre todo después de los 80 años.
¿Qué sucede con el estrés, muy presente y cada vez más frecuente en las personas a medida que envejecen? En este punto, Jauregui puntualizó: “Hoy en día sabemos que el envejecimiento es un proceso básicamente inflamatorio. Todas las personas mayores tienen algún grado de inflamación crónica que dependiendo de su estilo de vida, ámbitos de los lugares donde vive y los factores de riesgo se puede acelerar o no, puede aumentar o no ese concepto que los británicos llaman ‘inflamaging’. Ese proceso inflamatorio también se modula con el estrés o la tensión. Se ha visto que el estrés crónico aumenta el riesgo cardiovascular, el riesgo cognitivo, y vemos que son personas que tienen biomarcadores de inflamación elevados”.
Las cuatro claves
Lo primero a tener en cuenta es la educación. Hay países como los escandinavos que empiezan a hablar de que la vida es larga y existen ‘las personas mayores’ en el jardín de infantes. Esto, más la estimulación cognitiva es uno de los pilares, hacer gimnasia del cerebro.
Segundo, hacer ejercicio físico. Esto no significa ser un deportista de alta competición, sino ser activo: moverse, salir, caminar. Las recomendaciones que hace la Asociación Americana de Cardiología son perfectas como piso en este sentido.
Tercero, la alimentación, a partir de una dieta del tipo mediterránea. A medida que nos vamos poniendo grandes es recomendable aumentar la cantidad de proteínas. El huevo es excelente en este sentido. Dos huevos equivalen a un bife de chorizo. Se come más fácil, se digiere más fácil, y está demostrado que no levanta el colesterol.
Cuarto: la sociabilidad. Tratar de seguir manteniendo amistades, vínculo activo con familiares. Este elemento se vio limitado en la pandemia por COVID-19.
“En Gran Bretaña, el Servicio Nacional de Salud (NHS) autorizó a los médicos a prescribir vacaciones. En los adultos mayores es fundamental. El mal entendido ocio, en el sentido de no hacer nada, a lo largo de la vida es importante, precisamente para bajar el estrés, y en las personas mayores es fundamental, disfrutan mucho de los viajes y la recomendación es que lo sigan haciendo mientras estén en capacidad de poder viajar”, concluyó el experto, en el especial de Infobae.
Realización: Sam Cejas/ Edición de video: Sofía Boutigue y Patricio Staricco/ Guión: Macarena Sánchez
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