¿Por qué hubo y hay todavía tanta preocupación en el mundo por la variante Delta del coronavirus? La respuesta la brindó ayer la Organización Mundial de la Salud en su último informe al evidenciar que la variante Delta, presente en 185 países, ha sustituido en gran medida a las otras tres variantes preocupantes, Alfa, Beta y Gamma, que ahora representan cada una menos del 1% de los casos secuenciados.
Esto se suma a un reciente informe que indica que las personas infectadas con la COVID-19 en su variante Delta corren cerca del doble de riesgo de ser hospitalizadas respecto a aquellas contagiadas con la versión Alfa, según un amplio estudio publicado recientemente en la revista The Lancet Infectious Diseases.
¿Y si desplazó a las otras variantes principales en el resto del mundo, por qué no tiene una circulación dominante en la Argentina? Esa es una de las grandes preguntas que los expertos intentan responder.
La aparición a finales de 2020 de variantes que suponían un mayor riesgo para la salud pública mundial llevó a la Organización Mundial de la Salud a distinguir entre las variantes que hay que “vigilar” y otras “preocupantes”, con el fin de priorizar las actividades de vigilancia e investigación a nivel mundial. “El virus predominante que circula actualmente en el mundo es la variante Delta. Y de hecho, menos del 1% de las secuencias actualmente disponibles son Alfa, Beta y Gamma”, explicó la jefa del equipo técnico de COVID-19 de la OMS, Maria Van Kerkhove, en una sesión de preguntas y respuestas en las redes sociales. “Este virus se ha hecho más fuerte, es más transmisible y está compitiendo, sustituyendo a otros virus que están circulando”, agregó.
La experta sanitaria mundial también consideró que otras cinco variantes (eta, iota, kappa, lambda y mu) se deben “vigilar”. Sin embargo tres de ellas (eta, iota y kappa) han bajado de categoría.
Varios estudios científicos de Reino Unido, Suiza, Japón, India y Sudáfrica confirmaron que Delta ha suplantado a las otras variantes que circulaban no sólo por su mayor capacidad para infectar sino también porque los anticuerpos neutralizantes de las personas tienen una menor sensibilidad. Por lo tanto, la infección con Delta es más complicada de controlar. El más reciente fue publicado en Nature y señala una recomendación: sugiere que las medidas de control como el distanciamiento, el uso adecuado del barbijo, la ventilación de espacios cerrados pueden tener efecto en la prevención si se suman a la vacunación contra el COVID-19 de la población. Los investigadores encontraron que los 130 trabajadores de la salud que se infectaron con la variante Delta no tuvieron un riesgo más elevado de hospitalización, pero sí tuvieron mayor probabilidad de sufrir una infección posvacunación a causa de esta variante en comparación con otras. De acuerdo con el doctor Gupta, la variante Delta se replica mejor en las células pulmonares que la variante Alfa.
Mientras Delta se esparce en el mundo, en Argentina se registra cada semana menos contagios y muertes por COVID-19. Ayer, el Ministerio de Salud informó de 1.825 contagios y 84 muertes. Muy lejos del récord que implicó el pico de la segunda ola, cuando el jueves 27 de mayo último nuestro país registró 41.080 nuevas infecciones. Y también el del 22 de junio que se contabilizaron 792 muertes. Por otra parte, de momento en Argentina hay 1.184 personas con coronavirus internadas en terapia intensiva, muy lejos de las casi 8000 que había hace tres meses.
Entonces, si la pandemia está en una evolución y cambio constante, volvemos a preguntarnos ¿qué pasa en nuestro país y por qué Delta aún no ha explotado? “Los virus compiten entre sí en la naturaleza y la coexistencia de las diferentes variantes habla la lucha entre sí para ver cuál predomina. La predominancia de la variante Manaos/Gamma en nuestro país puede ser que implique una limitante para que el daño que produzca Delta sea tan importante y grave como se ha visto en otros países”, explicó a Infobae el infectólogo Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Y añadió: “No hay tanta experiencia y conocimiento aún como para saber si esta tendencia continuará en el tiempo o si el linaje Delta, con el correr de los días o semanas, se terminará imponiendo, ya que tiene mayor capacidad de replicación”.
El jefe de Asesores del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Enio García, advirtió hoy que “la pandemia de coronavirus no terminó”, y evaluó que la variante Delta tiene hasta el momento en la Argentina un nivel de propagación inferior al que se registró en los países del Hemisferio Norte. “Llevamos varias semanas seguidas de disminución de casos y hubo aumento de la cobertura de vacunas. Vamos a ver que va a pasar con la variante Delta, pero claramente no tuvo el mismo comportamiento que en los países del hemisferio norte, donde se propagó más rápido. Eso no quiere decir que todavía no estemos expuestos a un posible rebrote. Debemos seguir moniterando la situación”, remarcó el funcionario en declaraciones radiales.
El jefe de Asesores de la cartera sanitaria bonaerense afirmó que la baja de casos obedece al avance de la campaña de vacunación, y destacó la aceptable progresión que adquirió la presencialidad escolar en las últimas semanas en el distrito provincial. La alta tasa de vacunación sumada a la gran cantidad de personas que se infectaron con coronavirus en la última ola en el país podría provocar que la variante Delta no haga crecer tanto la curva de casos como en los países del Hemisferio Norte y, a la vez, no se registren tantas hospitalizaciones ni muertes, aseguraron especialistas.
“El tamaño de la ola Delta podría ser menor de lo que está sucediendo en el Hemisferio Norte porque tuvimos mucho más contagiados que ellos y porque logramos contener su ingreso con las restricciones a los vuelos y eso nos permitió seguir avanzando con la vacunación”, dijo a Télam el bioinformático de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) e investigador del Conicet Rodrigo Quiroga.
En ese sentido, explicó que el tamaño de esa ola dependerá de cómo la sociedad mantenga las medidas de cuidado (uso de barbijo, ventilación y distancia), de la posibilidad de vacunar a niños y adolescentes -cuándo comience esa vacunación y a qué ritmo-, de las restricciones que se puedan mantener para evitar aglomeraciones de personas no vacunadas y el cuidado en las escuelas.
Al comparar la situación de la Argentina con otros países, Quiroga describió que, “cuando comenzó la ola Delta, estimamos que en el Reino Unido se había infectado la mitad de la población que acá; y en Estados Unidos los lugares donde mayor es el brote tienen una tasa de vacunación muy baja”.
Mirna Biglione, investigadora en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA, que depende la Universidad de Buenos Aires y el CONICET, y miembro de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, expresó a Infobae: “La variante Delta sorprendió al viejo continente, Estados Unidos, India donde se originó y causó gran cantidad de muertes; esta variante desplazo de manera fugaz a otras variantes de preocupación (VOC), como por ejemplo a la Alpha en Reino Unido con desconcierto de los especialistas, al igual que en Israel, donde ya tenían altas tasas de vacunación y habían tenido un suspiro pensando que ya estaban dejando atrás la pandemia”.
“En nuestro país, -prosiguió Biglione-, se detectaron, más de 200 casos en ciudad y provincia de Buenos Aires, santa Fe, Córdoba, Tucumán, Salta, la mayoría relacionados con viajeros de distintas partes del mundo y los primeros casos en la ciudad de Buenos Aires en personas sin antecedentes cercano de viajes. Esto es un punto de partida para una circulación comunitaria. Sin embargo, una especulación es que en la región donde comenzó a detectarse en mediados de junio e inclusive en Argentina, la variante mayoritaria Gamma (originada en Brasil) o Lambda (Andina) compita con Delta y frene su propagación. ¿Por qué entonces se mantiene limitada su diseminación? La pregunta tiene muchas respuestas aún no confirmadas. ¿Estamos testeando lo suficiente? ¿Entró en otros países una mayor cantidad de personas infectadas con Delta que en los nuestros porque ya habían levantado las restricciones? ¿Tenemos una alta tasa de personas con una robusta inmunidad natural por haber tenido COVID-19, (asintomática en muchos casos)?, ¿Las medidas estrictas al ingreso de personas por vía aérea que se impusieron a fines de junio ralentizaron su diseminiación? Aún no tenemos la verdad absoluta”.
El médico infectólogo Ricardo Teijeiro, hizo un correlato con lo que pasó en Europa. “Vemos que allí la variante Delta desplaza a las otras variantes porque es mucho más contagiosa. Si entiendo que hay muchos que están diciendo que la variante Manaos y Andina, no es tan fácil de desplazar como las variantes del Reino Unido y California. Pero hay que fijarse por ejemplo, en Brasil donde circuló fuertemente Manaos, la está desplazando y está creciendo la variante Delta, en México está ocurriendo lo mismo, tenía un alto porcentaje de Manaos y hoy casi el 60 por ciento es variante Delta. Así que es esperable que sí haga un impacto la variante Delta en nuestro país. Y esto si bien se está haciendo lento, es esperable en la próximas semanas tengamos algún brote”, expresó Teijeiro a Infobae.
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