Tras la firma que realizó Argentina del acuerdo de donación por parte de Estados Unidos por 3,5 millones de dosis de la vacuna de Moderna contra el nuevo coronavirus, estas comenzarán a llegar a partir de mañana en dos vuelos de Aerolíneas Argentinas con la primera parte del envío.
La cantidad de vacunas que enviará Estados Unidos será así la mayor donación de inoculantes que el gobierno de Joe Biden realizará a un país de América Latina. Pero, ¿qué características tiene esta nueva vacuna contra el coronavirus, que será la cuarta que se aplique masivamente en la Argentina, después de las de Sputnik V, AstraZeneca y Sinopharm?
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA en inglés) aprobó en diciembre de 2020 el uso de emergencia de la vacuna candidata de la farmacéutica Moderna contra el COVID-19. La vacuna candidata contra el coronavirus de Moderna es similar a la vacuna Pfizer-BioNTech, que fue la primera en ser aprobada por la FDA. En esta nota, las cinco características a destacar de este inoculante:
1- El ARN mensajero
La vacuna de la compañía Moderna contra COVID-19 funciona a través de tecnología del ARN mensajero al igual que la de Pfizer/BioNTech. Los ensayos clínicos en ambas candidatas mostraron su gran eficacia, es reciente y nunca antes había sido probada. La pandemia se convirtió en una oportunidad para probar una nueva tecnología que se viene desarrollando desde hace 30 años. Se trata de una tecnología genética que durante mucho tiempo ha sido muy prometedora, pero que hasta ahora se había topado con obstáculos biológicos. Se llama ARN mensajero sintético, una variación ingeniosa de la sustancia natural que dirige la producción de proteínas en las células de todo el cuerpo. Este componente se fabrica en laboratorio.
Mediante la vacuna, se inserta en el cuerpo y toma el control de esta maquinaria para fabricar proteínas o antígenos específicos del coronavirus: sus “espículas” o espigas, esas puntas tan características que están en su superficie y le permiten adherirse a las células humanas para penetrarlas. Estas proteínas, inofensivas en sí mismas, serán liberadas por nuestras células tras recibir las instrucciones de la vacuna, y el sistema inmunológico en respuesta producirá anticuerpos. Estos anticuerpos permanecerán de guardia durante mucho tiempo con la facultad de reconocer y neutralizar el coronavirus en caso de que nos infecte.
“Empezó una nueva etapa del desarrollo de las vacunas. El mundo se dirige hacia las vacunas de tecnología de ARN mensajero. Todos los laboratorios del mundo que las fabrican van a tener que considerar utilizar este tipo de tecnología. Cuando entendamos sobre la precisión de lo que se está generando, no va a haber vuelta atrás”, indicó en una entrevista exclusiva con Infobae el médico genetista Jorge Dotto (M.N. 107.411), uno de los referentes en genética a nivel mundial.
2- Alta eficacia
Los ensayos en Fase III de esta vacuna mostraron una gran eficacia. La vacuna contra el COVID-19 de Moderna, que recientemente demostró tener una eficacia del 94%, hace que el sistema inmunológico humano produzca anticuerpos potentes que perduran varios meses, mostró un estudio. Investigadores del estadounidense Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), que co-desarrolló el fármaco, estudiaron la respuesta inmunitaria de 34 participantes adultos, jóvenes y mayores, desde la primera etapa del ensayo clínico.
La vacuna de Moderna, llamada mRNA-1273, se administra en dos inyecciones con 28 días de diferencia cada dosis. En un artículo publicado en el New England Journal of Medicine, los científicos explicaron que los anticuerpos, que son los que impiden que el virus SARS-CoV-2 invada las células humanas, “disminuyeron ligeramente con el tiempo, como se esperaba, pero permanecieron elevados en todos los participantes después de la dosis de refuerzo”.
3- Inmunidad prolongada
En un primer estudio al respecto de la durabilidad de los anticuerpos, se estableció que perduran durante al menos tres meses. Pero nuevo estudios extendieron la cobertura hasta varios meses más, inclusive, los investigadores la proyectan hacia años. Un estudio científico reportó a fines de junio que las vacunas de Pfizer y Moderna desencadenan una reacción inmunológica que puede proteger durante años contra el COVID-19, lo que postergaría la necesidad de recibir dosis de refuerzo.
“Es una buena señal de lo duradera que es la inmunidad de esta vacuna”, dijo Ali Ellebedy, inmunólogo de la Universidad de Washington en San Luis que dirigió el estudio, publicado en la revista Nature. En declaraciones a The New York Times, el científico indicó que la investigación solo analizó fórmulas que usan la tecnología de ARN mensajero, pero añadió que espera que la respuesta inmunitaria de estas vacunas sea mayor.
Los investigadores reclutaron a 41 personas (ocho de ellas con antecedentes de COVID) que habían recibido las dos dosis de Pfizer y extrajo a 14 de ellas muestras de los ganglios linfáticos varias veces: a las tres, cuatro, cinco, siete y 15 semanas después de la primera dosis, para analizar la evolución de la respuesta inmunológico y las llamadas “celular de memoria”, que se entrenan para reconocer y combatir el virus.
El equipo descubrió que 15 semanas después de la primera dosis de la vacuna, el centro germinal seguía siendo muy activo en los 14 participantes, y que el número de células de memoria que reconocían el coronavirus no había disminuido. “El hecho de que las reacciones continuaran durante casi cuatro meses después de la vacunación es una señal muy, muy buena”, dijo Ellebedy, teniendo en cuenta que los centros germinales suelen alcanzar su punto máximo una o dos semanas después de la inmunización, y luego disminuyen. “Por lo general, a las cuatro o seis semanas ya no queda mucho”, comentó al New York Times Deepta Bhattacharya, inmunólogo de la Universidad de Arizona. Pero los centros germinales estimulados por las vacunas de ARNm “siguen funcionando, meses después, y no hay mucha disminución en la mayoría de la gente”.
Es posible que en los meses posteriores a la vacunación, el número de anticuerpos y células T asesinas disminuya. Pero el sistema inmunológico también contiene células especiales llamadas células B de memoria y células T de memoria que pueden retener información sobre el coronavirus durante años o incluso décadas.
4- Protección contra nuevas variantes
La vacuna de Moderna ya fue autorizada en 54 países en el mundo. El Gobierno de Argentina acaba de firmar un acuerdo con ese laboratorio para comprar dosis aunque se deberá contar el visto bueno de la agencia regulatoria local ANMAT antes de ser aplicadas en la población. En los ensayos clínicos del año pasado, la vacuna de Moderna demostró que daba una alta protección contra el coronavirus para reducir el riesgo de complicaciones y muerte. Ahora se conocieron más datos sobre esa inmunización ante la aparición de las variantes de preocupación.
La vacuna Moderna fue 100% efectiva contra la variante Alfa del coronavirus, que había sido detectada en septiembre del año pasado en el Reino Unido. También se descubrió que esa vacuna es 96% efectiva contra la variante Beta a los 14 días de la aplicación de la segunda dosis, según un estudio de personas vacunadas residentes en Qatar. El estudio fue publicado este viernes 9 de julio en la revista especializada Nature Medicine.
5- Almacenamiento ultrafrío
La ventaja es que con este método no hay necesidad de cultivar un patógeno en el laboratorio, porque es el organismo el que hace la tarea. Es por esta razón que estas vacunas se desarrollan más rápidamente. No se necesitan células ni huevos de gallina (como con las vacunas contra la gripe) para fabricarlas.
Con las vacunas de ARN, “todo lo que se necesita es la secuencia del antígeno”, dijo el doctor David Weissman, el inmunólogo que coinventó la técnica perfeccionada a mediados de la década de 2000 y que allanó el camino para esta tecnología. Ahora es consultor de BioNTech. “Las vacunas de ARN tienen la interesante característica de poder producirse con mucha facilidad en cantidades muy grandes”, resumió Daniel Floret, vicepresidente del Comité Técnico de Vacunas de la Alta Autoridad Sanitaria de Francia.
La desventaja es que esta vacuna, envuelta en una cápsula protectora de lípido, debe almacenarse a muy baja temperatura porque el ARN es frágil. La vacuna de Moderna se almacena a -20 °C, lo que requerirá el mantenimiento de la cadena de frío desde la fábrica hasta los centros vacunatorios.
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