Una investigación liderada por científicos australianos y publicada en la revista científica Nature identificó a más de 500 genes que tienen en común la depresión y la ansiedad.
Si bien los factores desencadenantes de cada trastorno psiquiátrico son indudablemente complejos, la genética juega un rol importante a la hora de poder desentrañar estos cuadros.
Para ello investigadores del Instituto de Investigación Médica QIMR Berghofer, en Australia, identificaron 509 genes compartidos entre aquellos que contaban con un diagnóstico de depresión y los que sufrían ansiedad.
Los estudios para identificar genes asociados con trastornos en el estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad, han permitido descubrir una amplia biblioteca de vínculos en el pasado. Pero la mayoría de ellos son difíciles de descifrar.
De acuerdo al genetista y psiquiatra Eske Derks, del QIMR Berghofer, “hasta ahora, no se ha sabido mucho sobre las causas genéticas que hacen que las personas sufran depresión y ansiedad”.
El término trastornos de ansiedad incluye a una categoría de afecciones estrechamente relacionadas, como los ataques de pánico y diversas fobias. Lo único que todos estos cuadros tienen en común es que generan una sensación de tensión y preocupación, a menudo acompañadas de cambios fisiológicos como un aumento en la presión arterial o alteración del sueño.
Por su parte, la depresión se define por síntomas que incluyen baja motivación, sentimientos de tristeza, pérdida del disfrute y en casos extremos pensamientos que lleven a autolastimarse.
Se cree que un 2 al 6% de la población mundial tuvo en algún momento de su vida un diagnóstico de depresión, lo que la convierte no solo en un factor importante de alerta en lo que respecta a la salud mental, sino en uno de los mayores desafíos que afectan a la sociedad moderna en general. De la misma forma, los trastornos de ansiedad alteran el día a día de cientos de millones de personas en todo el mundo, por lo que combinadas, tienen un alto impacto negativo y significativo en nuestra especie.
Gracias a este nuevo hallazgo, se pudo observar que cuentan con sorprendentes puntos en común. “Ambos trastornos son afecciones comórbidas y aproximadamente las tres cuartas partes de las personas con un trastorno de ansiedad también sufren síntomas de un trastorno de depresión aún mayor”, precisó Derks.
Para llevar adelante el estudio, se analizaron los datos genómicos de más de 400.000 muestras del Biobanco del Reino Unido. Allí el equipo de investigadores buscó una variedad de genes comunes a ambas afecciones, así como signos de rasgos de personalidad que relacionen ambas condiciones. Así es como hallaron que el neuroticismo es un rasgo muy presente.
¿De qué se trata este concepto? El neuroticismo es uno de los llamados rasgos de personalidad de los “cinco grandes”, un puñado de características fundamentales que definen constantemente nuestros comportamientos y pensamientos. No es un trastorno por derecho propio, sino que se observa en aquellos cuadros en donde se presenta una personalidad más neurótica que se correlaciona fuertemente con una tendencias a dudar de uno mismo, períodos de depresión y sensación de ansiedad, detallaron los investigadores en el paper científico.
Un metaanálisis anterior indicó que alrededor del 40% de la variación en el neruoticismo puede atribuirse a nuestros genes. Muchos de los mismos factores se superponen con genes que ya están vinculados con la depresión y la ansiedad.
Un 2 al 6% de la población mundial tuvo en algún momento de su vida un diagnóstico de depresión
Se trata de una clara conexión, pero para poder comprender mejor cómo se ven esos factores a nivel fisiológico, el equipo de investigación australiano agrupó los genomas en el biobanco de acuerdo con una lista de 28 rasgos individuales y compartidos, para luego aplicar herramientas de modelado y encontrar así los factores comunes antes de identificar los genes relacionados.
Asimismo, los resultados se cotejaron con una base de datos aún mayor de 1,9 millones de personas con síntomas de ansiedad y depresión autoinformados, lo que les proporcionó una lista de factores genéticos que probablemente sean exclusivos o comunes a ambos bancos de información genética.
“Identificamos 674 genes asociados con la depresión o la ansiedad, y lo que es más importante, se compartieron alrededor de las tres cuartas partes de esos genes”, declaró Derks.
Algunos de los genes exclusivos de la depresión se relacionaron previamente con niveles más altos de grasas triglicéridos en la sangre, lo que sugiere una conexión metabólica en la depresión que no está presente en los trastornos de ansiedad. “Por el contrario, nuestros resultados mostraron que algunos de los genes específicos de la ansiedad estaban relacionados con la presión arterial, lo que es consistente con investigaciones previas que han mostrado un vínculo entre el trastorno y la hipertensión”, aclaró el genetista y autor principal Jackson Thorp.
En una extensión del estudio, los investigadores también rastrearon la ubicación de los genes en regiones que no se habían relacionado con ninguno de los trastornos antes, lo que proporcionó las bases para que se estudien colecciones completamente nuevas.
El mapa que conecta los genes que heredamos con las herramientas mentales que necesitamos para hacer frente al mundo cada vez más caótico de hoy se está aclarando lentamente, brindando oportunidades para ayudar a muchos de nosotros cuando lo necesitamos, sostienen los científicos.
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