Ya desde 1999 el Comité de Calidad de la Atención Médica en América del Instituto de Medicina viene trabajando en una serie de documentos llamados Err Is Human, donde los expertos estiman que hasta 98.000 personas mueren en un año por errores médicos que ocurren en los hospitales. Eso es más que morir por accidentes automovilísticos, cáncer de mama o SIDA, tres causas que reciben mucha más atención pública. De hecho, más personas mueren anualmente por errores de medicación que por lesiones en el lugar de trabajo. Si se agrega el costo financiero a la tragedia humana, y el error médico fácilmente se eleva a los primeros puestos de los problemas públicos urgentes y generalizados.
Err Is Human rompe el silencio que ha rodeado los errores médicos y sus consecuencias, pero no señalando a los profesionales de la salud que se preocupan y cometen errores honestos. Después de todo, errar es humano. En cambio establece una agenda nacional, con implicaciones estatales y locales, para reducir los errores médicos y mejorar la seguridad del paciente mediante el diseño de un sistema de salud más seguro.
En medio de la pandemia, este fenómeno se ha estado en boca internacional en virtud de las presiones, demandas y exigencias que los staff de salud debieron enfrentar. Un punto esencial de trabajo es el de analizar el comportamiento del sueño de los profesionales, debido al impacto directo que, según se ha detectado, significa como implicancia en sus posibles errores involuntarios. Los individuos difieren en sus requisitos óptimos de sueño. La mayoría de los expertos en sueño están de acuerdo en que los adultos normalmente necesitan entre 6 y 10 horas de sueño por período de 24 horas, y la mayoría de las personas requieren aproximadamente 8 horas de sueño por día.
Cuando los adultos tienen menos de 5 horas de sueño nocturno en un período de 24 horas, el pico las habilidades mentales comienzan a declinar. Durante períodos cortos de tiempo (2-3 días), los adultos que duermen 4 horas pueden funcionar razonablemente bien, pero por debajo de los niveles máximos. Sin embargo, incluso con la privación del sueño de solo un par de días, la respuesta es más lenta se observan veces e iniciativas disminuidas.
Después de una noche de sueño perdido, el rendimiento cognitivo puede disminuir un 25% desde el valor inicial. Después de la segunda noche de sueño perdido, el rendimiento cognitivo puede disminuir a casi el 40% del valor inicial.
La National Sleep Foundation de Estados Unidos recomienda 8 horas de sueño por noche para un adulto. El adulto promedio duerme solo aproximadamente 7 horas por noche. La falta de sueño puede ser causada por sueño insuficiente o por sueño fragmentado o ambos.
Aunque existe una amplia variación en las necesidades de sueño, las personas no se acostumbran a dormir menos de lo que se requiere biológicamente. No se puede acumular sueño. La recuperación de un período de sueño insuficiente requiere al menos dos o tres noches completas de sueño ininterrumpido adecuado.
Se debe estructurar un sistema de atención médica seguro y eficaz para minimizar el error y la confusión. Las personas que están cansadas tienen más probabilidades de cometer errores. Reducir la fatiga puede mejorar la atención y la seguridad del paciente, así como mejorar la satisfacción del desempeño del proveedor de atención médica y aumentar la comunicación.
El sueño es productivo
Bajo la idea de que todo tiempo debe estar destinado a las funciones que se requieren, más cuando el mundo se sumerge en una pandemia, concientizar de la necesidad imperiosa de descanso como herramienta valiosa para la calidad de atención es un eje que no siempre se discute públicamente.
La Comisión Conjunta de Acreditación de Organizaciones de Salud (Joint Commission on Accreditation of Healthcare Organizations ) publicó un artículo que también concluyó que los residentes que trabajan en horarios tradicionales con turnos recurrentes de 24 horas cometen un 36% más de errores médicos graves que aquellos cuyo trabajo programado se limita 16 horas consecutivas; 5 veces más errores de diagnóstico graves, tienen el doble de fallas de atención en el trabajo durante la noche, duplican el riesgo de un accidente automovilístico al conducir a casa después de 24 horas de trabajo, sufren un 61% más de pinchazos con agujas y otras lesiones cortantes después de su vigésima hora consecutiva de trabajo y experimentan disminuciones en el rendimiento proporcionales a las inducidas por un nivel de alcohol en sangre de 0,05% a 0,10%.
Err Is Human afirma que el problema no son “malos” profesionales en el cuidado de la salud, “es que las personas buenas están trabajando en sistemas malos que necesitan ser más seguros”, indica textualmente.
Si bien las largas jornadas laborales siguen siendo una norma cultural en la medicina, en industrias comparables de alto riesgo (por ejemplo, la aviación), los patrones de trabajo y las horas de trabajo están estrictamente regulados.
En el estudio conducido por Laura Barger del Brigham and Women’s Hospital de Boston se detectó que los turnos de trabajo de duración prolongada se asociaron con efectos adversos en la seguridad del paciente (es decir, errores médicos significativos relacionados con la fatiga y eventos adversos prevenibles, incluidos los que resultaron en muertes).
También se menciona que las horas de sueño reportadas por mes disminuyeron a medida que aumentaba el número de los turnos de trabajo, el número de errores médicos reportados y el número de fallas de atención aumentaron, y esto es consistente con los estudios de laboratorio que han demostrado inequívocamente los profundos efectos de la privación del sueño sobre el estado de alerta y el rendimiento.
También demostraron que los turnos de trabajo de duración prolongada afectaron negativamente la educación médica, ya que las probabilidades de quedarse dormido en las conferencias y durante en las rondas con los médicos asistentes aumentó significativamente cuando se trabajaron turnos de duración prolongada(7).
Eliminar los turnos de trabajo prolongados de los internos en una unidad de cuidados intensivos aumentó significativamente el sueño y disminuyó las fallas de atención durante las horas de trabajo nocturno. Los internos cometieron errores médicos sustancialmente más graves cuando trabajaron con frecuencia turnos de 24 horas o más que cuando trabajaban turnos más cortos.
El Sistema de Salud es complejo con múltiples procesos. De acuerdo a las publicaciones presentadas la fatiga y deprivación de sueño se asocian a la aparición de errores que en contexto de los Servicios de Emergencias y Cuidados Críticos pueden asociarse a daños severos y hasta la muerte de los pacientes.
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