Por primera vez en 19 años, investigadores identificaron un nuevo subtipo de VIH, el virus de la inmunodeficiencia humana que causa el sida.
Los resultados del estudio, realizado por los Laboratorios Abbott —especializados en la realización de pruebas de VIH— junto con la Universidad de Missouri, en EEUU, fueron publicados el miércoles en la revista Journal of Acquired Immune Deficiency Syndrome.
La nueva cepa, clasificada como subtipo L, es parte del Grupo M del virus VIH-1, la misma familia de subtipos de virus responsable de la pandemia mundial del VIH.
No existe un VIH, sino una variedad de cepas o subtipos en el mundo que mutan rápidamente. Esta es la primera cepa de VIH del Grupo M nueva identificada desde que se establecieron pautas para clasificar los subtipos en el año 2000.
Los investigadores y epidemiólogos no esperan que la nueva cepa del Grupo M cambie la forma en que se diagnostica o trata el VIH. Las pruebas de diagnóstico y los medicamentos antirretrovirales existentes, que suprimen el crecimiento del VIH, están diseñados para atacar las partes del virus que son comunes a todos los grupos.
“No hay razón para entrar en pánico o incluso preocuparse un poco”, dijo el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, en declaraciones a CNN. “No mucha gente está infectada con esto. Esto es un caso atípico”. El nuevo subtipo se encontró en solo tres personas.
No obstante, el hallazgo es importante porque los científicos necesitan saber qué cepas del virus están circulando para garantizar que las pruebas utilizadas para detectar la enfermedad sean efectivas. Además, se espera que el estudio abra un debate más amplio sobre las reglas para clasificar nuevas cepas virales que podrían surgir.
Para que los científicos puedan declarar que se trata de un nuevo subtipo, se deben detectar tres casos de forma independiente. Los dos primeros se encontraron en la República Democrática del Congo en 1983 y 1990. La tercera muestra encontrada en el Congo se recolectó en 2001 como parte de un estudio destinado a prevenir la transmisión del virus de madre a hijo. En ese momento, no había tecnología para determinar si este era el nuevo subtipo y solo en los últimos años, con el abaratamiento del costo de la secuenciación de ADN, los científicos de Abbott pudieron aislar los virus en la muestra y leerlos.
Según el estudio, este subtipo está “más estrechamente relacionado con una cepa ancestral” y probablemente circula en la República Democrática del Congo (RDC).
“Este descubrimiento nos recuerda que para poner fin a la pandemia del VIH, debemos seguir pensando que este virus cambia continuamente y usar los últimos avances en tecnología y recursos para monitorear su evolución”, dijo en un comunicado Carole McArthur, coautora del estudio y profesora en el departamento de ciencias orales y craneofaciales de la Universidad de Missouri.
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) muta rápidamente y ataca al sistema inmunitario de las personas. Si no se trata en una fase temprana, puede evolucionar en síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (sida). Los primeros casos se detectaron en 1980 y desde entonces los científicos han buscado infructuosamente una vacuna contra el virus.
Según la Organización Mundial de la Salud, unas 36,7 millones de personas en el mundo viven con el VIH. Según los datos más recientes, en 2016 se infectaron unas 1,8 millones de personas.
No obstante, debido a los avances tecnológicos, el sida ha dejado de ser visto como un padecimiento mortal y ahora se lo considera crónico. Los innovadores tratamientos antirretrovirales permiten a las personas afectadas vivir muchos años más.
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