La mayoría de los seres humanos necesita un mínimo de ocho horas para obtener un sueño reparador, sin embargo se han dados múltiples casos de personas que pueden dormir menos y sentirse totalmente descansados, este secreto puede estar en su ADN, científicos encontraron mutaciones en los genes llamados ADRB1 y DEC2.
La investigadora Ying-Hui Fu, de la Universidad de California en San Francisco, y sus colegas analizaron los genes de 12 miembros de una familia de apellido Johnson, que duerme tan solo 4,5 horas por noche sin que ninguno de ellos se sienta cansado.
El gen específico que los miembros que duermen poco de la familia de Johnson tienen, aparece en alrededor de una de cada 25,000 personas. Sin embargo, existen otros genes que hacen que las personas sean menos susceptibles a necesitar ocho o más horas de sueño. Por ejemplo, existe el gen que Fu descubrió hace una década.
Cuando el equipo crió ratas con la misma mutación, dormían unos 55 minutos menos por día. Esto se correlacionó con la actividad alterada en una región del cerebro llamada tegmento del puente, una protuberancia, que se sabe que regula el sueño.
Fu y su equipo descubrieron que en los tegmentos del puente de ratas normales las células cerebrales que expresan ADRB1 estaban inactivas durante la mayoría de las etapas del sueño, pero activas cuando estaban despiertas. En las ratas mutantes, estas células fueron aún más activas durante las horas de vigilia.
Además, se dieron cuenta que podían despertar a las ratas dormidas activando artificialmente estas células cerebrales que expresan ADRB1.
Los resultados de los hallazgos publicados en la revista Neuron sugieren que las células cerebrales que expresan ADRB1 promueven la vigilia, y que las variaciones en el gen ADRB1 influyen en cuánto tiempo podemos permanecer despiertos cada día
Su equipo descubrió anteriormente que las mutaciones en otros genes como DEC2 también hacen que las personas necesiten dormir menos, entre cuatro
y seis horas.
En 2009, la científica se dedicó a estudiar los hábitos de sueño de una familia en donde la madre y una de sus hijas solían despertarse entre las 4:00 y las 4:30, y luego de analizar muestras de sangre de toda la familia, encontró que ambas mujeres tenían la mutación del gen DEC2 que ellas poseían y de la que carecían los familiares que tenían una pauta de sueño convencional.
Estas mutaciones no parecen estar asociadas con ninguna consecuencia negativa para la salud. "La mayoría de los que duermen períodos cortos de forma natural están muy contentos con su patrón de sueño y por lo general aprovechan al máximo su tiempo extra", dice Fu.
Entonces, ¿por qué no todos tenemos esta capacidad de funcionar con menos sueño? Fu cree que las mutaciones ADRB1 y DEC2 deben haber surgido recientemente en la historia humana y aún no han tenido tiempo de extenderse ampliamente.
"La norma de las ocho horas ha sido la norma durante mucho tiempo, pero de alguna manera ocurrieron recientemente algunas mutaciones nuevas y produjeron este rasgo aparentemente ventajoso", dice ella.
Existe la posibilidad de desarrollar fármacos que reduzcan la cantidad de sueño que necesitamos imitando los efectos de la mutación ADRB1, pero esta tecnología aún está muy lejos de ser desarrollada. Por el momento, es importante dormir las horas de sueño adecuadas ya que se han demostrado también las múltiples enfermedades que derivan de no dormir adecuadamente.
No conciliar el sueño las horas necesarias rompe una cadena de eslabones y lleva a un mal funcionamiento durante el día. Desde lo hormonal hasta lo emocional, todo el organismo se ve afectado. Una serie de informes recientes presentados en el Estudio Europeo de Cardiología revelaron que dormir pocas horas o demasiado se asocia con un aumento significativo del riesgo de problemas cardiovasculares, que incluyen arterias endurecidas, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca y más.